Dragon Age: The Veilguard es una oda a la llamada cultura “woke” y un esperpento para la saga de Bioware
Esto es lo que ha dejado Dragon Age: the Veilguard hasta el momento.
Dragon Age: The Veilguard se ha convertido en el último estreno de Bioware. Un colofón “final” a una franquicia que durante décadas ha sido el mayor exponente de los RPG, y que dejó una huella imborrable en el mundo de los videojuegos y en dicho ámbito. Qué tiempos aquellos en los que importaba más la historia y la construcción de los personajes, que cumplir con los sueños de un grupo de guionistas que han querido incluirse ellos mismos en el juego en lugar de dejarnos una historia memorable.
Será memorable sí, pero Veilguard será recordado como el Dragon Age que NO era un Dragon Age.
Desgraciadamente, parece que con el paso de los años, los cambios dentro de Bioware y el devenir de la franquicia, han hecho que pierda su esencia. Algo que ha quedado más que patente con el estreno de The Veilguard. Un título que es un homenaje y le pone la alfombra a la cultura “woke”, y que añade una piedra más a la tumba de la Bioware que conocíamos en el pasado.
*Este es un artículo de opinión, en ningún caso refleja el sentir general del equipo de redacción de la web.*
Tabla de contenidos:
- Dragon Age: The Veilguard se carga todo lo que hacía grande a la saga y le hace una completa reestructuración
- El fantasma de la cultura “woke” en Dragon Age: The Veilguard
- Veilguard es una mofa al buen gusto y a la narrativa decente que ha enmarcado siempre los Dragon Age
- Este Dragon Age NO es un RPG
- Bioware ha dicho adiós a su pasado y ha abrazado un futuro incierto llevándose por delante a Dragon Age en su descenso al “sinsentido“
Dragon Age: The Veilguard se carga todo lo que hacía grande a la saga y le hace una completa reestructuración
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Dragon Age: The Veilguard se ha convertido en uno de los lanzamientos más exitosos de Bioware, tal y como informé hace semanas. Sin embargo, muchos medios han vendido esta coletilla como un mantra que está adherido al éxito inherente del juego. Esto es rotundamente falso. Dragon Age: The Veilguard fue el mayor éxito de estreno en Steam de la saga por parte de Bioware, sin embargo Dragon Age Inquisition, se lanzó hace una década, Origins hace 15 años, y por entonces los usuarios activos en Steam, eran mucho menores que los que hay ahora.
Por lo que son matemáticas simples, a más jugadores en una plataforma, más posibilidades de que las ventas sean superiores. Esto no se traduce para nada, en un éxito para el juego. Veilguard cuenta con una media de jugadores en la plataforma de Valve actualmente (apenas dos semanas desde su salida), que apenas llega a los 20.000 a pesar de todo el marketing y streams y viniendo de una saga tan renombrada como Dragon Age. Una saga, que la Bioware actual se ha encargado de sepultar.
El fantasma de la cultura “woke” en Dragon Age: The Veilguard
Arrollado estas semanas por títulos como Monster Hunter Wilds, o Farming Simulator 25, e incluso por Baldur’s Gate 3 que lleva ya más de un año en venta, Veilguard ha finiquitado para siempre la legendaria saga que sirvió en el pasado como exponente de los RPG. Basta con echar un vistazo a Dragon Age: Origins o Inquisition para darnos cuenta de lo que hablo. Y no se está criticando la diversidad o la inclusión (que ya había de sobra en el pasado de la franquicia), se critica la pobreza de la narrativa del juego, la auto-inclusión de un grupúsculo de guionistas que está en las antípodas del sentido común y el buen gusto, y sobre todo, la gran patada en la cara que le han soltado al espíritu de la saga.
- Te recomiendo echar un vistazo a este vídeo, a partir del minuto 7:19:24.
Y es que el problema de usar este “lenguaje no binario” en Español, es que le das patadas una tras otra a la gramática y a la construcción de una lengua que lleva siglos en el mundo. De verdad, un auténtico chiste ante cualquiera que se quiera interesar lo más mínimo sobre la historia.
Cuando juegas un título, lo haces normalmente, para evadirte de la vida real, de la sociedad que tenemos, y si bien está guay implementar algunos guiños a nuestros problemas sociales, Veilguard es el resultado de que un par de personas con complejos, hagan de la narrativa del juego, un pozo para reflejar sus propios sentimientos.
Haciendo de Dragon Age: The Veilguard una burla cómica y hasta soez, a todo lo que hacía grande a la saga en el pasado. Basta pasearse hoy día por algunos medios, para ver cómo han rectificado de sus análisis de Dragon Age iniciales, y revisar las reseñas en Steam o la nota media de la comunidad en Metacritic, que no llega al 4 para ver el sentir de la comunidad de jugadores. Es una realidad innegable, y no hay que temer hablar sobre ello.
Veilguard es una mofa al buen gusto y a la narrativa decente que ha enmarcado siempre los Dragon Age
Porque sí, si buscas un RPG decente que te permita disfrutar de una amplia variedad de decisiones y opciones de diálogo, puedes jugar Dragon Age: Origins, o su sucesor espiritual, Baldur’s Gate 3, hecho por Larian Studios, que ha sabido a la perfección, desarrollar ese espíritu, esencia y libertad que dejó Bioware en el pasado. Curioso, porque con Veilguard, la compañía ha hecho todo lo contrario.
El juego tiene una historia que contarte, y tú no puedes salirte de ella, no puedes empatizar con tu personaje Rook, porque eliges una opción de diálogo (de las escasas que te ofrece el juego), y el personaje decide hablar algo totalmente distinto a lo que querías decir. Adjunto ejemplo de una review que desde mi punto de vista, es perfecta para que sepas sobre qué consiste el juego realmente:
Incluso las relaciones con personajes en Veilguard se sientes forzadas e insulsas (especialmente con Taash, el personaje no binario del juego). Pareciera que los guionistas del juego no han tenido contacto con la realidad al margen de con el propio desarrollo del título, del que por cierto no sabemos cifras oficiales en cuanto a su coste, las cuales agradeceríamos conocer. Ya que el juego es uno de los triple AAA más destacados del año, y cuenta ya con decenas de miles de devoluciones, pocos jugadores activos, y el fantasma de la mediocridad pululando durante sus 40-50 horas de juego.
Este Dragon Age NO es un RPG
Veilguard NO te permite:
- Ser agresivo con ningún personaje, todos los diálogos de Rook están condicionados y no puedes elegir una ruta “malvada” como en anteriores Dragon Age.
- Tus compañeros no pueden morir, no puedes de hecho, elegir si los incorporas o no a la Guardia del Velo.
- Además, el juego tiene cinemáticas de combate en las que no aparece sangre en ningún momento, se siente más como una fantasía casual hecha por Disney, que por una saga adulta.
- Además, Veilguard ignora a personajes emblemáticos de la saga, de hecho olvida tramas indispensables como las de los templarios y los magos (“magues”, perdón)
- Las historias de cada compañero son insulsas, llenas de momentos ridículos y escenas que parecen más de una comedia de los 2000 de Estados Unidos, que de un juego serio.
- El problema con Taash no es que la hayan incluido como personaje no binario, es su excesivo uso de los pronombres, una retórica agresiva con todos los personajes, se siente como una adolescente enfadada con el mundo y hace que se pierda el interés en su historia, que además está metida con calzador para cumplir con los sueños más “húmedos” de parte del equipo directivo del juego.
- El combate puede ser atractivo visualmente, pero cuando llevas más de 10 horas, se convierte en el somnífero perfecto, con repetición de los mismos combos y poca profundidad en los desafíos.
Y podría seguir, pero no acabamos ni mañana.
Bioware ha dicho adiós a su pasado y ha abrazado un futuro incierto llevándose por delante a Dragon Age en su descenso al “sinsentido“
Y es que a Bioware se le ha olvidado que lo que hace grande un juego, es su comunidad de jugadores en muchas ocasiones. Y para Veilguard han apuntado a un público “moderno”, ignorante en muchas ocasiones de lo que representaba la franquicia en el pasado. Un público que prefiere preocuparse del color de su pelo o del uso de sus pronombres “correctos” antes que preocuparse por la narrativa del juego, su coherencia, su jugabilidad y su respeto por los orígenes de la saga. Incluso por la libertad de diálogos.
La Bioware que nos enamoró hace años, ya no existe, ellos mismos han querido cavarse su propia tumba. Y repito, el problema no es la inclusión o aspectos como “la transexualidad” de un personaje. El problema es la narrativa mediocre que presenta el juego, la imposibilidad de ofender a nadie en un título que se presupone es RPG (totalmente falso, Veilguard no tiene nada de RPG), actores de doblaje insulsos y faltos de ímpetu en cada escena, momentos cómicos desagradables que difieren por completo del sentir y la esencia de la saga.
Taash es un monumento a la hipocresía y a esa adolescente rabiosa consigo misma y con todos, un personaje que demanda respeto por sus pronombres, pero que luego no puede respetar cualquier opinión contraria, e incluso ataca a otro compañero del grupo, a pesar de que éste le diga que prefiere que lo llame de otra forma. Hipocresía en su máxima expresión. Te dejo el vídeo que lo demuestra:
Un espectáculo mediocre alabado por unos pocos, y criticado por muchos, porque lo que queríamos luego de 10 años de espera, era una continuación digna de Inquisition y de la saga, no un batiburrillo de ideologías, pronombres, escenas sin sentido y momentos realmente vergonzosos a lo largo del juego.
Dragon Age: The Veilguard es una oda a la llamada cultura Woke y la última piedra en la tumba de la saga, y sin dudas, en lo que hizo grande al estudio años atrás. Podría seguir, pero este artículo sería el doble de extenso. Dejo que cada uno, se haga su opinión al respecto, yo, tengo la mía.