Miyamoto reinventa el ocio universal

Miyamoto reinventa el ocio universal
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  • Al creador de Mario, Donkey Kong o Zelda le veneran hasta quienes no saben nada de consolas. En 30 años, Miyamoto ha revolucionado la industria del ocio tantas veces como Spielberg o Madonna. Ahora lo vuelve a intentar con un juguete musical arrollador.

    APARECE en el hall del hotel, tranquilo y un tanto apocado, como se le ha descrito siempre en los medios. A ojos de un occidental sorprende el exceso de humildad, de indiferencia incluso, con respecto a sus méritos: haber creado un buen puñado de iconos posmodernos y multimillonarios (tan sólo los juegos protagonizados por Mario han vendido casi 300 millones de unidades) hasta convertirse en una de las figuras más influyentes de la industria del entretenimiento. Pero Shigeru Miyamoto, como tantos otros japoneses de su generación (acaba de cumplir 56 años), nunca parece hacer gala de sus logros. Además, aprovecha cualquier ocasión para loar las prácticas, la filosofía y el trabajo colectivo de su empresa, Nintendo, que lo contrató hace más de 30 años.

    LOS MILAGROS TAMBIÉN SON DIGITALES

    Así es el creador de videojuegos más famoso y admirado del planeta, el Walt Disney �figura a la que adora y respeta desde niño� del ocio electrónico. Una persona que no puede pasear tranquilamente por la calle en su país, ni siquiera merodear por el barrio periférico de Kioto donde vive con su mujer y sus dos hijos. También en Europa, un mercado menor que el nipón, su cara empieza a ser reconocida. Nadie sabe hoy que está en París salvo los periodistas que van a entrevistarle con motivo del lanzamiento de su última creación: Wii music, un juego musical para la consola intergeneracional por antonomasia. La última vez que estuvo aquí, en 2006, vino para recibir la Legión de Honor (es el único creador de videojuegos que la tiene). Nos cuentan que se le antojó visitar la Torre Eiffel. Una vez ahí, un adolescente le reconoció entre la multitud y la visita turística acabó en melé. Todo el mundo se volvió loco. Por eso esta vez ha venido acompañado de guardaespaldas, algo que le incomoda muchísimo. En lo que a ocio se refiere, en su apretada agenda tan sólo hay programada una comida en un pequeño y discreto bistró de la ciudad.

    Viene acompañado �como siempre que concede una entrevista� por su amigo Yasuhiro Minagawa, director de relaciones públicas de la empresa japonesa, que ejerce de traductor pese a que Miyamoto entiende perfectamente el inglés. Por respeto y vergüenza, dicen, se niega a hablarlo en público. Tras probar el juego en su presencia (y destrozar Every breath you take, de The Police, ejecutando una versión electrorock aderezada con unos chillidos felinos), comenzamos la entrevista. “Wii music es un poco diferente al resto de juegos musicales. Por un lado, la consola ya cuenta con juegos de éxito como Guitar hero, y por otro, es el resultado de lo que nosotros creemos que debe ser un juego musical”, responde tras comentarle las peculiaridades de un título musical que no se parece en casi nada al resto de sus posibles competidores. Para empezar, no se trata de apretar los botones a tiempo para dar con la nota correcta, sino de jugar con las escalas y los tiempos. Aquí no hay notas incorrectas, sino más bien a destiempo. Cuando se toca mal, el resultado es una caótica ensalada sonora, no del todo cacofónica. El jugador tiene a su disposición más de 60 instrumentos y cuatro maneras de tocarlos usando el

    Wiimote, el nunchuk e incluso el Wii balance board, que simula ser los pedales de una batería. Es decir, ejecutar una melodía es pura gestualización. “Sé que el manejo, especialmente el de la guitarra y otros instrumentos de cuerda, remite directamente a los campeonatos de air guitar [disciplina en la que se imita a un guitarrista sin el instrumento]. Da la casualidad de que soy amigo de Ochi Yosuke, que ha sido campeón del mundo de air guitar en 2006 y 2007. En cuanto se enteró de que estaba desarrollando Wii music quiso probarlo. Pero enseguida se dio cuenta de que no tiene nada que ver. En el air guitar simulas tocar una música preestablecida, mientras que en este juego tú tocas la melodía y la tocas como quieres”.

    Ese componente de improvisación es el elemento diferencial. Wii music incluye 52 canciones archiconocidas, lo que permite que hasta cuatro jugadores toquen juntos e improvisen sobre una base conocida en el estilo musical que se quiera. Así, se puede interpretar Carmen, de Bizet, en estilo reggae. O De Santurce a Bilbao (aunque suene a chiste, está incluida) con el sonido 8 bits de la primera consola doméstica de Nintendo y grabar, además, un pequeño vídeo musical con nuestros miis (avatares) en plena jam session. “Es probable que hayamos dado con algo que anda a caballo entre un instrumento y un videojuego”, explica Miyamoto; “es casi una nueva herramienta musical. Lo importante es que cualquiera pueda improvisar, innovar con sus amigos, poniendo algo suyo en el juego sin saber casi nada de música”.

    Miyamoto nunca ha ocultado que al crear Wii music, un pasatiempo en el que los torpes sin oído no salen especialmente mal parados, se ha quitado una espinita. “Toco varios instrumentos musicales desde niño. Pero me estresa mucho hacerlo ante otras personas, sabiendo que siempre podría hacerlo mejor”. Una supuesta inseguridad que sorprende de alguien que ha sentido la necesidad de entretener a los demás desde que tiene uso de razón �tal vez la cualidad que mejor le defina�. “De pequeño empecé a dibujar manga”, recuerda; “mi interés por dibujar fue lo que más influyó en mi manera de hacer juegos. Solía hacer historias divertidas y me gustaba analizar las reacciones de la gente. Cada nueva historia la concebía para hacer reír a los demás”.

    Pese a su singular enfoque, Wii music es el primer gran lanzamiento de Nintendo de la era Wii que no ha sido un bombazo instantáneo, especialmente en Japón. Muchos hablan también de que podría ser un juego cuyas ventas se expandan mucho a lo largo del tiempo. En cualquier caso, este gurú del entretenimiento no se muestra preocupado. Sabe que en esta industria nadie es ajeno a pegarse un buen batacazo. Lo importante es que tanto él como los cientos de personas a su cargo en la empresa parecen tener claro su objetivo. “Puede parecer que vayamos en una dirección opuesta a la del mercado, pero lo que hacemos es pensar en todo momento en cuál será el futuro del entretenimiento. Porque los juegos deben ser aquello a lo que la gente quiera jugar”

    fuente: elpais

    Este señor no tiene calificativo para describir su magnificencia en el este planeta

    Es el señor mas grande del mundo
    El si que es un dios 😈

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