[Análisis] Yonder: The Cloud Catcher Chronicles
Dormir es esencial. Recuperas energías, descansas después de un día duro de trabajo o sueñas cosas increíbles. Lamentablemente, esto me lo impide hacer Yonder: The Cloud Catcher Chronicles, un juego que te quitará las ganas de dormir.
El juego no pertenece al género de terror en sí. Lo que da miedo es ver a tu madre entrar con una zapatilla en la mano a las tantas de la madrugada porqué aun estás jugando. Por lo demás, el juego de Prideful Sloth pertenece al género denominado como “robatiempo”. Animal Crossing, Harvest Moon o Stardew Valley son conocidos por pertenecer a este grupo, al que ahora se suma Yonder: The Cloud Catcher Chronicles.
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Su historia es simple y superficial. Nuestro personaje aparece en Gemea después de un accidente de barco y, gracias a la ayuda de los duendes que vayamos encontrando, tendremos que hacer desaparecer nieblas oscuras que asolan el territorio. La búsqueda de estos duendes es desafiante, ya que algunos requieren que resolvamos un puzle para conseguirlos y otros nos los encontraremos por el camino.
Esta historia sirve como tutorial del juego para saber las mecánicas que esconde entre tanto inventario. A excepción de unas misiones del final que se desmarcan de esta línea para ofrecernos algo más variado, en el resto haremos de recadero de aquí para allí recogiendo materiales que ellos necesitan para lograr un fin. Estas podrían llegar a ser algo repetitivas, pero lo que pretenden con ello es, como comentaba anteriormente, enseñarte todo lo que puedes llegar a hacer y ofrecerte nuevas recetas para tus diferentes profesiones.
En Yonder: The Cloud Catcher Chronicles hay nueve profesiones: básica, cocinero, carpintero, constructor, hojalatero, cocinero, científico, sastre y maestro. Las podemos aprender todas y serán esenciales para el desarrollo del juego. Además, todas ellas están conectadas entre sí, ya que un material que puedas crear en la cocina como el aceite, te puede servir para crear las máquinas siendo hojalatero.
Todas estas profesiones se nutren de materiales primarios como el pescado, la madera, las piedras o los minerales, creando así una cohesión excelente. Para su recolección necesitaremos herramientas que nos irán dando en las primeras horas del juego como el martillo, el hacha o la caña de pescar.
Lamentablemente, hay una única receta esencial en cada profesión que no tendremos. Para hacerla tendremos que acudir a la fábrica de dicho gremio para que nos intercambien cierta cantidad de material primario por otro necesario. Esto resulta muy tedioso porque, aunque tenemos distintos puntos fijos de teletransporte, quizás estás a la otra punta del mapa fabricando cosas y debes volver porqué ya no te queda de ese recurso.
Una gallina por un tres huevos
Aun así, el comercio puede ser nuestra solución para muchos de los problemas que podamos tener. La moneda de cambio son nuestros propios materiales, los cuales tienen un valor fijo que puede variar dependiendo de a qué tipo de mercader acudamos. Para intercambiar los objetos tendremos que igualar o superar el precio equivalente a lo que vamos a comprar.
Gracias a este sistema de intercambio, Yonder: The Cloud Catcher Chronicles consigue distinguirse del resto por no utilizar la moneda como elemento de intercambio, ofreciendo un sistema mucho más complejo y divertido. Además, los objetos que nos piden en las misiones, en su gran mayoría pueden encontrarse en los comercios, ofreciendo así una gran alternativa para completar las misiones.
Si odias tener que farmear materiales masivamente para construir y quieres hacer uso del sistema de comercio para completar los objetivos, las granjas son el sustituto de la recolección de materiales. Hay distintas repartidas por todo el mapa y proporcionan materiales valiosos que no puedes conseguir de otra forma.
En las granjas podremos adoptar a distintos animales si los alimentamos previamente. Estos no varían demasiado en su diseño y tampoco hay demasiada variedad, pero cada uno nos proporciona un material distinto. Estos se dividen en grandes y pequeños y tendremos que adaptar su corral a su tamaño. Además, también podremos plantar nuestros propios árboles y semillas para su recolección posterior.
Cuidemos Gemea
Hay que ir con cuidado en la tala de árboles porque, como la vida misma, si cortas pero no plantas, al final te quedarás sin y la felicidad de esa región se verá reducida. Este factor también está influido por las misiones completadas y los duendes encontrados. A medida que lo aumentemos, la producción y el número de animales encontrados aumentarán en gran medida.
Además, cada territorio tiene su nivel de felicidad y sus propios biomas. Cada lugar abunda sobre un material primario y son muy distintos entre sí. Estos biomas tienen relación con el material que encontramos y la profesión que aprendamos, creando así una cohesión entre sistemas muy sólido.
Yonder: The Cloud Catcher Chronicles dispone de un ambiente variable con ciclos noche/día y cambios estacionales. El clima y la estación afecta directamente a los animales (peces incluidos) haciendo que desaparezcan en según qué estaciones. Y no solo los animales, sino que hay una ciudad en concreto que cambiará su decoración en un día muy señalado del año, activando así un evento especial.
En las ciudades, aparte de activar misiones, algunos habitantes nos informarán sobre qué fábrica o comercio se quiere deshacer de un material en específico, provocando que este esté a un precio muy bajo. Además, estos mismos ciudadanos podrán mantener nuestra granja limpia a cambio de comida.
Atmósfera absorbente
Por otro lado, la música pretende acompañar al jugador con melodías alegres y misteriosas, dependiendo del bioma en el que nos encontremos. No se abusa de la banda sonora para no mantener al jugador abrumado, apareciendo cada cierto tiempo para animarte las grandes caminatas por las tierras de Gemea. Además, cuando la música se ausenta, los efectos sonoros salen a relucir. El silencio se llena con grillos, aves y nuestras pisadas en la tierra, creando una atmosfera muy natural.
Aun así, nos chirrían mucho las animaciones. Aunque es cierto que te acabas acostumbrando, en un principio el caminar de tu avatar es robótico y poco natural. Los animales direccionan su movimiento hacia ti pero se mueven como si fuesen cangrejos, lateralmente. Esto, aparte de que puede resultar molesto de que se encalle en algún lugar, puede provocar algún que otro bug. El estilo artístico utilizado junto a una paleta de colores muy viva y una iluminación de escándalo crea fantásticos paisajes. Lástima que sus sombras dejen mucho que desear en espacios cerrados. Además, el juego es altamente personalizable con el personaje y en la construcción de las granjas.
Técnicamente tampoco es del todo bueno. Aunque consigue mantener 30 FPS estables la mayoría del tiempo, en ocasiones, y cuando hay muchas partículas en pantalla, los frames pueden llegar a bajar a los 23-25. Además, su resolución baja a los 480p en modo dock y pierde una gran cantidad viveza en sus colores por una menor saturación y contraste. En modo dock consigue alcanzar los 720p y mantiene la paleta de colores viva.
Su duración puede rondar las 25 horas de juego si queremos conseguir el 100% del juego, objetivo algo tedioso por sus coleccionables. Si, en cambio, nos centrásemos en su historia, esta podría bajar a las 3-4 horas.
Tocando el cielo
Dicen que el tiempo vuela, pero es que Yonder: The Cloud Catcher te roba el que te queda. Las tierras de Gemea te absorberán hasta decir basta con su adictivo sistema basado en profesiones, una estructura sólida y unos paisajes de escándalo. Aun su diseño algo pobre y una calidad técnica por debajo de lo esperado, este juego te hará volar. Yonder: The Cloud Catcher estará disponible en castellano el 17 de mayo en la eShop de Nintendo Switch por un precio de 24,99€ (si lo reserváis, por 22,49€) y un tamaño de descarga de 1167,07 MB.