Zelda Breath of the Wild 2: filtraciones, especulaciones y oscuros deseos

Zelda Breath of the Wild 2: filtraciones, especulaciones y oscuros deseos
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  • Si, ganon es la maldad de ganondorf que simboliza la maldad y el odio personificados segun BOTW y el libro de creando a un heroe.

    Yoshi
    Superadministrador

    Si, ganon es la maldad de ganondorf que simboliza la maldad y el odio personificados segun BOTW y el libro de creando a un heroe.

    Entonces en el breath of the wild 2 luchamos contra el Ganondorf “humano”?

    A mi me encantaria ver hyrule antes de la guerra, algo así como Age of Calamity pero más detallado. He encontrado un video que muestra una vista previa de como sería.

    Wow!
    Pues eso sería alucinante, la verdad.

    A mí me habría encantado que el DLC de BOTW hubiese sido una precuela, al puro estilo Torna the Golden Country. Poder explorar una Hyrule pre-apocalíptica me parece una idea genial.
    Por cierto, siempre he creído que la gente no le da suficiente mérito a Age of Calamity por la recreación tan buena de cómo eran los escenarios antes del cataclismo, como la llanura de Hyrule o el bastión de Akkala. En mi opinión eso es de lo mejor que tiene el juego.

    Estoy totalmente de acuerdo.

    El juego Age of Calamity está muy currado, y fue un placer poder recorrer el Hyrule pre-Cataclismo.

    Si, ganon es la maldad de ganondorf que simboliza la maldad y el odio personificados segun BOTW y el libro de creando a un heroe.

    Entonces en el breath of the wild 2 luchamos contra el Ganondorf “humano”?

    Sí, se supone que así será.

    Es como dice Grrrr66.

    Y sí, como parece que va a ser.Parece que será el fin del ciclo de la lucha eterna entre Ganon, Link y Zelda.
    También comentan que podría morir Zelda… Creo que al final Nintendo nos va a volar la cabeza y no será nada de lo que nos esperamos.

    Everything else is child's play

    Yoshi
    Superadministrador

    ¿Morir Zelda?

    ¿Morir Zelda?

    ¿?¿?¿?¿?.

    ¿Morir Zelda?

    ¿?¿?¿?¿?.

    Si, eso se dice por la red.

    Que podría ser que Zelda muere al caer al precipicio, y Link pierde la espada maestra en una supuesta lucha contra Ganondorf.
    Entonces al perder la fuerza de Zelda, tiene que viajar en el tiempo para conseguir el poder de la 7 sabios para restaurarla.

    Yo no creo que muera Zelda, pero si que lo parezca o que al final haya la opción de resucitarla.

    La verdad es que no sería la primera vez que Zelda está al límite de la “muerte” (Spirit Tracks).

    Everything else is child's play

    no estaría mal q muriera Zelda. En BOTW era una cansina. todo el día comiendo la oreja con q no daba la talla, q su padre estaba decepcionado, q le da miedo fallar… una tia aburrida y una estrecha.

    Entiendo que no te guste Zelda en BOTW (para gustos los colores), pero ¿estrecha? Es un adjetivo que por sí solo ya me parece cuestionable, pero es que en nada describe al personaje.

    Yo no me monto teorias con el nuevo juego porque luego no acierto en nada 😂

    no estaría mal q muriera Zelda. En BOTW era una cansina. todo el día comiendo la oreja con q no daba la talla, q su padre estaba decepcionado, q le da miedo fallar… una tia aburrida y una estrecha.

    A mi también me cae feo. Está todo el día lloriqueando y buscando atención. La verdad es que en lugar de sentir pena por Zelda sentía pena por Ganon, aguantarla 100 años te tiene que dejar trauma.

    no estaría mal q muriera Zelda. En BOTW era una cansina. todo el día comiendo la oreja con q no daba la talla, q su padre estaba decepcionado, q le da miedo fallar… una tia aburrida y una estrecha.

    A mi también me cae feo. Está todo el día lloriqueando y buscando atención. La verdad es que en lugar de sentir pena por Zelda sentía pena por Ganon, aguantarla 100 años te tiene que dejar trauma.

    XD igual es lo que se esconde detras de tanto odio y ganas de envolver el mundo en tinieblas.

    A mi mas pena me da Link. Q ni un miserable beso… y le manda en OOT al pasado para q acabe solo y convertido en un macabro ser. De nada, Zelda, por salvarte la vida,eh, y el mundo, tu privilegiada posición como monarca y tal. Para q no des palo al agua.

    Al margen. Yo la salvo porque soy buena persona y un heroe del tiempo, pero sigue siendo una petarda. Hasta en Wind Waker cuando se transforma Petra en Zelda, pasa de ser una mozalbeta divertida y alegre, a ser una princesa sinsorga y con aires.

    Bueno, después de verme el tráiler mil quinientas veces y escucharme todos los videos de locas teorías, creo que estoy en posición de hacer la mía propia, a ver que os parece.
    Aquí os pongo un resumen:

    La Espada Maestra (Fay) ha sido corrompida y destruida por Ganondorf. Toda la verdadera fuerza de Ganon ha sido liberada, y Hyrule está sucumbiendo a su malicia irremediablemente. La princesa Zelda, en un acto desesperado, usa casi todas sus fuerzas para elevar su reino a los cielos, como ya hizo la primera de su linaje millones de años atrás, y salvar lo poco que queda de el. Pero, sin todo el poder de la diosa y con la Espada Maestra destruida, no hay fuerza en la tierra ni en el cielo capaz de volver a sellar el mal ni detenerlo. Nuestro héroe, tendrá que partir en una búsqueda sin precedentes para recobrar un poder perdido en el tiempo, el único capaz de terminar con el ciclo de muerte y resurrección de este mal que amenaza Hyrule desde tiempos inmemoriales.

    ¿Podrá Link devolver a la Espada Maestra todo su antiguo poder e incrementarlo lo suficiente como para poner fin, de una vez por todas, a la maldición del Heraldo de la Muerte y terminar definitivamente con Ganondorf?

    ****

    Y ahora os pongo el texto completo que he escrito.
    Es un poco denso, y solo para valientes (aviso a navegantes):

    La princesa, se encontraba centrada en una de sus múltiples investigaciones, tratando de esclarecer todo lo acontecido en las últimas semanas. Tras acabar con Ganon, el Cataclismo, había tratado de reconstruir su reino, pero la malicia de Ganon no había desaparecido con él. Los monstruos seguían campando a sus anchas por todos los territorios de Hyrule, y los temblores seguían asolando el reino. El epicentro parecía seguir siendo el castillo, y la princesa se había propuesto esclarecer el misterio antes de retomar sus labores como Reina, y empezar con el renacimiento del nuevo Hyrule.

    Junto a su fiel amigo y recién nombrado Comandante y Guardián de la Corona y el Reino, Link, habían descubierto un pasadizo abierto, tras el último temblor, en el embarcadero del castillo, cerca del santuario de Asouk. Era una gruta descendente y muy empinada, que conducía a una gran cueva. Parecía una especie de santuario perdido en el tiempo, y estaba completamente cubierta de runas y jeroglíficos Zonai. Zelda se había pasado dos días con sus dos noches estudiando esas runas en busca de respuestas sobre el Cataclismo y todo lo sucedido en Hyrule durante los últimos 100 años, estaba convencida de que el conocimiento de lo sucedido a esta extinta tribu, les daría la respuesta. Mientras tanto, Link exploraba las entradas y salidas de la gran cámara subterránea en busca de acechantes peligros o antiguos tesoros.

    Tras una ligera comida a la luz de la hoguera y sobre el frío suelo cubierto de polvo y musgo, que le daba la apariencia de una opulenta alfombra de terciopelo verde, Link trataba de animar a la princesa contándole su anécdota de como había conseguido que dos bokoblin, se pelearan con un estúpido moblin por unos plátanos que había colocado debajo de un panal, y como habían caído los tres por un precipicio mientras trataban de escapar de las abejas.

    Con los ánimos recobrados, bajaron juntos por uno de los salientes laterales de la caverna, es que estaba coronado por el relieve de un símbolo parecido al de la tribu Sheikah y enmarcada por las esculturas de dos dragones. Al final de ese pasillo sin salida, Link había encontrado un extraño saliente con la forma de “gota”. Zelda solo necesitó rozar el saliente con su mano para que, con un estrepitoso crujido, la roca de la pared diera paso a unas escaleras, talladas toscamente en el suelo de la gruta, que conducían al mismísimo corazón de la oscuridad.

    Zelda y Link, se aferraban a unas antorchas tenues y cansadas de luchar contra la profusa oscuridad que gobernaba aquellos túneles laberínticos en los que se habían adentrado, trataban de no perderse por las oscuras y profundas cuevas que serpenteaban por los cimientos del Castillo de Hyrule.

    Tras pasar lo que pareció una eternidad, atravesando cascadas subterráneas y negros lagos sobre extraños puentes con formas de seres grotescos, intentar sin éxito descifrar las paredes de barro y piedra llenas de dibujos y garabatos, y toparse con alguna que otra alimaña, llegaron al final.

    Era el centro del laberinto, una cúpula gigante sostenida por raíces y tierra, y bordeada por un abismo que ninguna luz terrenal podría llegar a abarcar jamás. En ella desembocaban todos los túneles, y en el medio de toda esa oscuridad brillaba una luz verde, fría y misteriosa.

    No pudieron evitar la irresistible atracción que esa luz ejercía sobre ellos. Y cuanto más se acercaban a ella, más claramente discernían la misteriosa figura de la que parecía proceder la luz. Era como un cuerpo marchito del que la luz brotaba. Habría sido una maravillosa visión de no ser porque al estar ya lo suficientemente cerca como para verlo claramente, se encontraron con una momia retenida por el tiempo, agonizando eternamente contraída y retorcida por el odio. Zelda quiso acercarse más, pero Link se lo impidió, señalando algo que hasta entonces les había pasado inadvertido. No era la luz lo que brotaba de ese cuerpo inerte, sino la oscuridad. La luz, que parecía formar una mano intentando contener el negro odio que brotaba del corazón de la momia, procedía de una especie brazalete dorado y oxidado por el tiempo.

    No hizo falta que la princesa se acercara más para que, tras un repentino y fuerte seísmo, los dos cayeran al suelo. Cuando Link pudo levantarse observó con horror como Zelda se encontraba a los pies de esa dantesca figura que, a pesar de que el temblor había cesado, no paraba de agitarse y retorcerse. Link pudo llegar a tiempo para apartar a la princesa cuando, tras un sonoro y quebradizo espasmo, la cabeza de la momia se les quedó mirando. Una mirada vacía que poco a poco comenzó a iluminarse. Sus ojos tenían un color carmesí, un rojo oscuro pero que brillaba con una ira contenida durante milenios. Era la mirada de una bestia hambrienta de venganza.

    Tras un nuevo terremoto, aun más grande que el anterior, consiguieron mantenerse erguidos para ver como el cuerpo putrefacto de lo que había sido un hombre fuerte y poderoso, al que después conocerían como Ganondorf, se había librado de sus ataduras y se dirigía hacia ellos con pasos lentos pero seguros. Sin pensarlo dos veces, Link desenvainó la Espada Maestra y se lanzó hacia su enemigo dispuesto a proteger a la princesa con su propia vida.

    Pero Link no fue consciente hasta que ya era demasiado tarde de que, en esa oscuridad maldita, ni siquiera la “luz divina” de la Espada Maestra podría brillar. Con un movimiento imperceptible para nuestro campeón, Ganondorf paró el filo de la espada con la palma de su mano desnuda y con solo cerrar el puño la hoja se quebró en mil pedazos.

    Link se quedó aterrado, sosteniendo una empuñadura inservible contaminada por la ponzoña negra que brotaba de ese siniestro y poderoso ser. Empezó a buscar opciones a su alrededor, y cuando empezaba a desesperar, su mirada se cruzó con la mirada aterrada pero decidida de la princesa que le señalaba algo bajo sus pies. Era el brazalete ocre y oxidado, antiguo contenedor de la mágica luz que había sido la prisión de ese ser que estaba apunto de aniquilarles.

    Se puso el brazalete en el brazo, y como si una misteriosa fuerza le guiara, lanzó un intenso rayo de luz verde eléctrica hacia el corazón de aquel ser nacido de las profundidades. Este, lanzando un grito aterrador, mezcla de un odio y una rabia eterna, esquivó el rayo y huyó reptando a través de una de las cuevas del laberinto, oculto por las tinieblas de su propia existencia. El grito provocó un nuevo seísmo que hizo temblar toda la cúpula, las raíces y el barro que el paso de los años había fortalecido comenzaron a ceder bajo el peso de la piedra tallada, y esta empezó a derrumbarse. Link se giró a tiempo para ver a Zelda caerse por una de las grietas que habían surgido en el suelo, y que la arrastraban irremediablemente a los abismos del olvido. De nuevo, como si su brazo ya no le perteneciera en absoluto, alargó la mano y proyectó un haz de luz esmeralda que sujetó la mano de la princesa y puso a salvo en un saliente.

    Consiguieron salir a tiempo por la apertura de los dragones justo cuando una cortina de piedras y polvo la cerraba para siempre. Ya no habría forma de volver a aquella tumba maldita. Pero los dos tenían la certeza de que aquello que habían despertado también había conseguido huir de su sepulcro, y tendrían que enfrentarlo tarde o temprano.

    ****

    Tras semanas de estudio, la princesa descubrió que el espíritu de Ganon y toda su maldad, se encontraba encerrado en el cuerpo momificado de un Gerudo, conocido como Ganondorf, que yacía encerrado durante miles de años en las profundidades de las catatumbas del castillo de Hyrule gracias al poder de la energía Zonai. El Cataclismo que lograron vencer, no era más que una sombra del verdadero poder que ese ser albergaba en su interior.

    Ganondorf, no era más que el humano elegido por una oscura deidad, nombrada en los escritos Zonai como el Heraldo de la Muerte, para albergar su maldición. Esa proyección de odio y maldad, la “malicia”, podría tomar la forma física de una bestia salvaje y corrupta si fuera necesario, conocida por ellos como Ganon, el Cataclismo.

    Hace milenios, en los orígenes de la tierra que ahora conocemos como Hyrule, la encarnación mortal de la diosa Hylia junto con su campeón “elegido” para portar la recién forjada Espada Maestra, la única capaz de disipar el mal, consiguieron sellar a esta tenebrosa entidad más allá del tiempo y del espacio. Pero este ser, aparentemente inmortal, maldijo antes de desaparecer a los héroes y a todos sus descendientes, condenándolos a una lucha eterna contra su infinita maldad.

    Mientras tanto, Link junto con los líderes de todas las razas que pueblan las tierras de Hyrule, comandaron un ejercito para hacer frente a las huestes de monstruos y seres de las sombras que, dirigidos por la maldad de Ganondorf, estaban destruyendo la tierra que tanto amaban.

    La batalla estaba siendo cruenta, y claramente desigual. Las fuerzas del bien estaban perdiendo territorio a una velocidad alarmante y las bajas eran ya incontables. Pero nuestro héroe y sus aliados, no perdían la moral y seguían plantando cara a las hordas de enemigos que, oleada tras oleada, chocaban contra sus espadas, martillos, arcos y lanzas.

    Desde la torre más alta que coronaba el castillo de Hyrule, y bajo la gran campana oxidada que tantas veces le había servido de cobijo cuando se escondía por sus fracasos del Rey Rhoam, su padre. Esa campana que solía repicar todas las mañanas dando los buenos días al reino, que disfrutaba anunciando las buenas nuevas de un nacimiento o un casamiento, esa campana hoy estaba muda, como lo estaba la propia princesa ante aquella horrible estampa pintada con el plata de los brillos del metal y el carmesí de los ríos de sangre. Desde esa torre, la llamada “Reina viuda”, lloraba de impotencia.

    Vagó como un alma en pena hasta su habitación en la torre del oeste del castillo, y allí calló al suelo rendida y derrotada. Se aferró al cuento que con tanto amor le leía su madre cada noche, lleno de historias de otras épocas y lejanos lugares. Historias de intrépidos héroes que viajaban en el tiempo, de valientes corsarios que surcaban océanos embravecidos llenos de peligros, y donde las diosas tenían tanto poder, que eran capaces de elevar las tierras a los cielos para librarlas del mal. Allí sus súbditos vivían felices y surcaban los cielos a lomos de grandes aves. Ahora lo único que deseaba ella era poder volar, elevarse sobre todo aquel odio y muerte que regaba su amado reino y llevárselo consigo más allá de las nubes, hacia las estrellas, donde ningún mal pudiera alcanzarlos.

    Mientras rezaba por ese sueño imposible, no se percató de la luz dorada y cálida que la envolvía y la hacía elevarse del suelo lenta y sutilmente, como una pluma a la que una corriente de aire cálido transporta hacia las nubes. No fue hasta que se vio flotando por encima de la Torre de la Campana que fue consciente del poder y la fuerza que la embargaba. Se sentía imparable, como cuando plantó cara a Ganon para salvar a Link y a su reino. Aunque al ver de nuevo todo su reino contaminado y roto por culpa de esa marea negra de muerte y odio, volvió a llorar. Pero esas nuevas lágrimas ya no eran de miedo ni de culpa, sino que estaban llenas de fuerza y esperanza.

    Sin saber muy bien como elevó los brazos, y con toda su divina voluntad, ordenó a las llanuras, a las montañas, y a los cerros elevarse. Todas las ciudades habitadas y los bosques llenos de vida y libres de odio, se dirigieron hacia el cielo quebrando la tierra y dejando un mundo enfermo, lleno de cicatrices infectadas de maldad, que tardarían mucho tiempo en poder curar.

    Link, que seguía en el campo de batalla, contempló atónito el caos que se desataba a su alrededor. Veía como el suelo crujía y se retorcía tragándose a enemigos y aliados por igual, que desaparecían en profundas fosas rebosantes de oscuridad. Ordenó a todas las fuerzas del reino la retirada, y les indicó que se dirigieran a las zonas más elevadas que comenzaban a desprenderse de la tierra. Una vez consiguieron ponerse todos a salvo, y repeler los pocos enemigos que consiguieron seguirlos, en el suelo ya solo quedaban hordas de bestias furiosas y confusas. Nuestro héroe se montó en su fiel yegua Epona, y de un elegante poderoso salto, regresaron a la superficie en dirección al Castillo, que empezaba a elevarse dejando escapar de sus profundidades una densa y tétrica humareda negra, en busca de la princesa Zelda.

    La princesa se encontraba en los portones principales a la entrada del castillo visiblemente agotada. Justo cuando nuestro campeón llegó a su altura, esta se dejó caer en sus brazos. Mientras Link la acomodaba en la silla, Epona se dirigió veloz como el viento en dirección a los más profundo del Gran Bosque de Hyrule, el misterioso Bosque Kolog, allá donde los monstruos nunca han osado entrar.

    Nada más nuestros héroes cruzaron el umbral del bosque, que seguía inmóvil sujeto por una misteriosa fuerza a la tierra, como si algo o alguien hubiera estado esperándolos, todo el terreno empezó a elevarse dejando tras de si un gran lago cubierto por la niebla y un agujero en las nubes.

    Llegaron ante el gran Árbol Deku, una de las pocas entidades divinas que aún poblaban las tierras de Hyrule. Un ser, de naturaleza terrenal, pero con la capacidad de renacer cada vez que fuera necesario manteniendo intacta su memoria y su poder. Su tarea es velar por los bosques y los seres indefensos de todo Hyrule, dándoles cobijo y manteniendo a todo mal lejos de sus dominios. Ahora vivía junto a sus “hijos” los kologs, los espíritus del bosque, y los guardaba a salvo bajo sus ramas. Unos pequeños seres vegetales que antaño habían sido niños Kokiri, pobladores de los bosques que se aseguraban junto con las hadas de que la naturaleza siguiera su curso, ante la amenaza del avance de la civilización hyliana. Pero acabaron evolucionando y pasando a estado vegetal por su permanencia y vínculo con los bosques.

    Tras un merecido descanso, el rbol Deku les explica todo lo que sabía de la tribu Zonai, y como hace millones de años, gracias a una poderosa energía, su líder ayudo a los Hylianos a luchar contra el mal de Ganondorf, y consiguieron sellarlo con esa energía sacrificando así su propia existencia.

    Ante la imposibilidad de recuperar la Espada Maestra, y con Zelda despojada ya de todo poder divino, el Árbol Deku instó a Link a realizar un viaje a través de las épocas en busca del poder necesario para restaurar la espada y conseguir además algo de esa “magia” Zonai, que pudiera darle la ventaja necesaria para librar Hyrule de la malicia de Ganon para siempre.

    Link entró al interior del Gran Árbol, donde reposa un portal intacto desde hace milenios, que le conducirá al pasado, a un tiempo remoto donde el mundo era salvaje y los dioses aún poblaban la tierra. Su deber era el de conseguir las “lágrimas” de los siete “sabios”, las reencarnaciones de las deidades, para poder restaurar el “alma” de la Espada Maestra. Además de buscar los últimos vestigios de la tribu Zonai, para obtener así algo de su misteriosa energía, imprescindible para mejorar en su espada y dotarla del poder necesario para acabar por fin con Ganondorf y el Heraldo de la Muerte. Terminando de una vez con todas con la maldición y el ciclo de retorno de ese mal.

    Mientras el Héroe del Tiempo se disponía a cruzar el umbral del portal, donde tres engranajes gigantes tallados por completo de símbolos desconocidos han abierto un agujero infinito hacia otra época, Zelda gritó su nombre con una voz muda y casi inteligible:

    – ¡Te estaré esperando! – Susurró escondiendo su cara tras sus manos heridas, ocultando sus lagrimas.

    – Volveré – Respondió Link volviéndose y adentrándose en el oscuro pasaje.

    Él sabía que sería la última vez que volvería a ver a su amiga, a la que sentía como se le iban agotando las fuerzas. Pero su estado no era mucho mejor. Aunque había tratado de ocultarlo, la corrupción de Ganondorf que, desde su enfrentamiento en las profundidades de su tumba le había infectado el brazo, cada vez era más dolorosa y terminaría por extenderse por todo su cuerpo. Ese odio terminaría por devorarlo, o lo que es peor, convertirlo en un ser oscuro y sin alma.

    Se aferró al mango de su espada y empezó a correr por la oscuridad a toda velocidad. Tenía darse prisa si quería terminar con ese mal antes de que fuera demasiado tarde para el reino, la princesa o el mismo.

    Fin?

    ****

    Y en el siguiente juego, controlamos a Linka y luchamos contra Vaati con la ayuda de un Minish que nos acompaña dentro del sombrero 😜

    Espero que os haya gustado tanto como a mí escribirlo.

    Everything else is child's play

    ¡Aqui hay carrera! Tremendo poeta, me ha gustado mucho tu teoria sobretodo si está explicada de forma narrada como una historia.
    Yo habria puesto que link pierde la piedra sheika en el terremoto ya que no lo hemos vuelto a ver, pero por lo demás está bastante bien
    👌👌👌

    ¡Aqui hay carrera! Tremendo poeta, me ha gustado mucho tu teoria sobretodo si está explicada de forma narrada como una historia. Yo habria puesto que link pierde la piedra sheika en el terremoto ya que no lo hemos vuelto a ver, pero por lo demás está bastante bien 👌👌👌

    ¡Muchsimas gracias Grrrr66!

    Pues que rabia, me encanta tu teoría de como pierde la piedra Sheika en el terremoto. Me la voy a agenciar 😉

    La verdad es que me encanta escribir, porque aunque me resulta muy difícil, es todo un reto para mí.

    Un abrazo y encantado de que te haya gustado.

    Everything else is child's play

    Ostras, con todo esto de la película me he olvidado por completo del Zelda.

    se nota que no saben de zelda.

    la maldad no es ganondorf, la maldad no es ganon, la maldad es algo mas antiguo, sin nombre, conocido en algun punto como el heraldo de la destruccion, luego esa maldad encarno en ganondorf, da igual que maten a ganondorf, esa maldad volvera en alguien o algo mas

    asi como la diosa hilia volvera en zelda o en otra mujer, y el heroe volvera en alguien mas

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