Todo eso está muy bien, pero da por supuesto que se posea una TV de última generación, cosa que no siempre es así. De poco te sirve tener una PS4 o Xbox One con una TV de una resolución menor al potencial de dichas consolas.
Por otra parte, poco o nada influye en la experiencia de juego, a no ser que esto repercuta en la fluidez de los frames.