Zelda: Tears of the Kingdom vuelve a caer en el peor error de Breath of the Wild: Su post-game
Si bien no todos los videojuegos tienen un post-game, cuando hablamos de títulos de mundo abierto plagados de lugares por investigar y misiones secundarias por realizar como The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom, suele ser habitual que, después del inevitable combate contra el jefe final de turno, se permita al jugador volver a seguir disfrutando de su estadía en dicho mundo durante otro puñado de horas en el que ir «limpiando» todas aquellas cositas que se han quedado en la lista de deberes por hacer.
¿El problema? Que gran parte de estos juegos tienden a recargarle la partida al jugador justo antes de llevar a cabo la batalla predestinada y, bueno… ¿por qué no hacerlo después de la misma? Es decir, muchas veces por exigencias del guion, el propio antagonista puede llegar a causas un gran caos en el mundo, bien durante la propia batalla final o en el transcurso de la misma historia. ¿Por qué conformarse con llevar a cabo los recados que quedaron aparcados y la exploración de esa esquina del mapa a la que nunca llegamos cuando puedes presentar algo más? Sin duda, The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom disponía del material necesario para hacerlo.
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Hay que tener en cuenta que uno de los grandes atractivos de esta última entrega del héroe hyliano ha ido ligado a sus nuevas habilidades, como bien ha podido verse en gran cantidad de vídeos por redes sociales e internet, con creaciones sensacionales y otras un tanto aberrantes, porque bueno… el tema fálico y demás. Pero bueno, volviendo a nuestro hilo principal, la Ultramano resulta un poder la mar de útil que se utiliza de forma constante para todo, desde construcción de vehículos hasta la unión de las distintas habitaciones que podrían componer nuestra propia casa. ¿Por qué no aprovechar esa oportunidad tan magnífica explotándola en un post-game que incluya la reconstrucción de un Hyrule en ruinas después de la vuelta del Rey Demonio? A fin de cuentas, su vuelta ha dejado todo patas arriba, desde aldeas destruidas hasta contaminación por bosques y ríos. ¿No sería interesante utilizar las nuevas habilidades de Link para, tras el enfrentamiento contra Ganondorf, devolver a Hyrule todo su lustre?
Por supuesto, es innegable que la exploración vertical de Hyrule, dividido entre el cielo, la tierra y, especialmente el subsuelo, cuya cartografía ya da para una buena cantidad de horas de exploración; todo esto sumado a las misiones secundarias que hayan quedado sin hacer, amén de conseguir todas las semillas Kolog y piezas de corazón y estamina, son entretenimiento de sobra para dedicar otro puñado de horas dando vueltas por las tierras de Hyrule, pero, ¿no sería realmente satisfactorio ayudar a toda esa pobre gente que se ha visto afectada de forma directa por el reguero de destrucción de Ganondorf? Además de la Ultramano, el Generador de Esquemas podría ayudar en el proceso de reconstrucción.
Y es que, el propio juego te invita a ayudar de vez en cuando en este sentido, como en el caso del pobre muchacho de Construcciones Karid que siempre necesita de nuestra ayuda para sujetar el cartel del presidente. Soy consciente de que esta suerte de «minijuego» podía parecer absurdo, pero te invitaba con unos cuantos trozos de madera y alguna que otra piedra a estrujarte los sesos y pensar: «¿Cuál sería la construcción óptima para que el cartel quede erguido?» Esto podría haberse explotado más en una plausible reconstrucción de Hyrule.
Por supuesto, lo expuesto aquí no es una problemática únicamente de Zelda y sí, hay varios Zeldas a los que podría haberse aplicado esto, peor la libertad que ofrece el mundo de la duología Breath of the Wild y Tears of the Kingdom, no la ofrecían por ejemplo Ocarina of Time o Wind Waker, por dar varios ejemplos. Además, si bien Breath of the Wild se presta a esta misma exigencia post-game de reconstrucción, no deja de ser en Tears of the Kingdom donde Nintendo dotó a Link de las herramientas concretas para llevar a cabo dicha tarea, amén de haber mejorado todavía mucho más el sistema de físicas pensando justamente en la unión de diversos elementos por parte del jugador gracias a estas habilidades. Es entendible pese a que Tears of the Kingdom fuese la oportunidad perfecta, que Nintendo no haya querido llevarla a cabo, posiblemente hayan tenido bastante trabajo por delante agregando todas y cada una de las novedades que han llevado a esta entrega a superar en todo a su predecesor. No obstante, no deja de ser un poco triste, pues es una oportunidad perdida…
Como de nada sirve lamentarse por aquello que nunca sucedió, la única opción viable que conduciría a esta posibilidad es un futurible DLC para Tears of the Kingdom, algo que, en base a la magnífica acogida que ha recibido el juego tanto por parte de la prensa como de los jugadores, seguramente llegará tarde o temprano, al igual que ya sucedió con La Balada de los Elegidos en el caso de Breath of the Wild. No obstante, es una opción poco plausible, ya que la reconstrucción de Hyrule per se posiblemente no ofrezca suficientes alicientes a nivel narrativo como para presentarse como una realidad, sino como, si acaso, un extra dentro de ese propio DLC que se centre en algo que ofrezca más a nivel de historia, como fue el caso de La Balada de los Elegidos.
Dicho esto, ¿qué opináis vosotros? ¿Os habría gustado poder explotar más las habilidades del brazo de Rauru en una posible labor de reconstrucción post-game de un Hyrule destrozado por la ambición de Ganondorf? ¡Contadnos en los comentarios!