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[Análisis] Raging Justice

[Análisis] Raging Justice

Team 17 y MakinGames traen hasta Nintendo Switch un título cargado de nostalgia y esencia clásica como Raging Justice, un beat ’em up clásico que nos propone repartir leña en nuestra consola híbrida. ¿Habéis ejercitado vuestros dedos para machacar a los malos?

Como la vieja escuela

A aquellos que empezamos en la década de los 90 a sumergirnos en el maravilloso mundo de los videojuegos, nos sale una sonrisilla especial cuando nos nombran títulos como Final Fight, Street of Rage o Double Dragon. Ya sea por aquellos momentos en los que nos hacíamos con el poder de una de esas máquinas recreativas mientras cuatro o cinco chavales nos miraban fijamente para ver hasta dónde podíamos llegar, o bien por esos botones machacados de nuestras primeras consolas –en mi caso, los botones de mi SNES con Final Fight y aquel Batman Returns que me parecía brutal- , este género me marcó en gran medida.

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Ahora Raging Justice quiere traer de vuelta esa esencia, con un beat ’em up a la antigua usanza, donde elegiremos entre tres personajes: Rick Justice, Nikki Rage o Ashley King, cuya misión es limpiar la corrupción de una ciudad que está patas arriba.  Sí, en Raging Justice todo será tan simple y predecible como imaginéis desde la primera partida, aunque en un juego como este, el peso recae más sobre la acción y la fluidez a la hora de repartir estopa.

Como buen juego de esencia clásica, las partidas se van a dividir en créditos, que constarán de tres vidas cada uno. Contaremos con un número de créditos limitados, por lo que si nos eliminan las vidas y nos quedamos sin créditos, tendremos dos opciones: volver a empezar el nivel en el que fuimos eliminados pero con las mismas vidas con las que empezamos dicha fase, o  empezar de nuevo desde la primera misión para tratar de llegar a ese punto con un mayor número de créditos.

Antes de comenzar elegiremos el nivel de dificultad entre tres opciones diferentes, que acercan el título a todo tipo de públicos: el nivel Cobarde es óptimo para aquellos que se acerquen por primera vez al género y no quieran desesperarse por perder vidas muriendo en numerosas ocasiones; el nivel Normal pone un mayor reto para muchos jugadores, aunque resulta una misión bastante factible si domináis este tipo de títulos; y el nivel Difícil os hará sudar bastante para llegar hasta el final, misión que requerirá de mucha destreza y experiencia por vuestra parte.

Vuela como una mariposa, pica como una abeja

Raging Justice tiene un aspecto muy particular, con unos modelados 3D que recuerdan también a la década de los noventa -¿no os vienen a la cabeza aquellos primeros Mortal Kombat?- y escenarios bastante variados repartidos entre sus nueve misiones, donde el juego no luce mal, con numerosos enemigos en pantalla. Sin embargo, la fluidez no es constante, y podemos encontrar alguna que otra caída de frames con según que boss de mayor tamaño. Dicho sea de paso, la variedad en estos jefes finales no es muy grande, y nos encontraremos a los primeros boss en fases más avanzadas como enemigos comunes.

En cuanto al apartado sonoro, encontramos algunos quejidos y gritos que acompañan a los golpes emitidos y recibidos, y unas melodías que cumplen su función, sin que desentonen en ningún momento, pero tampoco destacando por nada en especial.

Para los pocos momentos de narración y diálogos, tenemos unos textos en castellano que nos darán unas pinceladas básicas de las escenas más importantes.

Respecto al apartado jugable, hay que decir que no siempre es todo lo cómodo que cabría esperar. Sí, es sencillo e intuitivo, pero nuestro personaje no responde siempre de una forma fiable, encontrando momentos en los que nos jugarán una mala pasada. Un ejemplo: aparte de los golpes básicos, podemos propinar un ataque especial pulsando los botones X e Y a la vez, teniendo en cuenta que nos restará una parte de nuestra propia salud. Pues bien, si pulsamos rápidamente estos botones por separado, en el meollo de una batalla con numerosos enemigos y donde la vida escasea, el juego entiende que hacemos también un golpe especial, rebajándonos así nuestra propia barra de salud sin querer propinar un golpe así en ese momento.

El hecho de poder coger objetos como bates, llaves inglesas, barriles, cajas, cuchillos e incluso pistolas, nos ayudará en muchas ocasiones a librarnos de los enemigos más pesados y servirán para conseguir más puntos en cada misión, amén de los complementos que dejan caer al morir, como joyas o fajos de billetes. También dejarán caer piezas de comida que nos restaurarán la barra de salud si los arrestamos, opción que podremos llevar a cabo cuando estos enemigos se encuentren aturdidos simplemente pulsando el botón A. Otro aspecto curioso en estos elementos del escenario es la posibilidad de montarnos en algunos vehículos para atropellar a todo lo que se mueve.

La vida de un héroe no es larga

En Raging Justice vamos a encontrar un modo Principal que consta de 9 misiones, que no se tornan demasiado largas. Es cierto que, en los niveles superiores, nos puede llevar más tiempo por el simple hecho de morir varias veces, pero en cuanto a contenido puede llegar a quedarse escaso. El título lo adereza en cierta medida con unos retos a cumplir dentro de las propias misiones, como por ejemplo, arrestar a un número determinado de villanos o eliminarlos con un objeto determinado. Cumpliendo estas tareas obtendremos un mayor número de puntos, que nos servirá para aparecer más arriba en un ranking online.

Encontramos, por otro lado, el modo Pelea, que no es más que un survival donde debemos sobrevivir al mayor número de enemigos posible. Tanto en el modo Principal como en el modo Pelea, tendremos la opción de jugarlos en cooperativo junto a otro usuario, compartiendo Joy-Con, siempre que se utilice un usuario de Switch diferente, es decir, necesitaréis tener al menos dos usuarios creados en vuestra consola para que el juego reconozca dos jugadores.

Conclusiones

En Raging Justice vamos a encontrar la esencia de los beat ’em up de la vieja escuela como Final Fight o Street of Rage, pero llevándola a cabo con menos éxito que sus referentes. Un control tosco en ocasiones y un contenido que se torna escaso, merman la experiencia de un juego que, al menos, trae a Nintendo Switch un género querido por muchos jugadores. Por tanto, si tenéis ganas de rememorar los tiempos de las recreativas aporreando botones para dar palizas a delincuentes, es una opción correcta para saciar ese hambre, teniendo en cuenta que, en ningún caso, encontraréis una maravilla jugable. Se encuentra disponible en la eShop de la consola híbrida al precio de 12,99 € – 11,69 € si lo habéis adquirido antes del 14 de mayo- y necesitaréis 900 MB de espacio en vuestra máquina.

6.0

[Análisis] Raging Justice

Puntuación Nintenderos: Buen juego

  • Historia:
  • Jugabilidad:
  • Gráficos:
  • Sonido:
  • Duración:
  • Multijugador:
Destaca en:
  • Trae la esencia de los beat 'em up clásicos de una manera correcta.
  • Poder jugarlo en cooperativo compartiendo Joy-Con.
Flojea en:
  • Un control tosco y no siempre fiable.
  • Se queda escaso en contenido, con un modo Principal bastante corto.
  • Es técnicamente mejorable.