Artículos

Cara o Cruz #49: ¿Es Illumination una buena elección para hacer la película animada de Mario?

Cara o Cruz #49: ¿Es Illumination una buena elección para hacer la película animada de Mario?

Las alarmas saltaron con una noticia de The Wall Street Journal. ¿Una película de Mario creada por Illumination? Aunque Nintendo siempre ha protegido intensamente a sus personajes más icónicos, el éxito de Mario + Rabbids quizás haya hecho animar a los nipones a ser un poco más arriesgados y ceder al exfontanero a una productora de cine.

Aunque la noticia cayó en el olvido, recientemente Nintendo confirmó la colaboración con los creadores de los Minions. Illumination crear una película animada con el exfontanero más famoso de los videojuegos. No obstante, en una de las reuniones que hicieron que este acuerdo llegará a un fin, se decidió que todas las decisiones que se hicieran pasarían por manos de Shigeru Miyamoto, tal y como ocurrió con el crossover de Ubisoft.

Aunque Illumination es, en gran parte, conocida por los Minions, esta productora tiene una gran experiencia en el cine de animación. Películas como ¡Canta! (2016) o Mascotas (2016), ofrecen una pequeña visión de qué hay más allá de los locos amarillentos. No obstante, su calidad siempre ha estado entredicha y este acuerdo es centro de debate.

Imagen relacionada

Después de la desastrosa película de Super Mario Bros. y la mala experiencia de Nintendo en todos los medios audiovisuales que no fueran los videojuegos, muchos fans se sienten reticentes a creer que esta película vaya a tener éxito. Muchos videojuegos han querido adaptarse al cine, pero a excepción de sagas como Resident Evil, el resto de películas quedaron en el olvido como malas adaptaciones. Además, creen que teniendo a grandes exponentes en la animación como pueden ser Pixar o Disney, Illumination quedaría muy por detrás a estas dos.

No obstante, otros fans ven ese rayo de luz detrás de este acuerdo. Los Minions, aunque odiados por algunos y queridos por otros, han conseguido un innegable éxito en la gran pantalla. La que se podría considerar como la mascota oficial de Illumination, tiene un gran atractivo para un público familiar, objetivo que ha tenido Nintendo siempre en mente al crear videojuegos. Por ende, esta similitud y entendimiento entre ambas empresas generan un poco más de confianza en este proyecto. Además, el riesgo de los nipones estos últimos dos años le ha salido muy bien, con lo que es de esperar que este también podría salir igual.

La moneda ha empezado a girar… ¿Es Illumination una buena elección para hacer la película animada de Mario?

Nada que perder, todo que ganar

Por Jota MC

Si algo nos brinda el paso de los años es, sin lugar a dudas, la perspectiva. Algo de lo que quizá carecen algunos nuevos jugadores. Y no digo esto como una falta o una crítica. Nada más lejos. Entiendo el temor de muchos nintenderos a que Mario o incluso Nintendo salgan escaldados de su próxima aventura en los cines. Miedo a que maltraten, tergiversen o “manchen” esa concepción que tienen del universo y los personajes de Super Mario con una adaptación que no le sea del todo fiel o que no esté a la altura, en cuanto a calidad, de lo que suponen para nosotros sus videojuegos.

Pero dejadme que os cuente una historia: Llevo más de 25 años jugando con Super Mario. Contaba apenas cinco o seis años cuando jugué mi primer Super Mario Bros en la NES. Una maravillosa aventura que me atrapó de tal forma que, aún hoy, y tras haberlo jugado miles de veces, continúa estando entre mis cinco juegos favoritos de todos los tiempos. Luego jugaría, uno a uno, el resto de entregas de nuestro querido fontanero, generación tras generación. Hasta llegar al maravillosamente autoreferencial Super Mario Odyssey, la -hasta hoy- última entrega de una saga que es, por derecho propio, sinónimo de lo que deben ser los videojuegos: diversión a raudales, pulidísima jugabilidad y un lore y un universo repletos de personalidad y absolutamente definidos e identificables.

Han pasado muchos años, pero también recuerdo como si fuese ayer el estreno de la película de 1993. Mis padres me llevaron al cine de una pequeña galería comercial, al que acudí con la expectación y la ilusión que sólo un niño puede tener al saber que va a ver a su héroe de videojuegos favorito en la gran pantalla. E igual de nítidamente recuerdo mi sensación al terminar de ver aquel experimento catastrófico al que aún hoy no entiendo que se prestase el gran Bob Hoskins. Era demasiado pequeño para saber si era una mala película. Pero sí salí absolutamente estupefacto de la sala. Y era así porque no terminaba de entender lo que había visto. Aquellos personajes de la película no me parecían Mario y Luigi, ni tampoco fui capaz de reconocer nada de lo que yo conocía de su universo en aquel film. No me atrevería a decir que salí decepcionado. Pero al menos sí contrariado.

No puedo hablar mucho mejor de las series de televisión de Mario que emitían cuando era pequeño. ‘The Adventures of Super Mario Bros. 3′, ‘Super Mario World’ o ‘The Super Mario Bros. Super Show!’ son series de televisión que a día de hoy me despiertan una sonrisa, pero por lo evidente de su reducido presupuesto y su marcado enfoque infantil. Cuando estaba en edad de verlas lo cierto es que siempre me resultaron indiferentes. Sí podían ser más fieles a los juegos, pero qué queréis que os diga, para mí siempre resultaron demasiado simples. Y lo que es más importante: cuando veo a Mario en una pantalla, como buen nintendero, me pican las manos si no tengo un mando entre ellas.

¿Y qué quiero decir con todo esto? Pues precisamente eso. Mario es y será sinónimo de videojuegos. Y eso siempre va a ser así. El hecho de que haga una película Illumination o cualquier otro estudio no va a cambiar nada. Mario se ha convertido en un personaje tan icónico y mundialmente reconocido como Mickey Mouse o Spider-Man. Dos personajes que, por cierto, son los reyes del merchandising de todo tipo (de videojuegos a tarteras, pasando por calzoncillos o toallas de playa). Algo que no los ha cambiado en absoluto. Entiendo el temor de algunos a que les toquen “su Mario”. Pero chicos, no hay nada que temer. La película, por mucho que participe Miyamoto, no será más que un subproducto con licencia. Nunca una película, una serie de dibujos o un manga ha ensombrecido o perjudicado a los videojuegos de Mario. ¿Creéis que el desastre de 1993 perjudicó a las ventas de los juegos en Super Nintendo? Al contrario. Hizo aún más conocida a la franquicia.

El éxito del cine de animación de los últimos años hace comprensible el hecho de que Nintendo preste a su querido personaje para un largometraje. Es una empresa cuyo objetivo son los beneficios económicos. Y el cine nunca ha hecho daño a los videojuegos. ¿Que la mayoría de adaptaciones son una castaña? Por supuesto. Pero de ahí a que esto perjudique a los juegos hay un mundo. No sólo ayuda a hacerlos más conocidos para el gran público. Sino que, por lo general, aporta ingentes beneficios a las desarrolladoras o compañías de videojuegos. Dinero que podrán dedicar a hacer más grandes juegos.

Y ahora hablemos de aquellos que están encantados de que se haga una película, pero que cuando oyeron Illumination se echaron las manos a la cabeza porque detestan los Minions. De acuerdo, pueden no gustarte, o incluso sacarte de quicio esos monstruitos del mal. Pero reducir Illumination a los Minions es demasiado simplista. E incluso demuestra cierto desconocimiento acerca de cómo funciona la industria del celuloide si piensas que con Mario van a hacer algo parecido. La gente que trabaja en este estudio de animación han realizado o participado de algunas de las películas de animación más taquilleras de los últimos años. No sólo los Minions o sus ¿secuelas precuelas? ¿precuelas secuelas? Las películas de Gru, para que nos entendamos.

Cuando en 2009 Disney compró Marvel muchos pusieron el grito en el cielo porque ya veían a Spider-Man y Lobezno compartiendo viñeta con Mickey, o que sus cómics se volverían infantiles. ¿Y qué decir de Star Wars? Puede gustarnos más o menos (como es mi caso) lo que están haciendo con la franquicia, pero la saga vuelve a ser una máquina de hacer billetes. Y no nos olvidemos, Nintendo se lanza al cine para ganar dinero, nada más. Además, todos sabemos lo celosa que es la gran N con lo que se hace con sus personajes. Que se lo digan a Ubisoft.

Recomiendo a estas personas que revisiten, como he hecho yo recientemente, ‘Lorax: En busca de la trúfula perdida’. Basta con ver los 10 primeros minutos de metraje para descubrir la capacidad de Illumination para recrear un universo único y lleno de color en la gran pantalla. ¿Pensáis que no podrían hacer lo mismo con el universo de Mario? Lo que hace falta es un buen guión. Una historia que sustente y dé una razón de ser a esta nueva aventura de Nintendo. Que participe Miyamoto tranquiliza, aunque no garantiza nada. En el cine influyen cientos de factores. Con que falle uno la película podría ser un fracaso o un bodrio insoportable. Pero, sinceramente… ¿qué tenemos que perder? A-b-s-o-l-u-t-a-m-e-n-t-e- n-a-d-a.

¿Que si tengo ganas de verla? Pues no puedo decir que la espere con la ilusión del niño que esperó aquel horrible film de 1993. Pero sí al menos con curiosidad. Porque amigos, puede que nos sorprendan y nos encontremos con una buena o al menos divertida historia. O puede que no nos guste el resultado. Pero en ese caso no tendrá más influencia de la que tuvieron la película con actores de imagen real o las olvidables series de los 90’s. Será una nota al pie más del gran icono de los videojuegos. Pase lo que pase yo seguiré rejugando Super Mario Bros., Super Mario World, Super Mario 64, Super Mario Galaxy… porque eso, amigos, es historia del videojuego. Y las películas son… otra historia.

Dando palos de ciego

Por Carlos Torrado

Últimamente Nintendo se nos está volviendo muy experimental, y es que no para de adentrarse en mercados inexplorados (o que tienen medio abandonados) y el resultado muchas veces es incierto. Nintendo Labo o la incursión en el mercado de dispositivos inteligentes son movimientos lógicos (y arriesgados) en una empresa que quiere triunfar, pero no debemos olvidar que Nintendo da muchos palos de ciego y le cuesta enormemente encontrar su zona de confort. Por lo tanto, el gran paso al mundo del cine era una sucesión evidente de su evolución como empresa. Pero ¿es este el camino correcto?

Nintendo ya hizo sus pinitos en el mundo del cine como productora de Super Mario Bros. (1993) y el resultado fue… interesante. El enfoque fue tan exagerado y dejaba tan claro que la compañía nipona buscaba un acercamiento desesperado a la sociedad occidental de Hollywood que desvirtuó toda la esencia de Mario y compañía. La elección de una estética realista y casi ciber-punk fue un error garrafal y así se mostró en las taquillas. La película supuso una pérdida de casi 42 millones de dólares y los actores que participaron en ella la califican como el error más grande de sus carreras.

Pero Nintendo ha madurado como empresa. Eso no significa que ya no cometa errores (Wii U o el sistema del chat de voz siguen siendo manchas difíciles de borrar en la trayectoria de la compañía), pero se muestra más segura a la hora de mostrar sus ideas a la sociedad occidental, y la bonanza económica que está suponiendo Nintendo Switch debe ser utilizada para aumentar esa seguridad. Todo se hace mejor con un colchón económico, ya sabéis. Entonces ¿por qué no crear un departamento de animación en la propia Nintendo? ¿Por qué no aprovechar el gran potencial cinematográfico de casi todas las sagas de Nintendo? Splatoon, Mario o Kirby son sagas totalmente potenciales de producir una película de animación exitosa. Incluso Zelda o Metroid son susceptibles de ser llevadas a imagen real y de mostrarnos una gran película de aventuras. ¿Por qué elegir Illumination es un error?

Las películas de Illumination Entertainment son en su gran mayoría, pasables. A pesar de que su nota media en Metacritic es de 5,5 (sobre 10) es innegable que tienen verdaderos éxitos de masas en sus producciones. Pero, ¿a qué precio? Estamos hablando de una compañía muy novata en el mundo del cine, sólo tienen 8 largometrajes y 4 de ellas son de la misma idea. Obviamente estamos hablando de Despicable Me (Gru, mi villano favorito en España) y… siento escalofríos al decirlo, los Minions. Que de tus 8 películas 4 sean una explotación sucesiva de la misma idea nos indica una falta de originalidad y de creatividad preocupante. Y sobre todo teniendo en cuenta que las otras películas, que han ido por otro camino diferente, han resultado ser o un fracaso (Hop o Lorax: En busca de la trúfula perdida) o un resultado normalito, sin pena ni gloria (Sing o The Secret Life of Pets).

Otro aspecto preocupante de Illumination es que no saben cuándo parar la explotación de su producto. A ver, es evidente que les genera grandes beneficios, pero llevarlo a su máximo exponente causa una gran aversión hacia el público más formado y adulto. La sobrexposición de su buque estrella, los Minions, hace que las figuras de estos personajes sean rechazadas e incluso odiadas. Un futuro que puede llegar a alcanzar a Mario y compañía. Obviamente Mario es conocido por todos, y sí, Nintendo también explota su imagen, pero siempre desde una perspectiva más dosificado y (aquí viene lo importante) con un sello de calidad propio que caracteriza a la compañía. Y es que Nintendo también ha tenido momentos de explotación masiva de sus personajes emblemáticos y no salió tan bien (no olvidemos sus series de televisión, como por ejemplo, la serie de TV Super Mario World que tuvo solo 13 episodios hasta su cancelación); pero han aprendido de sus errores y saben dosificar la imagen de algo que ya conoce todo el mundo.

Además, el humor que lleva a cabo Illumination es infantil, sí, pero roza lo estúpido. Puedo reírme perfectamente, por ejemplo, con alguno de los chistes de Coco (2017) de Pixar, pero no puedo evitar levantar las cejas si uno de los gags de los Minions es decir “banana”o tirarse un pedo. La infantilización extrema y absurda puede resultar una publicidad terrible para Mario, ya que además nunca ha tenido un humor muy definido, y con la participación del personaje en el reciente juego de Ubisoft, Mario + Rabbids, se le ha unido un humor más gamberro de lo habitual y que podría funcionar bien en la gran pantalla, pero dudo que Illumination sepa llevar bien este aspecto. Además, a nivel de estilo y animación, los personajes de Illumination son muy parecidos (como le pasaba a Dreamworks en su primera etapa de animación 3D), y la estética exagerada y de ojos saltones no resultaría del todo agradable en los cuerpos más bien redondetes y bajos del mundo de Mario.

Miyamoto está muy ilusionado con este proyecto, y si bien es un genio y le debemos muchísimo, a veces se pasa de optimista (¡le gustó la película de 1993!) y creo que la elección de Illumination es un error gravísimo. Sobre todo, porque esta era la ocasión perfecta para trabajar desde casa con las cosas de casa: abrir un departamento cinematográfico en Nintendo. Las últimas cinemáticas de los juegos de Nintendo tienen una calidad sublime y no se debería perder ese talento. Porque, en el caso de que la película de Mario salga mal, ¿se acaba la posibilidad cinematográfica para Nintendo? Hay tantas sagas explotables que sería una pena desaprovechar la oportunidad. No niego que colaborar con otras productoras sea una decisión útil, pero ¿por qué optar por una con poca experiencia, cuya mitad de producciones son mediocres y la otra mitad se trata de la misma fórmula? Cierto es que tratar de negociar con Pixar o Disney sería un pelotazo, pero también un movimiento arriesgado. Pero, por ejemplo, Studio Ghibli sería una decisión tremendamente acertada, quizás no para Mario, que busca una animación 3D, pero quizás sí para Zelda, y nos daría una combinación perfecta entre respeto al producto original y un producto llamativo y de calidad.

Por todo esto considero que Illumination no es la adecuada para llevar el salto a la gran pantalla del icono de los videojuegos más conocido del mundo, un emblema de la cultura pop y que, en la época de internet, una mala jugada puede suponer un desastre mediático a gran escala y que afecte no solo a Mario y su figura, si no a todo Nintendo. Y recordemos que hemos salido de una época realmente mala con Wii U, y desaprovechar esta increíble recuperación con una mala decisión sería una de las manchas más grandes de la historia de la compañía.

Esperemos que el resultado de esta colaboración salga bien, pero sin duda se trata de un movimiento arriesgado y demuestra nuevamente que Nintendo tiene problemas a la hora de moverse con soltura en nuevos mercados. El tiempo dirá si ha sido una buena idea o una nueva catástrofe económica.

¡Vota según tu criterio!

Resultados Cara o Cruz #48: