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Los Assassin’s Creed más difíciles de la historia: ¿Hasta dónde llega tu paciencia?

Una mirada a los títulos que pusieron a prueba tu habilidad y paciencia

Assassin's Creed

La saga Assassin’s Creed lleva años siendo mi obsesión y la de muchos. Desde que Altaïr dio su primer salto al vacío hasta las locuras de Yasuke y Naoe en Shadows, Ubisoft nos ha llevado por mundos brutales llenos de historia, combates y saltos que no siempre salen bien. Pero hay juegos en esta franquicia que son otra cosa: te exprimen, te frustran y te hacen replantearte si de verdad eres bueno con el mando. ¿Cuáles son los más duros de pelar? Aquí va mi lista de los que más me hicieron sufrir, y seguro que a ti también.

1. Assassin’s Creed (2007): El que empezó todo y no perdonaba

El primero de la saga era un desafío en sí mismo. Los controles parecían de otra era, el parkour era un salto de fe literal (nunca mejor dicho) y los guardias te pillaban aunque solo te asomaras un segundo. Recuerdo intentar colarme en Acre y acabar peleando con media ciudad porque el sigilo no era mi amigo. Era repetitivo, sí, pero en 2007 aquello fue como escalar un muro con las manos atadas.

2. Assassin’s Creed Unity (2014): París no era para novatos

Unity llegó con bugs que todos recordamos, pero también con una dificultad que no te dejaba respirar. Las calles estaban a reventar de enemigos, y si no pillabas rápido las nuevas mecánicas de combate y cobertura, estabas perdido. Las misiones en Notre-Dame eran un infierno: un paso en falso y te rodeaban diez guardias con ganas de fiesta. Y ni hablemos del cooperativo… Si tu colega no estaba en sintonía, mejor apagar la consola.

3. Assassin’s Creed III (2012): Connor y su revolución caótica

Este me tuvo gritándole a la pantalla más de una vez. El parkour entre árboles era un sueño hasta que te estampabas por un salto mal calculado, y las batallas navales te hacían sudar si no apuntabas bien los cañones. Las ciudades, con sus soldados por todas partes, eran un dolor de cabeza para el sigilo. Connor era genial, pero su juego no te lo ponía fácil ni por casualidad.

4. Assassin’s Creed Odyssey (2018): Una maratón griega

Cuando Odyssey se pasó al rollo RPG, la cosa se puso seria. Enemigos que parecían tanques, mercenarios que no te dejaban en paz y batallas masivas que te obligaban a tener el equipo a punto. ¿Intentaste matar a la Medusa sin subir de nivel? Yo sí, y aún me duele recordarlo. Completarlo al 100% fue como correr una ultra maratón con una lanza en la mano.

5. Assassin’s Creed Shadows (2025): Japón te da una paliza

Acaba de salir, el 20 de marzo de 2025, y Shadows ya me tiene loco. Con Naoe, el sigilo es como caminar sobre cristales: un error y estás muerto. Con Yasuke, te enfrentas a samuráis que no paran de venir, y el modo canon es para los que tienen nervios de acero. Lo estoy jugando ahora mismo y, en serio, este Japón feudal no se anda con chiquitas. Si quieres saber más de este y todos los demás, échale un ojo a esto: Todos los juegos de Assassin’s Creed.

¿Por qué son tan jodidos?

Cada uno tiene lo suyo. El primero por sus controles de madera, Unity por su caos, III por no darte tregua, Odyssey por su escala brutal y Shadows por ponerte entre la espada y la pared. La saga ha ido cambiando, pero siempre encuentra formas de hacerte sufrir, ya sea con sigilo imposible o combates que te hacen replantearte tu vida.

¿Listo para demostrar tu valía en la Hermandad?

Estos juegos son duros, pero también son los que te hacen sentir como un auténtico asesino cuando los superas. ¿Cuál te tuvo al borde del abandono? ¿Los tejados de París o los samuráis de Shadows? Cuéntamelo en los comentarios, que quiero saber si alguien más ha pasado por el mismo calvario que yo. ¡A ver quién es el maestro de la hoja oculta aquí!