[Análisis] Deemo
La compañía Rayark, después de traernos uno de sus éxitos para móviles como es Voez, nos trae otro de sus juegos más conocidos, en este caso Deemo, donde esta vez apostamos por un estilo parecido al de tocar el piano. Recuerdo que hace tiempo pude jugar a este juego en su versión para Android, pero puedo decir con creces que Rayark nos ha traído una gran versión digna del juego original, por ello, comencemos a analizar la bella melodía que es este juego.
Simple para la vista, pero un gran regalo para nuestros oídos
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El juego tiene una mecánica simple, pero que se puede complicar mucho, donde tenemos que simular que tocamos el piano, pulsando las pequeñas barras que van cayendo a la línea principal, y arrastrando en caso de que aparezcan barras amarillas. El fondo de los diferentes niveles es siempre el mismo, un fondo simple y monótono que nos hará estar más enfocados en pulsar las diferentes notas. Cosa que estéticamente puede acabar aburriendo, pero si que es verdad que la gracia del juego no está en lo estético, por lo que tampoco podemos contarlo como un punto en contra. Eso sí, al igual que Voez se rompe la filosofía de la consola, pues solo podemos jugarla en modo portátil, y sobretodo, recomendamos jugarlo sin tener los Joy-Con acoplados a la consola, pues estos dificultan poder tocar bien las notas. Vamos, tenemos que dejar la consola como si de una tablet se tratara.
Apartando la estética simple, esto no significa para nada que lo demás vaya a ser así. Hay un montón de canciones, y al haber participado tantos compositores diferentes en el juego podremos disfrutas de melodías de diferentes tipos. Desde una canción tranquilita, hasta una canción con más ritmo. A su vez, se podría decir que el juego no es todo tocar canciones y ya, pues tenemos una historia trabajada, por lo que tendremos que pasear por los diferentes lugares del castillo donde nuestra protagonista Alice ha aparecido cayendo de una pequeña ventana. Así descubriremos de donde vino Alice, quién es Deemo, y otras cosas que iremos viendo a lo largo del juego. La historia conforme va avanzando nos va enseñando pequeños vídeos simples donde podremos ir siguiendo la historia, que sin ningún diálogo nos consigue transmitir el mensaje, nos permite sabes qué está ocurriendo.
Yendo al apartado artístico del juego, este le pega un montón, y por ello se nos puede hacer muy bonito aún siendo muy simple. No nos hace falta ver movimiento en los diferentes lugares, su banda sonora y su apartado artístico le dan un gran toque que se agradece. Esos dos elementos nos invitan a seguir investigando el lugar, y no quedarnos solo tocando el piano. Como pequeña curiosidad, los escenarios han sido un copia y pega total de su versión de móviles, esto lo podemos comprobar viendo como la planta de trofeos y la bola de Facebook que están en la versión para dispositivos móviles, siguen en la versión para Switch, aunque eso sí, cuando pulsamos a ellos no ocurre nada. A lo mejor podría significar algo más, como una futura función online, cosa que se echa de menos, estaría guay poder compartir tus diferentes puntuaciones, o porcentajes que es lo equivalente a puntos en este juego.
Duradero y adictivo
Yo siempre he pensado que los juegos simples de móviles gracias a esa simplicidad consiguen enganchar a muchos jugadores, y este juego no es una excepción. Este juego puede no llegarte a aburrir, es complicado que esto ocurra, pues siempre hay algo que hacer. Sobretodo cuando hay multitud de canciones, que como he dicho al principio, tenemos varias canciones serenas y simples, y otras con más ritmo. Es más, una vez completamos el juego, podremos rejugar de nuevo la historia, pero con más novedades, como más canciones, escenarios cambiados y algún que otro vídeo que no aparecían en la historia original. A su vez, que esté adaptado para todo el mundo hace que no acabes frustrado, queriendo dejar el juego. Pues cada canción tiene 3 niveles, siendo uno más difícil que otro, pero a su vez hay una escala de dificultad que comparten todas las canciones. Siendo a partir del nivel 8 para arriba las canciones complicadas. No solo eso, puedes configurar la velocidad de las notas y otros factores, para así tener el juego a tu gusto. Como persona que ha jugado varios juegos de este tipo donde debes pulsar ciertos botones con una música de fondo, se agradece que se pueda configurar tanto.
Como vemos el juego da para mucho. Tenemos contenido post-game que nos puede dar el doble de horas de juego, sobretodo si queremos desbloquear todo, como los recuerdos, una función que se desbloquea al pasarte el juego, el cual contiene imágenes interesantes. O incluso tenemos un cuarto nivel para algunas canciones. Eso sí, la duración original del juego ya es larga de por sí, y lo de repetir la historia es un añadido más.
Un gran recital
Resumiendo podríamos decir que el juego es muy bueno, e incluso me cuesta encontrarle sus puntos malos, aunque se podría remarcar el que rompa con la filosofía de la consola, aunque viendo como Rayark va a añadir cambios en Voez para que no se rompa con la tónica de la consola, esperamos que haga lo mismo con Deemo. Su gran cantidad de canciones y su contenido consiguen que valga la pena jugarlo, y con su mecánica simple pero adictiva consigue que sea un juego apto para todos los públicos. Puedes hacer partidas rápidas, como si quieres estar ratos largos con el juego, está pensado para las dos situaciones.
Eso sí, no es todo un camino de rosas, pues el juego podría dar más de sí haciendo algún modo de juego especial, pues por su precio uno espera no estar haciendo siempre lo mismo, o poder compartir tus puntuaciones de forma online, algo así por el estilo habría sido un añadido interesante, pero tampoco son muy necesarios pues el juego ya es completo de por sí.
El juego no es un imprescindible en la consola, pero sí de los mejores juegos de este tipo que he jugado, e incluso de por sí jugarlo es disfrutar de una maravillosa sonata. Su precio de 29,99€ puede echarnos un poco para atrás, pero si te gustan los juegos de este tipo vale mucho la pena.