El renacimiento de Donkey Kong a través de los juegos de Rare
La reinvención del mono
Es cierto que Donkey Kong protagonizó varios juegos antes de llegar a las manos de Rare. Sin embargo, por importancia, impacto y legado, se suele considerar que la historia moderna del personaje comenzó de la mano de la desarrolladora británica. Por ello, hoy es imposible hablar del «fenómeno Donkey Kong» sin aludir directamente a esta compañía.
Gracias a ella, el gorila más conocido del mundo de los videojuegos pasó de ser un personaje carismático a uno de los más queridos de la industria. Y, aunque ya había protagonizado varias aventuras —algunas como héroe y otras como villano— años antes, ninguna estuvo a la altura de lo que supuso Donkey Kong Country para jugadores de todo el mundo.
Por ello, hoy os vamos a contar cómo el gorila de corbata roja y excéntricos movimientos consiguió ganarse el corazón de todo un sector. Y, como veréis a continuación, lo logró gracias a títulos que llegaron a despertar la envidia del mismísimo Shigeru Miyamoto (aunque, con el paso de los años, est haya matizado sus palabras).
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La trilogía de juegos más importante de Donkey Kong
Los últimos días de NES dieron paso a su sucesora más inmediata: Super Nintendo. «El Cerebro de la Bestia», como se le conoció por aquel entonces, tuvo entre su catálogo algunos de los mejores títulos de la historia de la compañía. Así, aventuras como Super Mario World o The Legend of Zelda: A Link to the Past siguen en el recuerdo de cualquier usuario del sistema. Y, junto a estos, junto a apuestas frenéticas y a auténticos portentos tecnológicos, se colocó una trilogía única.
Corría el año 1994 cuando Rare lanzó Donkey Kong Country, su primer trabajo con el personaje. En él, los jugadores recorrían la Isla DK en busca de King K. Rool, el villano principal de este título que, para disgusto de Donkey Kong y sus amigos, se había apoderado de todas las bananas. No obstante, no te dejes engañar por esta premisa tan burda como insulsa: el juego fue capaz de rivalizar con un titán como Mario.
Por aquel entonces, hablar de «excelencia» en lo que a plataformas se refería era sinónimo de confeccionar un discurso con los juegos del fontanero como base. Sin embargo, el gorila con corbata consiguió, gracias a su depurado aspecto técnico, su increíble jugabilidad y su diversión, un giro en la fórmula habitual de estos debates.
Así, aunque las abalanzas a Mario no cesaron, Rare consiguió gracias a los tres títulos de Donkey Kong Country que el mundo hablase de una pequeña compañía británica capaz de conseguir lo imposible: emular —o al menos acercarse— la calidad de las entregas del fontanero.
El éxito de arriesgar
Si por algo se caracterizaron los títulos de Donkey Kong centrados en el gorila fue por «las ganas de arriesgar». Aunque vivieron su auge durante la época de Super Nintendo, una consola que pudo cambiar el devenir actual de la industria, sería injusto afirmar que los títulos posteriores no fueron productos, como mínimo, notables.
Donkey Kong 64, por ejemplo, es una muestra perfecta del trabajo de la desarrolladora británica. En él, se despidieron del desplazamiento lateral que tantas alegrías les había proporcionado y apostaron fuerte por un mundo abierto lleno de coleccionables. El resultado, varias décadas después, es un gran recuerdo entre los jugadores y un título que está entre los mejores del sistema. No obstante, esa evolución agresiva de la fórmula solo fue una continuación de lo que conocíamos.
Aunque la primera entrega de SNES la protagonizó Donkey Kong, el resto de lanzamientos estuvieron marcados por la «ausencia» de este. Así, el gorila pasó de estar en el primer plano a ceder el testigo a Diddy Kong y Dixie Kong respectivamente (en el segundo y tercer juego de Donkey Kong Country). Y esto, lejos de disgustar a los jugadores, encantó por las posibilidades que ofrecía.
Al introducir a varios miembros de la familia y cederles el manto protagónico, los usuarios pudieron conectar mejor con estos. Gracias a esta decisión, los interesados en los juegos de Donkey Kong conocían a los personajes, vivían su historia y, con cada nueva entrega, descubrían qué podían hacer con ellos. Sin duda, esta fue una de las mejores decisiones de Rare.
Un legado para la historia
Por desgracia, la historia del gorila y la compañía dio un giro de 180º cuando Microsoft adquirió Rare. Fuera del amparo de estos, la licencia estuvo dando tumbos sin terminar de asentarse. En GameCube, sucesora de Nintendo 64, el personaje protagonizó varios juegos rítmicos que pasaron sin más pena que gloria. Y en portátil, terreno donde antaño conquistó corazones, unió fuerzas con Mario en una franquicia que terminó en el baúl de los recuerdos.
Por suerte para el personaje y sus seguidores, la situación volvió a dar un vuelco con el lanzamiento de Donkey Kong Country Returns, la aventura para Wii que emuló la época dorada del personaje: la trilogía de Rare para SNES. A este, más tarde le siguió Donkey Kong Country: Tropical Freeze, juego de Wii U que aterrizó en Switch en sus primeros años de vida. Y, gracias a estos, el gorila recobró el status que había perdido.
Fuente: Nintendo España
Y tú, ¿crees que los juegos de Rare representan la etapa dorada de Donkey Kong? ¿Cuál es tu título favorito del personaje? Os leemos en los comentarios.