[Análisis] Pokémon Edición Oro y Edición Plata
Corría el año noventa y nueve, y el incesante deseo de Ash por convertirse en maestro Pokémon le llevó hasta la región de Johto.
El brutal éxito que tuvieron Pokémon Rojo, Azul, Verde y Amarillo en GameBoy ponía sobre los hombros de GameFreak una importantísima carga: mantener en todo lo alto la franquicia de videojuegos portátil más grande de la historia.
Usando el feedback de jugadores experimentados de todo el mundo, la compañía lanzó al mercado Pokémon Edición Oro y Edición Plata, junto a la serie de animación, merchandising, títulos para Nintendo 64… el tren Pokémon ya era imparable.
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Y así hemos llegado hasta el día de hoy, a menos de dos meses del lanzamiento de Pokémon Ultrasol y Ultraluna, un juego de combates en tiempo real recién lanzado en Nintendo Switch, y Game Freak enfrascada en la creación del primer juego de Pokémon tradicional en alta definición.
Hoy volvemos al pasado para recordar cómo fueron esos primeros pasos en Johto, su influencia en la saga, una visión general del juego y cómo ha envejecido con los años.
Tabla de contenidos:
GS 3DS
El segundo juego de Pokémon nos pone en la piel de un entrenador Pokémon que recorre la región de Johto, con el fin de derrotar a todos los líderes de gimnasios Pokémon de la región, conseguir todas sus medallas y enfrentarse a los entrenadores más poderosos en la Liga Pokémon.
El planteamiento, como veis, es muy similar al de Pokémon Rojo y demás, con un importante salto en la forma de contar la trama, con un Team Rocket dando guerra de una forma que no esperábamos.
Argumentalmente, Pokémon Oro y Plata son “más de los mismo” . Es el inicio de algunos de los elementos más importantes de la saga, como las Pokéball especiales, la crianza de Pokémon o las bayas. Esto, que en las actuales entregas son ítems y mecánicas básicas, nacieron en estos juegos de GameBoy.
Un mundo para recordar
Durante todos estos años, los jugadores de Pokémon han pasado por Kanto, Johto, Hoenn, Teselia… mundos gigantes creados en dos y tres dimensiones (dependiendo de la edición), y que, por lo general, están genialmente construidos y pensados para que el desarrollo de la aventura sea fluido.
Puede que los pokémaniacos tengan un cariño especial a Johto por ser la entrega que conquistó al mundo y mantuvo su éxito en la cima.
En cualquier caso, nos encontramos ante un juego para Gameboy Color, por lo que su estilo gráfico es en dos dimensiones, con una estética pixel muy personal y llamativa.
Los sprites gráficos de esta edición se han convertido en todo un ejemplo a seguir por algunos desarrolladores, por sus diseños básicos pero complejos y reconocibles. Los diseños de los Pokémon también recibieron un importantísimo lavado de cara, y es que, en Rojo, Azul y Verde, su aspecto no era ni mucho menos el que tenemos hoy en día.
Podríamos decir que los modelados en 3D de alta calidad que tenemos en títulos como Pokémon GO o Sol y Luna, tuvieron su base más fiel en Oro y Plata, y es que sus creadores ya tenían una bestia bien crecida entre manos, y había que cuidarla como se merecía.
Ahora, jugando Pokémon Plata en Nintendo 3DS, hemos sentido una sensación nostálgica muy profunda, que a los que jugamos el título original en Gameboy seguro que nos saca una sonrisa. Y bueno, a los más jóvenes es muy posible que vean este juego con otros ojos; los gráficos ya anticuados, las mecánicas más lentas que las actuales, o la trama mucho más sencilla, pueden ser un hándicap importante a la hora de jugar actualmente Pokémon Oro y Plata.
Algo en lo que se evolucionó más bien poco, fue el sistema de menús. Que, aunque tienen algunos accesos directos y funcionan de manera más ágil, siguen teniendo un aspecto excesivamente sencillo.
Pero donde más brilla estas nuevas entregas Pokémon, es el apartado sonoro. Muchos se sorprendieron de la alta calidad de las composiciones de los títulos de la franquicia, y aunque actualmente ha quedado parcialmente en segundo plano, algunas melodías de estos títulos de Gameboy ya se han consagrado en el hall de la fama de los videojuegos.
Bonguri
A pesar de su simplicidad, Pokémon Rojo, Azul y Verde construyeron las bases de un videojuego con mucho futuro, y Oro y Plata fue la oportunidad para expandirse e innovar.
Los combates se vuelven más dinámicos con nuevas animaciones y efectos, permaneciendo inalterable la posibilidad de atacar, cambiar de Pokémon, usar objetos o escapar de la batalla. De hecho, la jugabilidad de este título la franquicia es una evolución sin más de las primeras ediciones, con elementos innovadores como el multiusos Pokégear, el concurso de bichos o los nuevos tipos de Pokéball.
Aunque quizá el cambio más importante, ya no en la saga, si no en los videojuegos portátiles en general, fue la sincronización del juego con la fecha y hora del mundo real. Así, podíamos encontrar diferentes especies de Pokémon dependiendo de la hora del día.
El juego sigue resultando divertido y entretenido, ya no solo por cumplir el objetivo de obtener todas las medallas y ganar la Liga Pokémon de Johto, sino también por hacernos un equipo mucho más variado que en las primeras ediciones, e incluso enviar estos Pokémon “al futuro”, y verlos en tres dimensiones en los nuevos juegos para Nintendo 3DS.
Las claves más importantes y diferenciales de Pokémon nacieron en Oro y Plata: ahí tenemos los Pokémon variocolor, el Pokérus, el género o la inclusión del tipo Siniestro y Acero.
También se hace caso al feedback de los usuarios, mejorando notablemente el manejo de las cajas de guardado de Pokémon y la mochila de objetos, con compartimentos para evitar todos los ítems mezclados.
Tendremos decenas y decenas de horas de juego por delante, pero la duración del juego varía mucho dependiendo de cómo juegue el usuario. Aun así, no es un título de baja duración, ni mucho menos.
Metales preciosos
El oro y la plata no desgastan. La grandeza que demostraron en Gameboy no se ha perdido con el paso de los años, y aunque hayan envejecido y algunas mecánicas nos parezcan algo arcaicas, el salto de calidad respecto a Rojo, Azul, Verde y Amarillo es altísimo.
La enorme cantidad de novedades de gran importancia, que modificaban el comportamiento del juego, fue el empujón que necesitaba el juego para hacer que Pokémon llegara para quedarse. Unas segundas partes que desmienten el dicho popular de que “no son buenas”.
A pesar de que el salto técnico es más bien pequeño, jugablemente se evoluciona en tantos sentidos que hacen que la aventura sea mucho más amena y agradable, metiéndonos de lleno en el genial mundo de Johto y su historia.
En conclusión, una adaptación a Nintendo 3DS perfecta, increíblemente fiel al original, y con el beneficio de poder llevarnos nuestros Pokémon a las ediciones actuales. Todo un lujo de joyería.