[Análisis] Eternum Ex
Hay ciertos momentos en la vida en los que decides mirar atrás y recordar con nostalgia tus primeros juegos, y eso parece ser lo que ha querido hacer el equipo detrás de Eternum Ex, ya que este título viene para traernos todos esos recuerdos.
El equipo de desarrollo, formado por Flynn’s Arcade y Radin Games, decide traernos gracias a la editora ZeroUnoGames un juego arcade con una historia de las que poco se hablan… La historia de un héroe buscando aventuras en su vejez, combatiendo contra enemigos y contra el mismo tiempo que le queda.
Todo comienza cuando Sir Arthur, tras haber perdido todo lo que poseía y a sus seres queridos, se precipita hacia una nueva aventura, armado con su bastón, con el fin de conseguir la juventud eterna. Para ello, se adentrará en el mundo subterráneo de Samarnath, lugar del que nadie ha salido con vida. Su objetivo: conseguir los 5 orbes que otorgan la juventud.
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Para ello, este anciano usará simplemente un bastón para derrotar a sus enemigos, mientras recoge todos los tesoros que encuentra en su camino. Para añadir dificultad, los cofres están cerrados, y aunque puedes cogerlos, no recibirás bonificaciones, por lo que te acabas retando a abrirlos antes de cogerlos, y para ello tan solo tenemos que pegar cabezazos a los cofres desde la plataforma inferior. Esto también es esencial para quitar las cadenas de algunos cofres que llevan candado, y así poder obtener todos los cofres para pasar al siguiente nivel. También luchamos contra el tiempo, así que deberemos darnos prisa si queremos continuar nuestra aventura.
Al abrir los cofres encontraremos distintos objetos que nos ayudarán en el camino, como tiempo extra, ataques especiales temporales, tesoros de gran valor, portales de teletransporte y más. Todo ello hace que, teniendo en cuenta los diferentes comportamientos de los enemigos, el juego sea ultra frenético, y que cada partida sea distinta a la anterior. Además, encontraremos distintos easter eggs en las mazmorras, aportando jugabilidad extra.
El frenesí ocurrirá a lo largo de 25 niveles, cada uno más complicado que el anterior, los cuales se dividen en 5 mundos. Por cada uno de los mundos, tendremos 4 niveles de plataformas en scroll lateral, y un nivel final en scroll vertical con un objetivo diferente: llegar a la guarida de un boss y acabar con su existencia.
Si el juego se hace demasiado complicado, no hay problema, ya que tenemos dos modos de juego con los que probar suerte: el Modo Arcade, en el que se guarda la partida cada vez que superemos un mundo completo, o el modo Créditos Infinitos, en el que no se guardará la partida, pero podremos seguir desde el nivel donde hayamos muerto hasta que salgamos del juego.
De todos modos, aunque la dificultad de los niveles va en aumento, consiguiendo una adicción bastante frenética, puede que la historia se quede corta, ya que entre mundo y mundo no recibimos ninguna información acerca de la aventura. A pesar de ello, cuenta con todo lo necesario para presentarnos a un personaje con un pasado, un presente, y un futuro que posiblemente dará mucho juego. No conocemos nada acerca de sus pasadas aventuras, y el hecho de que ataque con su bastón nos deja con una gran cantidad de incógnitas, por lo que todo queda abierto a poseer una mayor carga narrativa en el futuro. Y es que en aquellos años en los que jugábamos en las recreativas, los personajes nos dejaban esas mismas incógnitas, y hemos visto cómo esos seres crecían y maduraban con el paso de los años a nuestro lado, por lo que creo que es un comienzo perfecto para este personaje.
Para poder emular esa ambientación, contamos con un apartado gráfico píxel art a 16 bits realmente cuidado, siendo este uno de sus puntos fuertes. Ya sea en el menú, en los escenarios, la tipografía o en los personajes, podemos observar el mimo y el detalle que se le ha dado al arte, facilitando nuestra inmersión en el juego gracias al carisma que desprende cada mundo y cada ser que lo habita. Esa fuerza se demuestra en cada animación, ya que no pierde ese nivel de detallismo en ningún momento, e incluso en el caso de Sir Arthur, llega a forjar una posible personalidad y comicidad. También los escenarios, con unos fondos bien trabajados, nos transmiten esa cohesión con el mundo en el que se centra la aventura
Pocas cosas se pueden echar de menos artísticamente, ya que, tal y como está, consigue su propósito de ser un juego arcade de calidad, referenciándose en juegazos como Ghosts’n Goblins, Bomb Jack o Physic 5. Posiblemente la única pega que pueda poner en este apartado es el querer saber cómo evolucionaría gráficamente el juego en caso de que se publiquen más entregas.
El apartado de audio se acopla bastante bien a la estética y a la jugabilidad, ofreciéndonos unos ritmos muy moviditos que nos mantienen en tensión y nos impulsan a la acción, conservando ese aire retro que tanto nos gusta. Los efectos de sonido, sin embargo, podrían haber tenido algo más característico para el juego, y es que muchos nintenderos estamos algo acostumbrados a los sonidos tan específicos que nos aportan nuestras sagas favoritas, como al abrir cofres en The Legend of Zelda o recoger monedas en Super Mario.
Estamos ante una buena banda sonora que ha conseguido mezclarse con el mundo, pero que nos deja con ganas de un poquito más de fuerza para definirse frente a otros títulos.
Y para poder sobrepasar a otros de esos titulazos míticos arcade, una de las cosas que sí habría merecido tener este juego, es algún modo multijugador, ya que un cooperativo o una competición para ver quién abre más cofres le sentaría muy bien a Eternum Ex. Sin embargo, en este caso solo contaremos con modos para un jugador, sin hacer uso de las posibilidades locales ni online de la Nintendo Switch. Tampoco veremos muchos más usos de la tecnología de la consola, exceptuándola vibración de los mandos y la jugabilidad en modo portátil, que nos sirve de fábula a la hora de querer pasar el rato en cualquier lugar.
Los controles son muy simples, solo necesitamos movernos hacia la izquierda o hacia la derecha y saltar. No hace falta más allá de esos controles para las necesidades del juego, y podréis comprobar que, aun siendo unos controles muy simples, el juego no lo es tanto, ya que hay que dominar bien los controles para alcanzar buenas puntuaciones.
En conjunto, si tuviese que describir Eternum Ex en una palabra, diría “nostalgia”. Desde el primer momento hasta el final del juego, mi mente volvía de nuevo a la época en la que podía echar infinitas horas jugando sin parar. Eternum Ex es adictivo, y sorprende en su calidad por la estética y el balance de dificultad, a pesar de haber sido producido por un equipo bastante pequeño.
En conclusión, recomiendo totalmente este juego a todas aquellas personas que disfruten de los clásicos, y también a toda la gente de nuevas generaciones que se perdieron esta época y quieran toquetear este mundillo. Es cierto que, a estas alturas en la vida de la industria del videojuego, se podrían haber fusionado algunos conceptos retro con las nuevas tecnologías a las que nos estamos acostumbrando, pero el equipo de desarrollo ha jugado muy bien su papel creando este título con esa idea de llevar la nostalgia a nuestras casas, por lo que espero ver más proyectos del equipo en Nintendo Switch en el futuro, y si tenéis interés en Eternum Ex, no dudéis en comprarlo.
El juego se encontrará disponible en la Nintendo eShop el 25 de octubre al precio de 12,99€, con un tamaño de descarga de 140 MB aproximadamente.