[Análisis] Dream Alone

El catálogo de Nintendo Switch a día de hoy ya toca prácticamente todos los géneros y encontramos cosas tan peculiares como Dream Alone. Se trata de un thriller plataformero en 2D muy parecido a la propuesta de Limbo pero con ciertos matices que son dignos de mención. El análisis que voy a realizar, trataré de contrastar esas diferencias para aquellos que estéis más indecisos entre uno de los dos títulos.

Limbo, te ha salido competencia

Antes que nada, hagamos un repaso a su trayectoria como juego. El título que ha sido adaptado a Switch por Fat Dogs Games ha debutado a la vez tanto en Steam como Nintendo Switch el 28 de junio de este año. En cambio, Limbo cuenta con más tiempo. Después del exitazo en Steam allá por 2011, sigue dándolo todo desde hace casi un mes en la nueva consola de Nintendo. Tal es así que durante la primera quincena de julio llegó a entrar en el top 30 de descargas de juegos exclusivamente digitales, quedando en el puesto 18.

El apartado estético sin duda  es el que más representa el género. Nos encontramos con un escenario lúgubre, en blanco y negro ambientado en lugares inhabitables por personas lleno de todo tipo de peligros pero sobre todo inesperados. Nos vamos a encontrar desde precipicios seguros hasta lugares punzantes, así como arañas y otras criaturas oscuras.

El acabado escenográfico tanto de los ambientes como del propio protagonista, bebe inevitablemente del cine fantástico de Tim Burton con películas como La novia cadáver. Así pues, Limbo no se mantiene nada alejado de esta propuesta y a simple vista, podemos ver que los contrastes de blanco y negro son más predominantes pero el mensaje sigue tan acorde a la narrativa que presenta como Dream Alone.

Pura narrativa visual

Haciendo hincapié en la parte argumental, podríamos decir que prácticamente nos encontramos con una narrativa visual, apenas hay diálogos y nada de cinemáticas. Por tanto, nos encontramos en ambos casos con títulos puramente de exploración. Dream Alone nos presenta una introducción de los hechos. Somos un joven de un pueblo donde todos sus habitantes excepto él han caído en una maldición dejándolos en coma. Nuestra misión será llegar a Lady Muerte para que ponga fín a este desastre. En Limbo, en cambio, nos encontramos con una experiencia más inmersiva y visual. Llegamos a manejar a nuestro personaje sin tener ni idea de todo lo que ocurre y no por ello peor valorado. Este tipo de experiencia a través de imágenes favorece más la experiencia de juego que explicándolo a través de aburridas cajas de texto.

Por otro lado, la jugabilidad no presenta grandes variaciones con el resto del género plataformero. Más bien, peca de estar un poco vacío y es que tanto la GUI o el HUD son un poco pobres. Por un lado, el GUI nos presenta el menú de Continuar, Nueva Partida, Opciones y Créditos, sin mucha variación entre ellas. El HUD es más de lo mismo, tan solo tenemos como elemento fuera de la diégesis, una cuadro que se divide por la mitad en dos barras, que son dos poderes que podremos conseguir en unos determinados puntos de la historia.  Un poder os dará la posibilidad de alternar una realidad con otra y el otro, para hacer un clon de nosotros mismos o iluminar diferentes lugares. En cualquier caso, estos poderes nos ayudarán a sortear los obstáculos que encontremos. Sin ellos, resulta completamente imposible superar el juego. Los controles también forman parte de esa simpleza aguda. Tan solo aprovechan el joystick izquierdo para movernos, y la cruceta A,X,Y y B. Los tres primeros botones para utilizar los poderes y el B para saltar.

Aprende muriendo

La dificultad sí que es un factor decisivo en este título y es que nos encontramos con un plataformas a lo ensayo y error; aprenderemos de nuestros fallos conforme vayamos muriendo. Y es que los escenarios están plagados de peligros inesperados. Puedes ir en plan: “Bueno, otro plataformas más…. ¡He muerto! Bueno no pasa nada, mala suerte… ¿¡Otra vez!? ¿¡Pero qué narices ha pasado ahora?!” Y es que la trampa que has caído no la has visto antes, pero estaba ahí, amigo. Este juego no es como un Dark Souls que morimos y tenemos ganas de volver al reto. Aquí, la frustración es constante y los pocos checkpoints no contribuyen a mermar la situación. Un claro duelo entre el jugador y la máquina.

Conclusión

Para concluir, dejemos claro que Dream Alone se sitúa como la mejor alternativa a Limbo. Su ambientación es acorde a las exigencias del género y la iluminación es un factor que al igual que contribuye a crear ese escenario terrorífico, en ocasiones entorpece la experiencia de juego. Por otro lado, la sencillez en general del título, poco puede aportar a involucrar al jugador. Podéis encontrarlo en la eshop europea a un precio de 10€ y con un tamaño de casi 5 GB.