[Análisis] This Is the Police 2
¿Alguna vez os habéis preguntado cómo sería manejar una comisaría? ¿Habéis llegado a pensar la dificultad que tiene cumplir con el deber o lo difícil que es perder un civil o un agente? Si sois fans de las películas, series o novelas policíacas, disfrutaréis enormemente con This Is the police 2. Al igual que su antecesor, encarnaremos al jefe de policía de una comisaría, esta vez de un pequeño pueblo, y deberemos atrapar a todo aquél que vaya contra la ley, eso sí, al igual que en el primero, nuestros actos serán cuestionables, pero por un fin mayor, la seguridad de Sharpwood.
Tabla de contenidos:
El hombre más buscado…
Si algo fue muy bien cuidado en la primera entrega, fue la historia. Ponernos en la piel del comisario de policía y gestionar una comisaría está muy bien, pero el hilo conductor ameniza todo el proceso. En esta segunda entrega, nos encontraremos en un pueblo, Sharpwood, que queda lejos de la gran ciudad. La cultura que se respira en el ambiente, la superstición, la religión más enfervorecida y un sexismo brutal estarán a la orden del día. Llegaremos a una comisaría sumida en hel caos, donde su sheriff, Lilly, sufre continuamente el desprecio por parte de sus subordinados, quienes, por el mero hecho de ser una mujer, no consideran que sea apta para el puesto y, ni mucho menos, que deban de recibir órdenes de ella. Ahí apareceremos nosotros, pero, permitidme que no entre demasiado en spoilers, puesto que me gustaría que el propio jugador se deleite ante cómo el título hace porque el jugador se introduzca de lleno en la historia y la haga suya. ¿Deberíamos de haber jugado a la primera parte? Sí, pero no será realmente necesario puesto que siempre se nos pondrá en contexto y comprenderemos perfectamente de lo que se nos habla.
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Sin embargo, lo que en un principio se antoja como una ayuda a la sheriff del pueblo, se irá haciendo más y más grande. El pueblo está minado de unos traficantes de droga llamados “Los corbatas” y tratar de lidiar con esta organización, y con otras que andan en la sombra, será muy difícil. Las cinemáticas, el doblaje y lo magníficamente bien tratados que están los personajes, desde el primero hasta el último, es una gozada. Mientras que Lilly muestra la resignación por un trabajo que le supera, nos encontraremos con unos policías, en su mayoría ignorantes y un poco sinvergüenzas, que se toman a pitorreo su trabajo; por otro lado, estaremos nosotros, con cuentas pendientes del pasado y viejos fantasmas que tratar. No deseo destripar mucho más porque el título tiene una historia adulta, oscura, pero menos que la anterior, algunas veces cómica y que sabe tensionar al jugador en sus últimos compases.
Un día más en la oficina
Controlar la comisaría no es tarea fácil. De nosotros va a depender cómo van creciendo y cómo van progresando nuestros policías, cosa que, en algunos casos, se nos pone muy cuesta arriba. Cada policía tiene unos puntos, cada 50 podremos “subir de nivel” mejorando una habilidad en particular, y las misiones requieren un mínimo de puntuación para poder efectuarlas. Es decir, si para cumplir una misión se requieren 1000 puntos, por ejemplo, deberemos de llegar a dicha puntuación sumando componentes de nuestro grupo, dando igual si mandar a un policía con 1000 puntos, a dos de 500 o a cuatro miembros de 250. Para subir de nivel a nuestros chicos y chicas del departamento deberemos de mandarles a hacer misiones y que las superen con éxito, si no lo consiguen, perderán puntuación o, incluso, pueden salir heridos o muertos de una disputa mal resuelta. Será común al principio de la aventura llegar a todos los casos, de lo más variopintos, con pocos efectivos, puesto que las misiones requerirán baja puntuación, por otro lado, la cosa cambia mucho a medida que avanzamos, pero de eso hablaremos más tarde.
A todo ello, nuestra comisaría está llena de auténticos, lo siento por la expresión, idiotas. ¿A qué me refiero? Hablo de que la mayoría de nuestros policías no vendrán a trabajar la mitad de los días sin motivo aparente, o bien nos pedirán faltar al trabajo para “leer el último libro” o “verse la última película VHS” que acaba de lanzarse. Es cierto que algunos de ellos nos pedirán permiso para no ir a trabajar por motivos más razonables, pero, en la mayoría de situaciones, son unos incompetentes que llevan a cabo absentismo laboral por toda la cara. Además, no es que andemos sobrados de efectivos y es que deberemos de lidiar con este tipo de chorradas desde el minuto uno, algo que me ha sacado completamente de la experiencia y que lo he visto un recurso forzado para aumentar la dificultad del título. A todo ello, si no permitimos que estos caraduras se tomen días libres porque quieren, nos perderán el respeto, lo que hará que no podamos controlarlos o que se nieguen a hacer lo que les pedimos. Además, al realizar acciones, los agentes se cansarán y deberán descansar porque, de lo contrario, bien no vendrán a trabajar porque “no quieren trabajar todos los días” o pueden llegar a tener un accidente de tráfico por quedarse dormidos al volante, lo que es mala idea explotarlos sobremanera.
Por último, cabe destacar que las relaciones interpersonales en la oficina serán prioritarias. Como ya hemos comentado, si tenemos el respeto de un agente, hará caso de lo que le pidamos, pero, por otra parte, si no disponemos de su apoyo, prácticamente hará lo que le de la gana, lo que supone fallar continuamente en diversas misiones. Por otra parte, hay agentes que no se soportan entre ellos y no querrán trabajar juntos y el sexismo estará a la orden del día, desde hombres que no quieren trabajar con ninguna mujer, hasta mujeres que no quieren trabajar con ningún hombre. Sumemos que la mayoría de los personajes, da igual el género, son alcohólicos, algo que no sucedía, en tanta cantidad, en la primera entrega, lo que supone que cada vez que los mandamos tengamos una alta posibilidad de que se estrellen al volante y acaben en el hospital. No obstante, la gestión se hace divertida y, ganando chapas de latas de refresco, nuestra moneda de cambio, podremos ir adquiriendo nuevos agentes, aunque debemos indicar que su precio puede ser un poco exagerado para las pocas chapas que ganaremos si tenemos un día malo.
Hagamos cumplir la ley… o no…
Como ya hemos comentado anteriormente, deberemos de hacer frente a los llamamientos de emergencias que tengamos en el día a día de nuestro pueblo, sin embargo, para cumplir cada misión deberemos de mandar un número “x” de policías que cumplan el mínimo de puntuación exigido. El problema viene cuando apenas disponemos de 6 o 7 policías y nos surgen hasta 5 llamamientos que exigen una puntuación demasiado elevada, conclusión, no podremos hacer frente a todos. Además, no todas las llamadas serán reales, puede ser que nos llamasen por una agresión a un animal, pero realmente nadie estuviera haciendo tal cosa, por lo que habremos perdido tiempo y recursos en mandar a nuestros chicos hasta allí. Además, al principio de la aventura todo irá como la seda, pero, a partir del día 30 las cosas se complican de forma muy notoria, casi injusta para el jugador. La dificultad aumenta muchísimo, el número de emergencias que tendremos que hacer frente serán elevadísimos y nuestros agentes no nos ayudarán todo lo que querríamos, ausentándose aún más de lo que ya hacían. ¿Es imposible? Para nada, pero deberemos de estar muy atentos y elegir muy bien las unidades que mandamos o no a cierta misión, sino estaremos más que perdidos.
No todas las misiones son emergencias, otras serán “favores” a personas influyentes de la región. ¿Para qué? Pues para conseguir dinero, recursos que poder vender o utilizar en una u otra circunstancia. Estas misiones tienen una escasa moralidad y deberemos de escoger sabiamente a quienes llevemos a que las cumplan puesto que es posible que si mandamos al no indicado éste se vaya de la lengua y la sheriff nos tire de las orejas. Los que jugaron al primer título ya sabrán de lo que hablo, para los que no, solo decir que la corrupción está a la orden del día y que deberemos de ver si llevarnos parte del pastel o ser todo lo “honestos” que el título nos permite, aunque esta vía es, obviamente, más compleja. Mencionar también que las investigaciones son una de las principales virtudes del juego. Consisten en pequeños casos donde no tendremos claro quién es el culpable y deberemos mandar a nuestros detectives a que busquen pistas o fotogramas para dictaminar quién es el culpable. Son de lo más variadas, algunas más evidentes que otras, pero todas nos harán pensar y repensar para no equivocarnos al acusar a alguien.
Una de las adiciones al título han sido unas misiones que a los amantes de la saga XCOM les encantará. Tras elegir quiénes serán los encargados de llevarla a cabo, deberemos de ir moviéndonos por un espacio abierto y, de forma estratégica, ir eliminando o arrestando a los enemigos. He sentido mucha tensión, por ejemplo, en un secuestro con rehenes donde no podían enterarse de que la policía estaba allí y tenía que ir eliminando objetivo a objetivo de forma sigilosa. Sin embargo, también hay tiroteos y las habilidades de nuestro escuadrón dictaminará si, por ejemplo, son buenos o no en el disparo, o bien si pueden moverse un mayor o menor número de casillas, o, tal vez, pueden interrogar a los enemigos abatidos para conseguir saber dónde se sitúa el resto. Son momentos maravillosos, pero tienen sus fallos. Para empezar, la IA enemiga no es demasiado portentosa, paseándose justo al lado de uno de mis policías y no dándose ni cuenta; fallando muchísimos disparos pese a no tener cubiertos a mis hombres; o tratando de huir hacia donde sabe que queda completamente desprotegida en un intercambio de balas. Hay muchas cosas que pulir, pero se disfruta muchísimo y la tensión es absoluta en todo momento.
Diseño artístico y sonoro que atrapa
El estilo gráfico del título es magnífico. Utilizando viñetas de cómic junto con cinenáticas en movimiento, aunque serán las menos frecuentes, nos mostrarán una historia que brilla con luz propia y unos personajes que, aunque solo intuimos la silueta de los rostros, mostrarán más expresiones, sentimientos y empatizaremos más que en títulos con un fotorrealismo que, pese a que asombre, no transmite ni la mitad de lo que lo hace este juego. En gran parte, el carisma de estos personajes se transmite a través de su doblaje, al inglés eso sí, pero con subtítulos al castellano, que hace que, aunque algunas cinemáticas sean demasiado extensas y podrían haber sido más acotadas, nos deje con ganas de más. En cuanto a la banda sonora, es verdad que hay algunas cancioncillas un tanto molestas o cansinas a largo plazo, pero la mayoría pegan con la estética del título y, sobre todo, nos tensionan de tal forma que, cuando dejamos de jugar, seguiremos aún pensando “¿cómo he salido de ese atolladero..?”
Conclusiones
This Is the police 2 es un más y mejor con respecto a su primera entrega. Su modelo de gestión sigue funcionando igual que en la primera parte, aunque es posible que nos moleste un poco algunos comportamientos entre los policías o la elevada dificultad que, en diversos momentos, se genera sin venir a cuento. Las mejoras, tales como las misiones a lo XCOM y las investigaciones nos harán sentir un auténtico comisario que tiene el deber de hacer cumplir la ley en su condado. La moralidad, la corrupción y el dinero se entremezclan con una historia menos oscura que la primera, pero muy bien hilada. Su apartado gráfico es sobresaliente y su banda sonora, pese a que puede llegar a resultar un tanto pesada, está cuidada y trabajada.
This is the police 2 puede completarse en unas 18-23 horas, dependiendo de lo buenos o no que seamos en este tipo de títulos. El título llega en formato físico y digital, a través de la eShop de Nintendo Switch, costando 29,95€. La versión digital pesa 2,9 GB.