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[Análisis] Layers of Fear: Legacy

[Análisis] Layers of Fear: Legacy

Poco se ha metido nuestra querida Nintendo Switch en el terreno pantanoso de los videojuegos de terror psicológico. Duramente criticados por unos por sus inesquivables clichés y su jugabilidad; pero alabados por otros por su historia y capacidad de sugestionar emociones al jugador, lo cierto es que estamos ante un género que no para de crecer. Y Switch (a expeción de los Resident Evil y algún pequeño título indie) no ha tenido un juego propio en esto de asustar. Y es aquí donde llega Layers of Fear: Legacy, un port para Nintendo Switch del juego original de 2016, desarrollado por Bloober Team. El port, además de contar con el DLC Inheritance incluido, también incorpora elementos exclusivos para Switch, como vibración HD en los Joy-con o la pantalla táctil. Pues manos a la obra amigos, veamos que ofrece Layers of Fear.

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Esto pinta mal…

En Layers of Fear, encarnaremos a un pintor que busca completar su obra maestra. A través de investigar su casa, una mansión victoriana (con serios problemas de iluminación) iremos descubriendo poco a poco la historia oscura y terrible que oculta nuestro protagonista en relación a su mujer y su hija.

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El juego está dividido en una especie de 6 capítulos(más el prólogo). El centro de estos capítulos se encuentra en nuestro taller, donde se sitúa nuestro lienzo en el que vamos a plasmar nuestra obra maestra. Para ello necesitaremos 6 diferentes materiales y utensilios (que no relevaré para no caer en spoilers) que se dividen en los 6 capítulos antes mencionados. Después de una primera vuelta por la mansión, desde que entramos en nuestro taller, empezamos a ver como nuestro protagonista tiene la cabeza más bien regular. Prueba de ello será que cada vez que salgamos del taller nos esperará una mansión completamente distinta. El juego nos lleva de forma intencionada por habitaciones y pasillos que no tienen ninguna conexión lógica entre sí, dándonos la impresión de que nosotros también estamos perdiendo la cabeza. El juego se mueve en torno a las diferentes habitaciones principales (dormitorio, habitación de la hija, cocina, baño, sótano, y, por supuesto, el taller) y consigue que siempre nos dirijamos a donde él quiere. Este es uno de los logros del juego: nos engaña de forma muy lograda con nuestra supuesta libertad (a la hora de empezar el juego se nos advierte que nuestras acciones tienen consecuencias y de que ellas dependerá el final de la historia). Lo cierto es que en ocasiones podemos decidir por dónde ir, si acercarnos a cierto personaje o alejarnos de él, si vamos por la puerta izquierda o por la derecha…

Pero realmente solo existen 3 finales, así que no es que estemos hablando de un gran abanico de opciones. El juego tiene su jugabilidad centrada en el botón ZR; ya que con él podremos leer cartas, recoger garabatos, abrir cajones, armarios y puertas, quitar pestillos, encender luces y básicamente todo lo que podamos hacer en el juego. El botón ZL nos ayuda a hacer zoom, por si somos masocas y nos gusta mirar de frente a los sustos, y con el stick derecho movemos la cámara, mientras que con el izquierdo movemos a nuestro personaje (que cojea, por cierto). El juego contiene varios puzles para seguir con la historia, pero en ningún momento suponen un desafío y son relativamente genuinos y fáciles de completar. Nunca moriremos en el juego como tal, aunque podremos volver a una antigua habitación por la que ya hayamos pasado si fracasamos realizando algún puzle.

Artísticamente estamos hablando de un juego bellísimo, que cuando se atreve a ser experimental no termina de convencer, pero que crea paisajes surrealistas maravillosos. Especial atención tiene el título con los cambios de iluminación y color, que quizás en Switch no llegan a apreciarse tanto como se deberían. También es esencial la atención al detalle de los cuadros, ya que llegamos a ver obras bien conocidas, otras que resultan ser obra de nuestro protagonista o malformaciones horrendas de obras atemporales de la pintura. El temor o la repulsión que provocan estos cuadros está muy logrado y junto a la ambientación victoriana crean un entorno perfecto para una historia sobre la locura y la perdición.

El sonido es realmente aterrador (en el buen sentido). Las voces están en inglés y subtituladas al español, y son interpretaciones realmente buenas. Jugar a Layers of Fear con unos buenos auriculares es una verdadera gozada, y los llantos, golpes, pasos, gritos,  teclas de piano y demás, son efectos muy bien escogidos (y recogidos) para un juego de terror a los que solo les puedo poner una pega: la molesta desincronización que sufren a veces por la caída de fps. Hablemos de eso.

Nos quedamos sin pintura

El juego se ve relativamente bien, pero no estamos hablando ni de lejos del mejor port de la consola. Las caídas de fps son constantes, y aunque la mayoría de las veces no resultan molestas, otras veces son totalmente bruscas y hacen que nos sintamos fuera de la experiencia. Por ejemplo, un pequeño susto dentro del juego consistía en que se nos caía un pequeño leño delante de nosotros. Pues en ese momento escuché el estruendo del leño (muy bien conseguido) pero no había pasado nada en pantalla. Segundos después, el leño caía en silencio ante mis ojos. El susto se había estropeado por completo y yo me sentía fuera de la experiencia que me estaba proporcionando el juego. Estamos ante una adaptación regulera. Regulera porque aunque la vibración HD de los Joy-con está lograda y realmente es divertido abrir los cajones y las puertas con un movimiento de muñeca, a veces el control se vuelve un poco loco y estamos abriendo y cerrando sin querer un cajón durante un minuto. El control táctil de la pantalla es realmente innecesario y parece una añadido hecho deprisa y corriendo más que un extra del que poder disfrutar.

El juego también tiene coleccionables, como pequeños garabatos que el protagonista irá colgando en la pared de su taller, o fotos y cartas (traducidas al español) que irá guardando en un álbum de recortes, que también podemos visitar en el taller. En ocasiones, interactuaremos con objeto y podremos mover su modelo en 3D (el único momento en el que la pantalla táctil podría resultar útil) mientras escuchamos la historia que hay detrás del objeto (por ejemplo, el bozal del perro). Aunque los diferentes finales podrían incitar a rejugarlo, lo cierto es que son escenas muy cortas y la experiencia para llegar hasta ellos es tan similar que ni merece la pena.

La heredera

El DLC Inheritance añade una hora más de juego a las ya cinco horas que ofrece el juego original. En este DLC encarnaremos a la hija del pintor, ya crecidita, que vuelve a la mansión para encontrar respuestas sobre su pasado, su padre y su madre. La hija visitará la casa con una linterna, e irá encontrando objetos que le llevarán a vivir recuerdos de su infancia, y gracias a la perspectiva de niña que tendrá en esos recuerdos, revisitaremos la mansión desde una nueva perspectiva y tendremos que ingeniárnoslas para superar los obstáculos que nos encontremos (refugiarnos en nuestro gatito de juguete o utilizar cajones para llegar a sitios más altos). La jugabilidad sigue siendo la misma, pero al menos esta historia sirve para ver los acontecimientos que llevaron al declive del pintor en el juego principal y ayudan a dar aún más contexto a toda la historia. En este DLC el juego se vuelve mucho más surrealista, al tratarse de los recuerdos de la hija, y pierde un poco ese mimo al detalle y a la presencia de los cuadros que caracteriza al juego principal. También cuenta con distintos finales, pero al tratarse de una historia de corta duración, incita mucho más a ser rejugada.

Conclusión

Layers of Fear: Legacy es un juego que juega con nosotros, nos lleva a dónde quiere y es imposible resistirse a su historia. Sin embargo una mala optimización lastra a un muy buen título que sigue mereciendo la pena y que recoge tantas influencias  de  juegos de terror y obras literarias como las de Edgar Allan Poe que se convierte en una opción terroríficamente divertida. Os dejo con su tráiler para Nintendo Switch:

https://www.youtube.com/watch?v=LdcMZte_glU

Podéis encontrar a Layers of Fear en Nintendo eShop el 21 de febrero a un precio de  $ 19.99 / € 19.99 / £ 17.99 . Necesitaréis 3,1 GB de espacio libre en vuestra consola.

7.8

[Análisis] Layers of Fear: Legacy

Puntuación Nintenderos: Recomendado

  • Historia:
  • Jugabilidad:
  • Gráficos:
  • Sonido:
  • Duración:
  • Multijugador:
Destaca en:
  • Una historia interesante y que consigue mantener la intriga.
  • Consigue agobiar al jugador de manera muy eficiente.
  • Tiene detrás un contenido artístico muy profundo y con guiños a los amantes del arte.
  • El sonido y la música transportan realmente bien al ambiente desquiciante que busca el juego .
Flojea en:
  • No consigue tener un framerate estable, siendo las caídas de fps habituales.
  • En ocasiones abusa de los jumpscares haciendo que la tensión bien trabajada se vaya por la borda.
  • No deja de ser un walking simulator, la jugabilidad es casi nula.