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[Análisis] Spiritfarer para Nintendo Switch

[Análisis] Spiritfarer para Nintendo Switch

La muerte siempre ha sido y será una de las mayores preocupaciones de la humanidad. Su extrañeza y desamparo nos produce terror, pánico y atracción. Ese miedo a lo desconocido que lo llaman. Spiritfarer habla de la muerte y del camino que hay antes de llegar a ella, y es que lo importante no es el final en sí, sino lo que ocurre hasta llegar a él. 

Spiritfarer fue uno de los juegos que más llamó la atención durante el pasado Nindies Showcase y tanto fue así, que a todos nos pilló de sorpresa que se lanzase ese mismo día al mercado. Una curiosa mezcla de géneros junto con una potente historia y un estilo gráfico preciosista, suena muy bien sobre el papel, pero mejor empezamos con el análisis y desgranamos paso a paso todo lo que nos tiene que ofrecer Spiritfarer.

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Una historia de muerte y amistad

Como adelantaba previamente, la historia de Spiritfarer gira en torno a la muerte. No sé si conocéis a Caronte, su leyenda nace de un mito griego. En él nos relatan las vivencias de Caronte, el barquero de Hades, encargado de llevar las almas de los que deben morir al inframundo, para allí ser juzgados ante los dioses.

Este mito del barquero es la semilla desde la que nace todo Spiritfarer, tanto es así, que el propio videojuego arranca con Caronte cediéndonos su puesto de “Spiritfarer”, pues él ya se retira. Antes de marchar nos entrega el Everlight, una poderosa luz capaz de adoptar múltiples formas y que nos servirá para avanzar en la aventura. Tras ello, nos pide que encontremos un barco, el otro elemento clave de este título, pues es donde pasaremos el mayor número de horas, ya que será nuestra base de operaciones. 

Y al igual que en el mito griego, nuestra misión será cuidar de las almas perdidas antes de que estas digan su último adiós. Antes de que llegue su final tendremos que cumplir sus peticiones (las cuales harán de misiones) y cuidar de ellos dándoles alimento, un hogar, abrazos…

Gestión de recursos con plataformas

En este punto muchos pensaréis que Spiritfarer es el típico juego indie muy centrado en la narrativa y quizás un poco vago en el resto de aspectos. Todo lo contrario, toda esta historia se entremezcla con un juego de gestión de recursos, lo que tiene sus pros e inconvenientes. Antes hablamos del barco, este será nuestra base, por lo tanto tendremos que ir mejorándolo a medida que el juego avance para así poder seguir completando las diferentes tareas. Estas mejoras se compran con recursos y dinero, y tenemos tres tipos: las que afectan a la planificación de nuevas estructuras, las que amplían el tamaño del barco y las que mejoran las estadísticas del mismo, bien dándoles más velocidad o añadiendo una cuchilla al frente para poder cortar trozos de hielo y así avanzar a zonas del mapa previamente bloqueadas. 

Una vez dentro del barco podremos hacer diferentes tareas mientras nuestra nave llega a su destino. Podemos conseguir recursos con diferentes acciones como pescar o recolectar alimentos. La segunda tarea es el postprocesado, en ella utilizaremos los materiales primarios para transformarlos: cocinar alimentos, cortar leña, tejer, fundir minerales… Todas estas acciones se harán a través de diferentes estructuras que se irán construyendo sobre la superficie del barco. Y la tercera tarea que podemos llevar a cabo a bordo del navío es entablar relación con los diferentes huéspedes que iremos recogiendo, siendo la moral de estos un valor muy a tener en cuenta durante el transcurso del videojuego. Toda esta gestión de recursos irá progresando a medida que mejoremos nuestro barco y vayamos avanzando en la historia. 

Esta gestión de recursos se mezcla con pequeños toques de plataformas que nos servirán para explorar algunas partes del mundo, realizar algunos minijuegos o pequeñas tareas e incluso encontrar algún que otro secreto. Como todo en este juego, el plataformeo también cuenta con su propia progresión, pues Stella irá adquiriendo nuevas habilidades (como el doble salto o el poder planear) para así acceder a más lugares con cada hora de juego. 

El “mundo abierto”

Ya hemos hablado mucho del barco, pero ahora toca hablar del mapeado del mundo, otro de los elementos esenciales en el mismo. Spiritfarer cuenta con un mundo abierto bastante típico, comenzamos en una pequeña zona y guiados por la historia principal, llegado un punto el mapa se nos abre y nos dejan libertad para ir explorando más a nuestro gusto. Un esquema clásico pero que funciona ya que limita al jugador gracias al uso de diferentes “barreras” en forma de hielo, rocas, niebla… que nos impedirán avanzar a según qué zonas hasta que no hayamos mejorado hasta cierto punto nuestro barco. 

Spiritfarer Review | Attack of the Fanboy

Este planteamiento genera muy bien esa “falsa libertad” que buscan muchos juegos, ya que si bien te dejan explorar y perderte, estás en todo momento donde el desarrollador quiere que estés. Este “engaño” hace que el juego y su mundo se mantengan sólidos y no se rompan pasadas unas horas. 

Por lo demás, recalcar que contamos con viaje rápido gracias a varios puntos colocados en el mapa de forma estratégica, no podremos viajar directamente de una isla a otra. Por otro lado, a parte de las islas donde podremos coger recursos, comprar materiales en tiendas o simplemente hacer avanzar la historia, el mapa cuenta con otro tipo de localizaciones dinámicas. Estas se producen por dos motivos, o bien las condiciones climáticas o por tener a un determinado huésped a bordo. Estas tareas que aparecerán en el mapa de forma dinámica son de todo tipo y nos ayudarán a conseguir recursos. Cajas de suministros, tormentas eléctricas que nos permitirán conseguir dinero y rayos, seres naturales que nos darán recompensas. En definitiva, multitud de tareas que sumadas a las que ya podemos emplear en el propio barco, hacen que nunca estemos parados. En todo momento tendremos “faena” para hacer en Spiritfarer. 

Arte y sonido

Siempre os pongo imágenes del título y vídeos para que veáis cómo luce, por lo tanto en este apartado, y como suele decirse, una imagen vale más que mil palabras. Spiritfarer luce realmente precioso en su versión de Nintendo Switch, esos gráficos dibujados a mano y la animación deliciosa hacen del juego una experiencia gloriosa para la vista, tanto en modo dock como en modo portátil. 

Prácticamente lo mismo podemos afirmar de la música, esta es variada ya que cuenta con numerosas pistas para según qué momentos y cumple con creces su cometido, el de acompasar el juego y meternos todavía más en él. 

La dualidad de Spiritfarer

Llegados a este punto y tras explicar varios de los conceptos referentes al juego, muchos habréis llegado a la idea de que Spiritfarer es un juego de gestión de recursos con una gran historia por contar y todo ello en un mundo medianamente grande. Y la respuesta es sí, pero aquí es donde surge el mayor problema del videojuego. 

Spiritfarer se divide entre su historia y su jugabilidad, pues por un lado trata de contar una historia y construir unos personajes memorables, pero por otro lado te está pidiendo que recojas 25 lingotes de hierro porque sino no puedes avanzar. ¿A dónde quiero llegar con todo esto? En qué Spiritfarer habría sido mejor con menos horas de farmeo. Sí en lugar de alargar el juego con tanto número se hubiesen centrado en crear algo más pequeño, con su progresión también, pero sin frenar tanto la historia de por medio, habría quedado una obra mucho más redonda. Y su impacto, que si bien lo consigue gracias a sus personajes y varios giros interesantes de la trama, habría sido todavía mayor. 

Conclusión

Spiritfarer es un juego de gestión de recursos, exploración y pequeños toques de plataformas que encierra un gran mensaje a través de su historia. La versión para Switch es excelente a falta de que la traducción al castellano llegue, que a día de hoy todavía no está disponible, aunque sus desarrolladores ya han dicho que no tardará en llegar. Sí os gusta la gestión de recursos o queréis vivir una entrañable historia sobre la amistad y la muerte, Spiritfarer no os dejará indiferentes y su gran mensaje, pese a diluirse un poco debido al farmeo, es más que digno y merece ser jugado. 

Tenéis Spiritfarer a 24,99 euros en versión digital a través de la Nintendo eShop. Altamente recomendable a ese precio y más teniendo en cuenta la valentía del estudio por querer contar una historia así y por haber juntado tantos géneros.

8.0

[Análisis] Spiritfarer para Nintendo Switch

Puntuación Nintenderos: Muy recomendado

  • Historia:
  • Jugabilidad:
  • Gráficos:
  • Sonido:
  • Duración:
  • Multijugador:
Destaca en:
  • Artísticamente es una belleza.
  • Su sistema de gestión si bien no es el más complejo engancha.
  • Consigue mantenerte pegado a la pantalla en todo momento gracias a la cantidad de cosas por hacer.
  • Una historia de las que dejan huella.
Flojea en:
  • La cantidad de horas es excesiva, el juego habría agradecido menos farmeo.
  • A día de hoy no está traducido al castellano.
  • Algo de torpeza con algunas acciones, sobre todo cuando coinciden varios elementos juntos en pantalla.