La Comisión de Cultura del Congreso aprobó una iniciativa para que el videojuego sea un producto cultural, paso que han dado Francia, Alemania, Canadá, Japón y Corea. Atrás quedan años de reivindicaciones del sector que, cuando intentaba explicar su situación, no encontraba interlocutor. Ahora, los ministerios de Industria y Cultura son el padre y la madre del ocio interactivo que generó 1.450 millones de euros en 2008, sólo el 1,5% menos que el año anterior a pesar de la crisis.
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“Por fin tenemos carpeta en el Gobierno”, celebra Gonzo Suárez, fundador de Arvirago, “antes llevabas un informe al Gobierno y no sabían dónde guardarlo. No había expediente”. Las ventajas van más allá. “Beneficia a la industria y al jugador porque reconocen que deben apoyarlo, protegerlo y difundirlo como parte de la cultura nacional”, opina Gilberto Sánchez, secretario general de Desarrollo Español de Videojuegos (DEV). La asociación cristalizó el pasado año. La integran Virtual Toys, Digital Legends, Mercury Steam, Arvirago Technologies, Pyro Studios, Revistronic y FX Interactive, entre otros.
Paralelamente, si prospera la iniciativa de CiU para impulsar un cambio de la directiva 2006 112 CE para aplicar un IVA reducido a productos y servicios culturales, se traduciría en la rebaja de sus precios. Hoy, la novedad cuesta 70 euros.
El sector está eufórico y confía en que ahora mejore su imagen. También abre el acceso a subvenciones, aunque DEV apuesta por políticas de estímulo que “no repitan errores con capital a fondo perdido que han demostrado su ineficacia en sectores como el audiovisual”. Más del 50% de piratería, fuga de talentos y aumento de presupuestos para las nuevas consolas son retos a los que se enfrentan “para liderar internacionalmente los procesos de distribución digital que están cambiando el negocio y consumo de contenidos”, sentencia Gilberto Sánchez.