Un coleccionista de Pokémon que arrasa en el mundo del tenis: Así es Terence Atmane

El mundo de Nintendo se extiende en todos los ámbitos y fronteras, y muchas personas han crecido y pasado su niñez con las series y los videojuegos de la compañía. Ese es el caso de Terence Atmane, un coleccionista de Pokémon que ha estado cautivando al panorama del tenis actual.

Cuando decimos que en Nintendo tenemos una gran variedad de estilos, personalidades y maneras de ser, no mentimos, y Nintenderos es el reflejo de ello. Terence ha sido desde niño un gran fan del coleccionismo, y Nintendo ha sido su pasión. Atmane está despuntando por ser uno de los mejores tenistas del futuro, pero hay otra cosa de él que nos ha llamado la atención.

Y es que el joven tenista de 21 años goza de una colección Pokémon que para él mismo es la “Joya de la Corona”. Es un absoluto fan de Pokémon y tiene en su haber una de las mayores colecciones de cartas del país. Esta colección la comenzó en el 2007, curiosamente el mismo año en el que Nintenderos hizo su primera aparición en el mundo de las webs.

“Tengo una de las mayores colecciones de Francia. Estoy preparando un vídeo para Instagram mostrando mi colección, lo subiré a final de año con subtítulos y todo. Serán unos 10 minutos para enseñarlo todo y que la gente conozca un poco más quién soy, la historia detrás de la colección, por qué empezó y cómo. Cuando era un niño, veía Pokémon en la tele. Recuerdo que todo fue muy natural, en el colegio los niños hablaban de las cartas de Pokémon y eran muy famosas en aquel momento. Empecé a coleccionarlas cuando era pequeño, y ese niño pequeño todavía conserva aquella pequeña colección”.

Es curioso ver como uno de los tenistas que se posiciona en la vanguardia de las nuevas generaciones de tenis, presume y disfruta de tener una de las mayores colecciones de cartas de Pokémon, algo que miles de personas hace en todo el mundo, y que sólo unas pocas consiguen tener al nivel de la de Atmane. Sea como sea, es bastante curioso recibir una noticia así de vez en cuando que nos “rompan los esquemas” de lo habitual.