Análisis Análisis Switch Nintendo Switch

[Análisis] Grindstone para Nintendo Switch

[Análisis] Grindstone para Nintendo Switch

Me imagino a los creadores de Grindstone como los hijos de aquellos que crearon en Candy Crush y unos cuarentones que le han echado 400 horas al WoW. Es extraño, pero la sensación principal que me transmite el juego en sus primeras impresiones es esa, una jugabilidad familiar y adictiva, pero con un componente de profundidad tenebroso y retante. Más allá de estas tonterías, lo que sí que puedo afirmar es que Grindstone es (y lo vamos adelantando) un juegazo, y no solo para aquellos amantes profundos de los juegos de puzzles, sino para todo el mundo. Tiene todos los ingredientes que lo convierten en un juego mayúsculo, y que, ahora en este análisis, iremos repasando para preparar un buen cocido.

Grindstone es un juego de puzzles con ligeros toques de RPG que salió originalmente para dispositivos Apple en 2019, más en concreto como uno de los juegos de lanzamiento de la plataforma Apple Arcade, y fue aclamado como uno de los juegos más interesantes de todo el catálogo. Desarrollado por Capybara Games. Llegó el día 15 de diciembre en exclusiva en consolas para Nintendo Switch. ¡A por las grindstones!

Historia

Desde luego que la historia es lo menos importante de Grindstone, pero no por ello se ha dejado de lado. Hay todo un universo creado para contextualizar bien el juego, unos personajes muy carismáticos, una historia sencilla pero que encaja a la perfección con el gameplay… sin duda una historia al servicio del juego, pero para nada descuidada como venimos diciendo.

La premisa es bastante sencilla, el bárbaro Jorj, nuestro protagonista, se ve obligado por las circunstancias a traer algo de dinero a casa y es cuando le llega la oportunidad de un trabajo, consiste en obtener Grindstones, unas valiosas piedras preciosas, a cambio de aniquilar a bestias infames, por supuesto, Jorj acepta el puesto. También existe un bestiario dónde podremos adentrarnos más en el “lore” del juego y enterarnos de las pequeñas historias de los personajes, de los enemigos… Es agradable encontrar ese mimo en partes tan aparentemente innecesarias.

Batido de monstruos

Vayamos por partes. Aunque Grindstone sea un juego de envergadura menor, diseñado en con la mente en un móvil y una pantalla táctil no hay que despreciar en absoluto sus virtudes, que las hay, y son muchas. Los controles son sencillos por lo mismo, en lo básico se utilizan únicamente dos comandos, el joystick izquierdo para definir la dirección y el botón A para confirmar, cuanto más y más vayamos jugando se implementarán algunos botones más para realizar funciones más específicas, pero todo se comprende muy bien y se maneja perfecto. En el modo portátil también podremos utilizar los controles táctiles, que funcionan a las mil maravillas.

Está claro que Capybara Games no ha tratado de reinventar la rueda, pero sí que ha aplicado unas cuantas lecciones de diseño de videojuegos que funcionan como un tiro y las ha llevado al límite. En concreto he observado 3 grandes leyes del diseño de videojuegos (seguro que hay más…) que se mezclan entre sí, y que aquí se observan perfectamente. Iremos pues desgranando el gameplay de Grindstone a medida que las explicamos.

Riesgo/recompensa

A cada una de las pantallas de Grindstone se accede por un mapa que va subiendo en escalada hacia arriba, al más puro estilo Candy Crush, y al mismo tiempo va subiendo en dificultad. Cada una de estas pantallas nos enfrentará a un reto principal para poder pasar a la siguiente, casi siempre suele ser el mismo, eliminar a una cantidad concreta de monstruos. El funcionamiento es sencillo, empezamos en la parte inferior de la pantalla, ocupando una casilla, y podremos eliminar a los monstruos del mismo color, (hay hasta 5 colores posibles) avanzando hasta su casilla, y a los que se encuentren adyacentes en las 8 direcciones posibles. Hasta ahí parece bastante sencillo.

La magia sucede cuando tras hacer una serie de 10 monstruos (cosa no muy complicada al principio) se libera una grindstone, ocupando una casilla dónde estaba un monstruo al azar. En el siguiente turno, podremos coger la grindstone si logramos llegar a ella mediante monstruos de un solo color, y al alcanzarla, podremos cambiar el color que habíamos elegido al principio. Ya os podéis hacer a la idea de por dónde van los tiros, combar, combar y combar hasta lograr encadenar el máximo número de colores y hacer las series más largas. La recompensa será que por cada 5 monstruos la grindstone que se generará será de más valor (contendrá más grindstones en su interior) por lo que siempre nos rentará hacer combos más largos.

¿Y el riesgo? Claro, si el juego solo consistiera en ganar y ganar, no sentiríamos esa presión. Y llega el punto que nos preguntamos: ¿escapo ya por la puerta o intento hacer un combo de 32 monstruitos? El peligro viene por la parte de los monstruos, cada turno que pase algunos de ellos se enfurecerán, eso significa que cuando nosotros acabemos nuestra jugada y nos establezcamos en una casilla, ellos realizarán un ataque en cruz, si nos golpea, perderemos una vida y solo tenemos 3, si acaban con nuestras vidas, perderemos el nivel y todas las grindstones conseguidas. El número de los monstruitos que se enfurecen aumenta según vamos aumentando turnos y turnos así que llegará un momento que prácticamente toda la pantalla esté llena de monstruos enfurecidos. Una vez completado el requisito de monstruos derrotados, por ejemplo 50, deberemos salir por la puerta que está justo en la parte superior de la pantalla, pero ¿vamos a dejar que esos monstruos amarillos perfectamente alineados a los que sigue una grindstone y luego otro grupo de monstruos rojos se quede ahí? Claro que si hacemos eso… nos quedamos en la parte de debajo de la pantalla…

Este es el dilema constante en Grindstone, el de conseguir más y más y que la avaricia no rompa el saco, en este caso de grindstones, pero también hay otros objetivos secundarios como cofres o minijefes que derrotar, entraremos en eso más adelante. Alicientes que nos tentarán constantemente a arriesgar todo nuestro botín y tomar la decisión correcta en un magnífico ejemplo de riesgo/recompensa. Una de las decisiones más comunes que hay que tomar en niveles ya avanzados es si merece la pena alargar un combo más de 10 monstruos, incluso con la posibilidad de hacer hasta 20, por aprovechar en dos turnos y generar así dos grindstones en vez de una, para poder tener más posibilidades de combar y escapar de situaciones delicadas. Es una decisión que pone en jaque en nuestro pensamiento, deberemos ser codiciosos, o deberemos jugar con estrategia… pero realmente ¿hay estrategia?

Plan de juego

Puede que aquellos que estén buscando una profundidad mayor en el gameplay estéis notando falta de profundidad en el mismo. Si finalmente todo se reduce a unir puntos ¿dónde queda la habilidad del jugador? Expliquemos pues todas las razones por las que Grindstone es un juego repleto de detalles en su diseño, que finalmente desembocan en que el jugador tiene que establecer un elaborado plan de juego previo para realizar sus movimientos.

La posición de los monstruos se genera aleatoriamente en cada intento por lo que de nada sirve intentarlo una y otra vez hasta dar con la solución, no hay una solución predefinida. Las distintas pantallas se diferencian entre sí por los elementos contextuales que cuentan, y aquí se abre un mundo enorme de elementos que pueden aparecer: rocas, cuchillas, teletransportes, tumbas que generan esqueletos…  además se introduce la mecánica de la fuerza, esta es indicada por el numero de monstruos que llevamos encadenados en la serie actual; esta fuerza nos permitirá romper rocas por ejemplo, que suelen tener una durabilidad de 5 puntos. Deberemos hacer un buen uso de estos elementos para poder superar ciertos obstáculos, por ejemplo, siguiendo con las rocas, si rompemos una, esta, además de permitirnos el paso, generará un recurso de roca que ocupará una casilla aleatorio dónde antes había un monstruo, pues bien, ahora esa casilla es una especie de “comodín” que podemos atravesar independientemente del color con el que estemos realizando el encadenamiento, por lo que es muy útil para conectar con más odiosos bichos y hacer combos largos.

Los enemigos son otra dosis de imaginación y variabilidad. Ya hemos hablado de los monstruos de colores, pero estos son solo los esbirros más comunes, aquellos que utilizaremos como meras “carreteras” para viajar con Jorj. Los otros enemigos son de lo más variado, desde simples monstruos más fuertes, con resistencia 10, hasta esbirros con lanza, esqueletos… todos con sus propias mecánicas de movimiento, de derrota, y de ataque entre turnos… Estos enemigos “mayores” no se generan aleatoriamente, sino que forman parte de los elementos de cada nivel, aparecen a determinados turnos, e incluso pueden formar parte del objetivo de Jorj para que se abra la puerta. Derrotarlos, en el caso de que no sea estrictamente necesario no solo nos facilitará el resto de la partida, sino que puede ser hasta beneficioso, ya que muchos de estos monstruos son incoloros, es decir, actúan como una grindstone cuando tenemos la suficiente fuerza acumulada para derrotarlos, además de que los recursos que sueltan pueden venirnos bien para futuras partidas…

Así pues, es importantísimo planear los turnos, es lo que probablemente lo diferencie más de un Candy Crush. Sin desmerecer por completo el punto de estrategia que tienen los puzzles de caramelos más famosos del mundo, estos son famosos por ser jugados más que con una mirada pausada y sopesando cada jugada, simplemente por el hecho de observar todas las luces y colores que suceden, el tiovivo azaroso que se consigue al hacer que los caramelos caigan unos sobre otros sin conciencia del jugador y que por pura suerte salgan combos espectaculares. En Grindstone, existen los combos espectaculares, existen las grindstone del tamaño de una plaza de toros generadas por combos de más de 50 monstruos, pero no suceden por azar, suceden por el buen juego, y la sensación es maravillosa. Debemos prever que es lo que va a pasar en los turnos siguientes, reservar recursos, pensar en el futuro, ser codiciosos cuando merezca la pena la recompensa y el riesgo sea menor… en definitiva, debemos planear el juego antes de jugarlo. Ese componente de estrategia profunda, que se va acentuando de cara al final del juego (y os puedo asegurar que sudaréis tinta para superarlo) es lo que hace de Grindstone un juego que no para de sorprender en su fórmula, siendo siempre sencilla, pero al mismo tiempo complejizando los asuntos más y más, haciendo que el uso de habilidades, pociones y armaduras sea más que necesario… ¡¿Qué?!

Gestión de recursos

Tras las primeras pantallas de Grindstone, dónde nos empezamos a familiarizar con las mecánicas básicas que ya hemos ido contando, se empiezan a presentar los componentes RPG. Ya hemos dejado caer que la generación de recursos es una forma de generar ventaja en las propias pantallas, pero no se iba a quedar ahí. Existe todo un entramado que aún hace más interesante al juego y le añade más y más capas de profundidad, la personalización de nuestro equipo, la creación de nuestra propia build, el acaparamiento de materiales es tan importante como poder terminar las pantallas a largo plazo, así que todos esos objetivos secundarios son importantísimos tenerlos en cuenta y arriesgar por ellos cuando sea posible.

Superado cierto nivel, todos los niveles (excepto los de los jefes finales) tienen el mismo objetivo principal y los mismos dos secundarios. El principal, como hemos comentado, será lograr matar cierto número de monstruos o ciertos monstruos “mayores” para que se abra la puerta, y los dos secundarios serán conseguir el cofre y matar al minijefe. El cofre aparece en el campo de batalla una vez logramos abrir la puerta (escapar ya… o voy a coger ese valioso botín…), para conseguirlo antes deberemos matar al monstruito que tiene la llave (el cual ha sido elegido aleatoriamente) y llegar con la suficiente fuerza al cofre (hay cofres más duros que otros). El minijefe es un monstruo más, que también aparece una vez abierta la puerta y que para vencerlo no bastará con aumentar simplemente la fuerza, sino que también será de un color específico (no es incoloro como el resto de monstruos “mayores”). Conseguir estos objetivos secundarios será importantísimo de cara a nuestro inventario. Los cofres no solo nos darán valiosos recursos que utilizaremos para crear equipamiento, sino que nos dará, en ocasiones, los propios planos del equipo que crearemos. Los minijefes nos darán coronas, la “moneda” necesaria para ciertos desbloqueos especiales, y sobre todo, para los niveles de jefes finales.

La posada es el lugar central del apartado de equipamiento del juego, desde ahí, conoceremos a los distintos NPC’s y podremos utilizar los distintos materiales que recolectemos. La posada cuenta con 4 estancias cuando la desarrollamos al máximo, cosa que no nos llevará excesivo tiempo. La taberna, el sastre, la herrería y un misterioso sótano.

En la taberna se pueden hacer dos cosas principalmente, podremos tomar una extraña bebida que nos recuperará la salud si la tenemos baja. Nos curará cada corazón por 5 grindstones, y, dato importante, si morimos no recuperaremos la salud, por lo que deberemos gastar 10 grindstones tras morir si queremos ir en plenas condiciones a nuestra siguiente batalla. La otra opción que tenemos es la de conseguir las recompensas de los desafíos. Estos son una serie de logros que consisten en superar ciertos números, por ejemplo hacer un record de romper rocas, o conseguir un combo de 10 monstruos en la misma jugada de escapar… una vez consigamos estos logros, podremos canjearlos por distintos recursos a elegir.

En la herrería podremos desarrollar los distintos planos que consigamos y transformarlos en las armas que podemos usar durante la partida. Tenemos hasta 3 slots dónde colocar armas. Las hay de usos infinitos, que son menos poderosas, y las hay consumibles, que tendremos que ir a repararlas, existen muchas armas de muchos tipos, la versatilidad es muy buena. En la sastrería por su parte podremos desbloquear y equiparnos los distintos trajes y armaduras que harán las veces de habilidades pasivas que nos beneficien de algún modo.

Finalmente, en el sótano secreto se halla un personaje que nos enseñará el bestiario con las descripciones de los distintos NPC’s del juego y de los monstruos. También podremos conseguir unas pociones especiales que harán efectos devastadores sobre la partida. Estas pociones se recargan al matar  montones de monstruitos pequeños, por lo que es una razón más por las que no parar de derrotar a estos enemigos. Todo este abanico de opciones sencillas, sin estadísticas y sin niveles, pero con mucha repercusión en el gameplay puro, es el despliegue recursos que deberemos gestionar para poder llegar a fases avanzadas de Grindstone.

Los tres elementos que hemos comentado,  están presentes en multitud de videojuegos, aparecen aquí bien representados y mezclados entre sí. Todo para conseguir una experiencia en la que cada movimiento debe ser planeado, teniendo en cuenta no solo la propia partida, sino los recursos que conseguiré para el futuro, y bajo un sistema constante de riesgo/recompensa. Todo ello en un juego de puzzles, no lo olvidemos, con más de 200 niveles, y con un modo extra de clasificación online diario, para competir con amigos o contra los mejores del mundo. Grindstone es muy bueno. Y mucho bueno.

Gráficos, arte, sonido y música

Grindstone tiene un “gamefeel” genial, ahí sí que se parece a Candy Crush. Es muy adictivo y gráficamente y sonoramente es genial, cada acción que realicemos tendrá un sonido asociado distinto, los efectos visuales también son muy vistosos y reflejan bien la rabia de Jorj al desmembrar monstruos en rachas de más de 20; en cuanto a rendimiento va como una roca.

Artísticamente, en lo visual y en lo musical es delicioso igualmente, un dibujo animado muy colorido y unos personajes muy carismáticos. La música, sin ser algo que destacar en un apartado propio, cumple ambientando bien la dinámica del juego. Soy consciente de que la música ha sido galardonada y que se va a editar por separado incluso, pero tampoco me ha parecido demasiado, quizás por el buen nivel de bandas sonoras que tenemos en la industria, aún así como digo, no desentona en absoluto.

Conclusión

Estoy asombrado con Grindstone, creo que se cuela entre los mejores juegos de puzzles que he jugado en mi vida. Sin duda es una opción segura para cualquiera, es un juego que gustará a todos, incluso a los más casuales, su barrera de entrada muy suave. Su genialidad radica en su sencillez, en los principios básicos en los que basa sus mecánicas principales, que poco a poco, acompañando al jugador hasta la cima de la montaña, nos pondrán en aprietos, pero nosotros ya estaremos curtidos en la resolución de estos maravillosos puzzles. Una obra maestra del género.

Tenéis Grindstone en formato digital, (aunque saldrá más adelante en formato físico) por 16,79€ en Nintendo Switch, y ocupa 1850 MB de memoria.

9.0

[Análisis] Grindstone para Nintendo Switch

Puntuación Nintenderos: Imprescindible

  • Historia:
  • Jugabilidad:
  • Gráficos:
  • Sonido:
  • Duración:
  • Multijugador:
Destaca en:
  • Su sencillez mecánica unida a su profundidad a largo plazo.
  • Es adictivo, tiene un "gamefeel" tremendo.
  • Artísticamente es genial.
Flojea en:
  • Un modo multijugador hubiera sido la guinda del pastel.


Buscar en:  #análisis