[Análisis] A Space for the Unbound para Nintendo Switch
¡Viajamos a una Indonesia mágica!
Hoy os venimos a hablar de un juego muy especial. El estudio Mojiken ha estado desarrollando durante todos estos años A Space for the Unbound. Un juego cuyo prólogo fue liberado hace algunos meses y cuya versión final hemos completado recientemente tras quedarnos intrigados con el mismo. Siendo una historia ambientada en Indonesia, este título trae consigo impregnada una fuerte huella cultural que nos ha cautivado, todo eso aderezado con historias muy cercanas y una buena dosis de magia. Si queréis adentraros con nosotros en esta aventura, no dudéis en seguir leyendo. Vamos allá.
Un viaje al corazón
Hablar de la historia de A Space for the Unbound sin realizar ningún destripe es complicado, pero vamos allá. El juego nos lleva a encarnar a Atma, un jovencito que se cría en la Indonesia de los años noventa junto a su novia, Raya. Ambos son felices, hacen planes de pareja como ir al cine, o… ¿coleccionar tapas de botella? Y así, viven su día a día.
Otros contenidos en esta categoría:
- -
No obstante, Atma guarda recuerdos de un fatídico día, de una niña con poderes sobrenaturales y de un misterioso libro rojo que, aún en su poder, le permite meterse dentro de la mente de las personas (a lo Persona 5 Royal, válgame la redundancia). Deberemos superar nuestro da a día junto a Raya mientras experimentamos muchas cosas fuera de lo común en una historia que sabe hablar muy bien de temas como la depresión y la juventud. Y que además, está repleta de referencias a la cultura popular que resultan bastante divertidas.
Desde luego, la historia que plantea A Space for the Unbound es de lo que más nos ha gustado del juego. No obstante, muchas veces es cortada por un ritmo un tanto irregular en la que se nos asignan misiones de recadero que pueden extenderse algo más de la cuenta. Y es que la jugabilidad del título a fin de cuentas es bastante sencilla: nos desplazamos horizontalmente por diversas pantallas de Indonesia, hablando con personajes e interactuando con objetos para avanzar por la trama. Sin embargo, eso no quita que también presente algún que otro minijuego simple pero entretenido.
Arte exquisito y reminiscente de otra época
Otro punto fuerte de A Space for the Unbound, sin lugar a dudas, es su hermoso apartado artístico de estilo pixel art. Indonesia está recreada de forma ejemplar con paisajes que lucen realmente bien. Los personajes también tienen un diseño muy bonito, y las animaciones están bien ejecutadas. En diversos puntos del juego también tendrán lugar cinemáticas en pixel art la mar de bien elaboradas. En general, es un juego que disfrutará todo aquel que sea afín a este estilo, y se nota que es uno de los puntos en los que el estudio ha puesto más empeño.
El juego no cuenta con doblaje, pero sí con una banda sonora que está bastante bien y acompaña a la aventura. En el momento de su lanzamiento, el juego se encuentra con textos en inglés, pero esperamos que sea localizado al castellano más temprano que tarde. En cuanto a rendimiento, no hemos tenido ningún problema al respecto y todo ha ido perfectamente. Finalmente, la aventura nos ha durado unas 10 horas en total. Por cierto, importante mencionarlo: podremos acariciar a todos los gatitos que nos encontremos en la aventura y ponerles un nombre a elegir entre varias opciones.
Conclusión de nuestro análisis
En resumidas cuentas, A Space for the Unbound nos cuenta una bella historia con mucha humanidad y elementos fantásticos. Aunque su jugabilidad pueda hacerse algo tediosa, es una experiencia que recomendamos a los amantes de los juegos independientes. Sin duda, es un título que nos ha cautivado y que creemos que debería llegar a más personas. Y esperamos que lo haga cuando su esperada localización al español esté completa.
A Space for the Unbound ya se encuentra disponible en formato digital para la eShop de Nintendo Switch a un precio de 19,99 euros y ocupando un espacio de almacenamiento de 2821 MB. Si os apetece darle una oportunidad, ¡os espera una historia muy conmovedora!