[Análisis] Bloody Zombies
Bloody Zombies es un videojuego perteneciente al género beat’em up (también conocido como brawler o “yo contra todo el barrio”) cooperativo desarrollado por Paw Print Games y distribuido por nDreams.
El videojuego ambienta su desarrollo en una Londres postapocalíptica, a través de 11 niveles diferentes, donde sólo cuatro supervivientes inadaptados (Teller, Rei, Mick y Eddie) pueden librar a las calles de la capital británica de tal plaga donde no faltan centenares de zombies. Para hacerles frente podremos personalizar a dichos personajes con diferentes habilidades y perfeccionar nuestro estilo de lucha.
Este título fue lanzado para PC y PS4 el 12 de septiembre de 2017 y para Xbox One el 22 de septiembre de 2017. Este mes de diciembre nos llega a Nintendo Switch, que es la versión que hoy analizaremos.
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¡Vamos a repartir leña a esos zombies!
Tabla de contenidos:
Jugabilidad
Como en todo buen beat’em up que se precie Bloody Zombies nos propone un esquema de avance clásico en scroll lateral en el que deberemos ir eliminando a todos los enemigos que nos salgan al paso. En algunas zonas no podremos seguir hasta que no eliminemos a todos los enemigos que han aparecido (aparecerán unos muros invisibles a ambos lados de la pantalla que nos impedirán avanzar). El juego cuenta con más de 30 tipos de no-muertos diferentes, los cuales requerirán una estrategia de ataque distinta.
El juego cuenta con 4 personajes diferentes: Teller, Rei, Mick y Eddie, los cuales no presentan atributos diferenciados a diferencia de otros títulos del género, por lo que al final da igual cual escojamos. Para poder avanzar con garantías tendremos que aprender los patrones de ataque de los enemigos, as como sus puntos débiles para saber cuándo atacarles, porque ir a lo loco a atacarles directamente (y sobre todo a medida que avancemos en el juego), es prácticamente un suicidio y hará que la barra de vida de nuestro personaje llegue a cero rápidamente.
Los controles son bastante sencillos: podremos mover a nuestro personaje con el stick analógico izquierdo o la cruceta, correr, realizar un ataque principal, ataque secundario, saltar, interactuar, esquivar (rodando) y lanzar. Su combate libre innovador nos permite combinar movimientos desbloqueables y crear nuestros propios combos encadenados. Casi cualquier combinación de esas acciones desencadenará algún combo o movimiento nuevo de modo que podremos por ejemplo embestir enemigos en carrera, agarrarlos y lanzarlos en varias direcciones, o pegar patadas desde el aire. A medida que vayamos realizando golpes conseguiremos rachas. Cuanto más golpes seguidos consigamos dar más altas serán esas rachas y por lo tanto más puntos recibiremos al acabar los niveles. Si mientras estamos realizando una racha nos golpea algún enemigo esta se interrumpirá y deberemos empezar de nuevo. En cuanto al control aunque es fluido, algunas acciones resultan algo toscas, lo que puede suponer un problema, sobre todo cuando estamos ante enemigos complicados.
Nuestro personaje contará con una gran variedad de ataques especiales, que deberemos aprender y dominar para poder superar todos los niveles. Hay que tener en cuenta que no podremos usar ataques especiales a lo loco, porque la barra de energía se agotará y tendremos que esperar un tiempo a que se cargue de nuevo, por lo que lo más recomendable es gestionarlos y saber usarlos en los momentos oportunos, cuando realmente los necesitemos.
Otro de los aspectos a destacar es que la dificultad del juego es de la vieja escuela, es decir, estamos ante un título bastante exigente y que va aumentando a medida que superamos niveles. Contaremos con cuatro niveles de dificultad: fácil, normal, difícil (se desbloquea al completar le juego en modo normal) y demente, que se desbloquea al completar el juego en modo difícil. En este último modo contaremos con una sola vida. Si morimos perderemos todo el progreso del nivel.
En cuanto a los niveles cuentan con diferentes alturas, son bastante profundos y contienen multitud de zonas secretas, en las cuales podremos encontrar dinero, objetos de curación, objetos para recuperar energía, vidas extra (contaremos con más o menos vidas de serie en función del nivel de dificultad en el que juguemos), así como armas de todo tipo (cuchillos, katanas, granadas, martillos de demolición y motosierras) las cuales permiten que hagamos más daño a nuestros enemigos, aunque por desgracia todas se acaban rompiendo por el desgaste. Están bastante escondidas, por lo que deberemos explorar muy bien todos los escenarios si queremos dar con ellas. También en algunos niveles encontraremos tiendas (Shop) donde podremos comprar nuevas habilidades, siempre y cuando tengamos el dinero suficiente, el cual obtendremos rompiendo cajas y otros elementos del escenario, así como derrotando a jefes. Al finalizar cada nivel podremos ver el tiempo que hemos tardado y recibiremos una puntuación en base a diferentes parámetros: enemigos abatidos, mejor racha de golpes, daño que hemos realizado al jefe, vidas que no quedan, reanimaciones y muertes. Esta determinará nuestro rango siendo de menos a más D, C, B, A y S. Obtener los rangos más altos sin duda es todo un reto y no será nada fácil.
Por último cabe destacar que como la mayoría de juegos de Switch, Bloody Zombies puede jugarse en modo portátil, sobremesa y televisor y también es compatible con el mando Pro de Switch. Un máximo de cuatro jugadores podrán jugar todos los modos y con cualquier combinación de los mandos Joy-Con y el mando Pro.
Gráficos y sonido
A nivel gráfico Bloody Zombies destaca por presentar grandes sprites y una estética cel shading. Su apartado artístico es bastante bueno y destila carisma y un gran sentido del humor, pero por desgracia este título queda empañado por sus animaciones toscas y robóticas, las cuales desentonan un poco en su conjunto.
En cuanto al apartado sonoro, el título cuenta con buenas piezas musicales, así como buenos efectos sonoros que acompañan perfectamente la acción. Por último hay que destacar que el juego llega con voces en inglés y textos en español, lo que siempre es de agradecer.
Duración
La campaña de Bloody Zombies consta de 11 fases, con dos tramos cada una, que puede completarse en unas 4-5 horas (menos si contamos con compañeros hábiles). El juego no cuenta con puntos de guardado en los niveles propiamente dicho, sino que cada nivel consta de dos partes, por lo que si nos matan en cualquier punto de la primera parte continuaremos desde el principio del nivel y si nos matan en la segunda parte continuaremos desde el principio de esa segunda parte del nivel.
Hay que destacar que como la mayoría de juegos del género no es muy largo, pero es muy rejugable, tan rejugable como los “yo contra el barrio” de antaño, debido a que podremos mejorar el nivel de habilidades especiales de nuestro luchador y encontrar zonas secretas.
Además el título no solo nos permite jugar con 4 jugadores de forma local, sino también mediante online, por lo que la diversión se puede alargar todo lo que uno quiera, y de hecho es el modo en que más se disfruta de este título.
Curiosidades
- Todos aquellos que disfrutaran en su día con Double Dragon, Final Fight o Streets of Rage, se alegrarán al descubrir como este título de nDreams se asemeja a ellos en algunos aspectos.
- Bloody Zombies es compatible con dispositivos VR, concretamente está disponible para HTC Vive, Oculus Rift y PS VR.
Conclusión
Bloody Zombies quizás no esté a la altura de los grandes clásicos del género, pero es un juego divertido que tiene muchos de los ingredientes que hicieron grandes a los beat’em up. Si os gusta el género, sin duda es un propuesta muy recomendable y que disfrutaréis, sobre todo en compañía. Además con Switch podréis disfrutar de él donde queráis, gracias a ser la única versión que puede jugarse de forma portátil.
Bloody Zombies está disponible en formato digital, en la eShop de Switch, desde el pasado 23 de diciembre a un precio de 13,49€. Deberéis tener un espacio libre en vuestra consola o tarjeta microSD de 2,7 GB para poder descargarlo.