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La revolución de la mejor generación de Pokémon

La región que lo cambió todo

La revolución de la mejor generación de Pokémon

El eterno debate de la mejor generación de Pokémon. Para muchos, lo es la primera por su valor como base de todo lo que vino después. Para tantos otros, la segunda y la tercera, por continuar con el legado y llevarlo a nuevos límites, se merecen ese premio. La quinta, quizás la cima de la licencia hasta el momento, es nombrada numerosas veces cuándo se genera este debate cíclico. Sin embargo, existe una generación que, para mí, se merece ser la más importante de la franquicia.

Aunque mi opinión difiere mucho según el momento, ya que le tengo un cariño tremendo a las tres primeras, pocas tuvieron el impacto que tuvo la cuarta. Con esta, la primera en Nintendo DS, tuvimos la oportunidad de disfrutar de DiamantePerlaPlatino y los remakes de OroPlata. Ya solo por la calidad de cada uno de estos títulos, es incontestable que la cuarta generación se merece un sitio en el debate. Pero, si además le sumamos el impacto que tuvo a nivel internacional, solo podemos afirmar que gracias a ella Pokémon es quién es hoy.

Piensa local, actúa global

En los títulos previos a DiamantePerla, el intercambio de criaturas, los combates y los eventos especiales requerían presencialidad. Así, para llevar a cabo cualquiera de estas situaciones era necesario el célebre cable Link. Gracias a este, podíamos llevar nuestros Pokémon a otros sistemas, utilizarlos para batallar en torneos o contra nuestros amigos y, gracias a eventos exclusivos que nos obligaban a estar en ciertas localidades, también podíamos recibir monstruos de bolsillo únicos que no obtendríamos de otra manera. Con la llegada de la cuarta generación, todo esto cambió.

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Como dice el refranero popular: «piensa local, actúa global». Bajo esta premisa, el equipo tras los títulos de Pokémon optó por integrar la conectividad en línea. Así, los límites de la serie se desdibujaron y, por suerte para muchos, podíamos conseguir todo desde la comodidad de nuestra casa. Con un movimiento tan sencillo de ejecutar como difícil de implementar, Pokémon ganó una nueva dimensión y facilitó la vida a muchos jugadores. Desde entonces, la presencialidad para intercambios, torneos y eventos dejó de ser necesaria y dio paso a la utilidad de la conexión global. Solo por este movimiento, que cambió la franquicia para siempre, hay que tener en cuenta el valor de los títulos de Sinnoh y, posteriormente, Johto y Kanto.

La generación Pokémon con la mejor jugabilidad

«Para gustos, colores». Esta frase, también del refranero popular, resume a la perfección mi opinión sobre los aspectos jugables de los cinco títulos ya mencionados. Aunque más tarde se depuró la fórmula y se alcanzó la excelencia, como muchos consideran con la quinta, la cuarta generación de Pokémon tiene un «algo». Ese «yo qué sé, que qué sé yo» que la caracteriza está formado por la variedad de MO presentes en las aventuras de Sinnoh, las nuevas opciones de los remakes de Johto y Kanto y un sinfín de aspectos que, de nombrarlos, nos tendrían aquí durante horas.

Para muchos, la complejidad de DiamantePerlaPlatino fue un paso adelante en la franquicia. Previo a estos títulos, Pokémon se caracterizaba por una premisa sencilla que, a excepción de algún pico aislado de dificultad, pocos retos tenía que ofrecer. Con la llegada de la región de Sinnoh, un lugar repleto de misterios donde el tiempo y el espacio se distorsionan y entrelazan, esta concepción cambió. Además del recordado combate final de la Liga Pokémon, quizás uno de los más complejos de cualquier título de la serie, estos juegos se caracterizan por sumar valor a su historia y su premisa. Con un tono más maduro (salvando las distancias con otras obras del género), las obras centradas en Sinnoh forman parte, y esto no admite discusión, de las más queridas de la licencia.

Por otra parte, ahondando en los remakes de Oro PlataHeartgold y Soulsilver respectivamente, The Pokémon Company y Game Freak demostraron cómo debe hacerse una reimaginación. Por las limitaciones del cartucho original, las propuestas de OroPlataCristal sufrieron que, pese a no empañar la experiencia original del juego, sí dejaron mucho lugar a los «¿y si…?». Con el lanzamiento de los remakes, todas estas dudas, ideas e imaginaciones que cayeron en saco roto encontraron respuesta.

De golpe y porrazo, Johto y Kanto se unieron cómo siempre debieron estarlo. En los lanzamientos de la segunda generación, la presencia de Kanto fue un regalo anecdótico para los fans. Con HeartgoldSoulsilver, la compañía consiguió quitarse esa espina y lanzar uno de los mejores juegos de la franquicia. Gracias a las posibilidades de Nintendo DS, ahora era posible visitar las dos regiones sin limitaciones. Además, se incluyeron competiciones como el Pokeáthlon, un lugar en el que podíamos poner a prueba las habilidades de nuestras criaturas. En definitiva, estos títulos hicieron honor a la frase «más es mejor».

La base de un futuro esperanzador

En definitiva, aunque cada uno tiene su opinión, para mí la mejor generación siempre será la cuarta. Aunque objetivamente puedo destacar el valor de la quinta o la primera, por nombrar alguna de las más queridas, es imposible pasar por alto la importancia de esta. Sin ella, sin las novedades que trajo Sinnoh, Pokémon distaría mucho de lo que es hoy. De hecho, tal es su valor que, por ejemplo, se optó por ambientar en esta región el juego más ambicioso de la serie. Además, los remakes de DiamantePerla, pese a sus críticas mixtas, ya se encuentran entre los más vendidos de Nintendo Switch. Con solo estos dos ejemplos, sumados a todos los nombrados y los que quedan por citar, se entiende la importancia de una generación que sentó las bases de la franquicia.

Y tú, ¿cuál crees que es la mejor generación de Pokémon? ¿En qué lugar colocarías a la cuarta en tu listado? Os leemos en los comentarios.

Si te interesa, también puedes leer cuál es el mejor Pokémon inicial de cada generación.