De forma paralela al nacimiento de Pokémon, Enix lanzó en Game Boy Color una rama dentro de su saga Dragon Quest bajo la coletilla de “Monsters”. Esta nueva subserie, conocida en territorio americano como “Dragon Quest Warriors”, consistía en controlar a un personaje que debía cazar y entrenar a diversas criaturas para, a posteriori, usarlas para enfrentarse a otra gente y obtener así un título mundial.ç

Al igual que toda la saga DQ, estos títulos nunca llegaron a España, si bien gracias al lanzamiento de Dragon Quest VIIII en PlayStation 2 hace un par de años las puertas se han abierto y hoy, por fin, podemos hablar de esta franquicia como algo real dentro del continente europeo. Dragon Quest Monsters Joker es, en esencia, una evolución del concepto de los DQWarrior llevado a las tres dimensiones y potenciado en la portátil de doble pantalla de Nintendo.

La historia es tremendamente sencilla y nos presenta a un personaje mudo y sin nombre –seña de identidad de la saga- que, tras intentar apuntarse a un torneo de enfrentamiento de monstruos, es castigado por el líder de la ciudad. Después de varios días en la zona de castigo, es llamado por su líder y le ofrece la libertad. ¿Cómo? A cambio de apuntarse al torneo con el pretexto de hacer de espía y pasarle información..

En este punto tomamos el control del personaje y tendremos que recorrer varias islas recogiendo diez piedras Drakonium, que nos dan acceso al último nivel del torneo y, por tanto, nos permitirán obtener los datos que necesitamos. Un pretexto muy sencillo y que recuerda a Pokémon y las medallas para acceder al Alto Mando, pero de todas formas suficiente para poner en situación.

Los que hayáis jugado a Pokémon Perla/Diamante, os podréis hacer una idea de cómo funciona el sistema de juego de DQJoker: capturar, entrenar y enfrentar a monstruos es la base, tanto con enemigos salvajes como entrenadores. Las batallas son las clásicas por turnos, si bien encontramos una pequeña diferencia con respecto a Pokémon: nuestro equipo lo pueden llegar a formar hasta tres monstruos, a los que se le suman otro trío haciendo de sustitutos.