[Análisis] Runbow

Hace un par de años, para ser más específicos, en 2015, cuando la Wii U todavía recibía un par de juegos, pudimos ver el lanzamiento de un pequeño indie que en un principio buscaba ser exclusivo de la consola nintendera. Este indie no era ni más ni menos que Runbow, un juego de plataformas que pretendía conseguir dos cosas, una de ellas siendo una reunión de varios de los iconos de la industria indie y otra siendo el convertirse un título multijugador excelente.

Con el paso del tiempo, Runbow pasó a ser un juego que también se encontraba disponible en otras plataformas tales como PC, PS4, Xbox One… ¡Y hasta la 3DS! Y cómo no, viendo el éxito de la Nintendo Switch, ahora el juego por fin aterriza en la consola híbrida de Nintendo, para demostrar a todo el mundo posible la diversión de su modo multijugador haciendo uso de las capacidades inherentes de la consola para ofrecer las mayores comodidades posibles al jugar en compañía.

Aventura multicolor

Pero, ¿de qué va exactamente Runbow? En este juego, la malvada Satira ha atrapado a los Hue y a varios personajes indie dentro de un extraño mundo que cambia de color exactamente gracias a un trofeo mágico. Los protagonistas deberán superar varias fases de plataformas para enfrentarse a Satira y poder recuperar la paz de la que disfrutaban.

Esa es toda la trama que podemos ver en el modo historia. No tendré en cuenta esta trama dentro de mis valoraciones finales puesto que simplemente es una forma más de crear un escenario para el plataformeo. Un plataformeo que en este modo historia, se presenta de una manera tal que tendremos que superar un tablero lleno de niveles hasta llegar a cada una de las fases donde Satira aguarda pacientemente nuestra llegada.

Estos niveles están esparcidos sin ton ni son, ofreciendo diferentes tipos de dificultad y retos de distintos calibre, que bien pueden ser el llegar a la meta o a lo mejor derrotar a un número específico de enemigos. ¿Y cómo conseguimos esto? Pues usando nuestra capacidad de saltar, saltar de nuevo en el aire y hacer un acelerón aéreo en el aire para movernos más lejos aún y usando nuestros puños para enfrentarnos a varios enemigos.

Ahora bien, ¿qué era eso de un mundo multicolor? En Runbow, cada nivel cambia constantemente de color. Esto provoca que plataformas de un color específico desaparezcan al mismo tiempo que su tonalidad cubre el nivel por completo. Afortunadamente, antes de cada cambio se señaliza correctamente el color que va a aparecer, por lo que anticiparse tampoco es muy complicado a un nivel teórico.

Esta mecánica es lo que da todo su carisma a Runbow. Consigue crear situaciones divertidas dentro de los modos multijugador, haciendo uso del despiste de los jugadores, creando situaciones graciosas, pero al mismo tiempo, consigue crear niveles imaginativos e interesantes que proponen un desafío justo y más que decente. Si os preocupabais por la posibilidad de que este juego resultase ser algo genérico, no hace falta que tengáis esas dudas en vuestra cabeza, ya que os puedo asegurar que consigue resaltar ante sus contemporáneos fácilmente.

Colores llamativos

Y esta forma de resaltar no se basa únicamente en las mecánicas que este título porta sino también en la presentación visual. Runbow derrocha estilo con un cuidado estilo visual minimalista que se hace notar ante todo, en mi caso, por la interfaz de usuario que llega a portar, muy fácil de comprender y muy agradable a la vista.

Aun así, hay que también alabar el estilo gráfico usado en los segmentos jugables, puesto que aparte de que consigue distinguir fácilmente cada elemento con el que se puede interactuar, consigue crear niveles con escenarios minimalistas de fondo que consiguen mejorar la experiencia total aunque sea sólo levemente. Siempre hay que agradecer estos pequeños detalles.

La banda sonora de Runbow, sin embargo, no es tan excelente como su apartado gráfico. ¿Es mala? En absoluto. Tiene muchos temas memorables e interesantes, pero debido a la repetición constante de estos temas, la banda sonora puede volverse algo molesta para los oídos dependiendo de cada persona. Me hubiese gustado una mayor variedad de música disponible.

Diversión en grupo

Pero, fuera de este básico modo historia, ¿qué nos podemos encontrar? Principalmente, tres modos multijugador completamente diferentes que pueden ser jugados tanto localmente como en línea. El primero de estos modos siendo un simple desafío plataformero multijugador en el que los distintos jugadores deben tener cuidado de donde ponen los pies para poder llegar a la meta sanos y salvos.

Pero no todos los modos multijugador se basan en esta estructura afín a una gran mayoría de los juegos plataformeros. No, porque también tenemos un modo en el que todos los jugadores deben competir entre sí para intentar ser el último jugador en pie tras una serie de mamporros. Por supuesto, Runbow no tiene un sistema de combate tan elaborado y tan cuidado como el de un juego de lucha, pero aun así, este modo da el pego para ofrecernos de esta manera una experiencia divertida e interesante que rompe en gran manera con todo lo que podemos probar en el modo individual.

Y como último miembro de este trío de modos tenemos a un “Rey de la colina” en el que tendremos que situarnos durante varios segundos en un punto del mapa mientras todo el mundo intenta colocarse en el mismo sitio de forma solitaria. De todos los modos disponibles, diría que este es el más caótico de todos. Este caos puede llegar a resultar gracioso sí, pero también da lugar a partidas más largas, que pueden romper un poco con el estilo rápido y veloz que podemos ver en los otros dos modos disponibles.

Pero bueno, habiendo citado estos tres modos, ¿son divertidos? Sí, definitivamente. Todos ellos se prestan muy bien al multijugador y crean experiencias memorables en compañía de otras personas. Runbow es un juego que destaca por estas situaciones y crea un ambiente alegre y divertido.

Por desgracia, mi experiencia con el online no ha sido tan agradable. Aparte de un poco afluencia de jugadores en general, los pocos con los que he jugado no han tenido conexiones precisamente buenas, mostrando varios errores gráficos provocados por lag. Aun así, mi experiencia con este modo ha sido tan pequeña que no puedo poner mi mano sobre el fuego para juzgarlo completamente.

Dicho todo esto, nos queda sólo unos pocos puntos que comentar. El primero de ellos es un modo desafío llamado el Bowhemoth, una especie de modo contrarreloj en el que debemos recorrer las peligrosas cavidades interiores de un gran monstruo. Es peculiar además que este modo no grabe jamás tu progreso, por lo que debes superar este reto de una única sentada.

Finalmente, aquellos jugadores interesados tienen a su disposición una campaña extra DLC, centrada en una temática espacial. Aun así, este contenido descargable no es gratuito y aquellos jugadores interesados deben pasar por caja para así poder jugar a este nuevo modo historia.

Conclusiones finales

Runbow es tan divertido como lo era antes en Wii U. Cuenta con una premisa original e interesante que parte de una mecánica que crea una gran cantidad de situaciones muy divertidas con otras personas a tu alrededor. El caso es que posiblemente esta sea la mejor versión del juego simplemente por las capacidades inherentes a la Nintendo Switch. El poder jugar a este juego con varias personas al mismo tiempo con sólo poseer una consola es algo que le viene que ni pintado a Runbow.

Fuera de esto, Runbow en Switch sigue siendo igual de bueno que siempre. Tiene una jugabilidad divertida y genial para jugar en compañía, un estilo visual interesante y una variedad de modos más que decente para echar partidas con tus amigos. Si no lo has probado aún, la versión de Nintendo Switch seguramente sea el mejor punto al que saltar si te interesa jugar de forma local con otras personas.