Respuesta a: Nintendo y el público tradicional: ¿quién abandonó a quién?
Lo cual hace que este tema se vuelva a reducir como tantos otros a guerra de consolas. Una cosa buena que puede hacer la gente es simplemente como yo hice y sigo haciendo: Alejarse de Nintendo-nintenderos, Microsoft-xboxers y Sony-sonyers lo más posible. Luego, sacarás una respuesta acertada para ti, que no es válida ni mucho menos acertada para los demás.
Tras esto, a mí por ejemplo, me gustaría ajustar la primera crítica de Wolfen a GoroLink (lo cual es válido para MÍ y no quiero decir que lo sea para ÉL).
Sólo quiero juegos que no sean WiiFit o WiiMusic, que realmente se ven pocos ltimamente. Brawl, Galaxy, Zelda TP, NMH, Mario Kart, de Blob, Animal Crossing City Folk y Metroid Prime 3, son los que yo diría…
Wii Music, por ejemplo, es mágico (Wii Fit no lo sé, no lo he jugado). De la lista de juegos recomendables para Wolfito no salvaba ni a de Blob, ni por supuesto al autoplagio Animal Crossing (si leéis el tema de Aonuma que quiere superar el Zelda OoT, esta misma saga es otro retrovirus al igual que el ejemplo que puse de Pokémon, pero no es un tumor metastático), y de ser exigentes tampoco salvo al NMH ni al Metroid Prime 3. Pero no nos quedemos ahí.
Respecto a otro ajuste del segundo comentario de Wolfito, la gente es libre de comprar y de vender lo que quiera, ahora que lo que compras o vendas no sea bueno y decidas no comprar nada más de tal entidad… es cosa de uno.
Tratando ya de enderezar el tema (doy opinión y evito embaukar, la gente apropiada le dará el significado apropiado), podría decir que la gran mayoría de discursitos son irrelevantes al caso, ya que se trata sobre «Nintendo y el público», y no de «guerra de consolas V∞.0». En mi opinión, y por muy nintendero que sea, he de admitir que Nintendo ha confiado demasiado en su Wii y que el mundo de los jugadores «que nacimos con un mando en la mano» y el de los que «jugamos de vez en cuando» son casi completamente inmiscibles y a su límite de miscibilidad no ha atinado Nintendo demasiado bien. Apostó por que su dardo acertara en la zona de confluencia, pero se desvió demasiado hacia el mundo de los que jugamos poco, tristemente.