“No podemos depender del anime”: La crisis del J-pop
el J-pop necesita expandirse más allá del anime para competir globalmente.
El anime siempre ha sido un fuerte impulsor para la música japonesa. Éxitos recientes como Idol (Oshi no Ko) de Yoasobi o Kick Back (Chainsaw Man) de Kenshi Yonezu, son claros ejemplos de como un anime puede hacer triunfar a nivel global una canción.
Sin embargo, Takuya Chigira, CEO de Cloud Nine lo tiene claro, y es que afirmó en una entrevista reciente que: “No se puede depender únicamente del anime”.
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Durante la entrevista argumentó que, aunque este medio ha dado visibilidad internacional al J-pop, sigue siendo una herramienta de alcance limitado.
El anime sigue siendo un medio de nicho comparado con la música como entretenimiento masivo.
El dominio global del K-pop
El dominio global del K-pop dentro del Asian Pop también preocupan a Chigira. Países como Indonesia, Malasia y Tailandia están consolidando un mercado inspirado en el K-pop, mientras que el J-pop corre el riesgo de quedar como un mero subgénero dentro de la música asiática.
Si el Asian Pop se establece como categoría global, existe la posibilidad de que el J-pop que hacemos se convierta en un nicho dentro de ese género.
Esta situación, pone en peligro la posición de Japón como el segundo mercado musical más grande del mundo.
El techo del anime como mercado para la música es muy bajo en comparación con el tamaño del mercado musical global.
Con esto dejó claro que, Japón debe diversificar sus estrategias para no quedar atrás frente al fenómeno del K-pop.
La única esperanza para Chigira
Chigira pone todas sus esperanzas en que artistas como Ado, sean la clave para llevar el J-pop a un escenario global.
Ado es la única artista japonesa en solitario que puede competir en el escenario global y alcanzar su punto máximo en los próximos 3 o 4 años.
La joven cantante, que puso voz a Uta en One Piece Red, será una figura central en esta estrategia, especialmente con su próxima gira mundial Hibana, en 2025, que según Chigira, será “clave para demostrar el potencial del J-pop en el ámbito internacional y posicionarlo como un competidor frente al K-pop y otros géneros emergentes.”
Construir una identidad fuera del anime
Según datos del gobierno japonés, los ingresos por licencias musicales en el extranjero apenas alcanzaron los 10 millones de dólares en 2021, en comparación con los 680 millones de Corea del Sur en 2020. Esto implica, que el mercado japonés sigue teniendo un impacto internacional muy limitado.
El problema, según Chigira, radica en que Japón necesita establecer una identidad propia que no dependa únicamente del anime. Sin esta estrategia, el J-pop corre el riesgo de ser “diluido dentro de un concepto genérico de música asiática”.
Si bien el anime seguirá siendo un aliado importante, Chigira anima a los creadores a mirar más allá del anime y buscar maneras de destacar en el competitivo mercado global.