Las complicaciones de guardar partida en Zelda: Majora’s Mask en Japón: una experiencia frustrante

Guardar el progreso en un videojuego es una característica esencial que nos permite retomar la aventura sin perder lo que hemos logrado. Esto es especialmente importante en juegos largos como los de la saga The Legend of Zelda. Sin embargo, no todas las entregas han ofrecido esta función de manera sencilla. Un ejemplo claro de esto es The Legend of Zelda: Majora’s Mask, donde el sistema de guardado varió notablemente entre versiones, y la peor parte se la llevaron los jugadores japoneses.

En la mayoría de los juegos de Zelda, es posible guardar la partida en cualquier momento. Sin embargo, Majora’s Mask cambió esta dinámica. En la versión japonesa, la única manera de guardar el progreso era utilizando la Canción del Tiempo, que hacía retroceder al primer día del ciclo de tres días del juego, antes de que la Luna colisionara con la ciudad de Términa. El problema de este método era que, al retroceder en el tiempo, los jugadores perdían sus rupias y cualquier avance logrado en misiones o cambios en el mundo se reiniciaba. Esto hacía que guardar la partida fuera una tarea frustrante y poco práctica.

Conscientes de las quejas, Nintendo optó por un enfoque diferente para las versiones occidentales. Se introdujeron estatuas con forma de búho que permitían hacer guardados rápidos. Aunque este método tenía sus limitaciones—el guardado se borraba al cargar la partida—al menos permitía a los jugadores dejar el juego sin tener que reiniciar todo el ciclo de tres días.

Es interesante notar que la versión japonesa ofrecía tres ranuras de guardado, en contraste con las dos disponibles en las versiones occidentales. Este cambio probablemente se debió a las demandas de memoria del sistema de guardado rápido. Finalmente, en la versión de Majora’s Mask para Nintendo 3DS, las estatuas de búho se actualizaron para permitir un guardado permanente, y la Canción del Tiempo perdió su función como único método para guardar el progreso.