La curiosa historia detrás de la creación de la Game Boy Micro
Poco éxito y precios por las nubes
Game Boy Micro es uno de los sistemas más incomprendidos del universo Nintendo. En plena transición de Advance a Nintendo DS, la Gran N apostó por rediseñar su consola portátil por segunda vez. Así, tras el éxito de SP, que cambió la disposición horizontal por una vertical con cierre, la firma japonesa volvió a la estructura original. Sin embargo, con Micro abogaron por minimizar al máximo la disposición de la consola, motivo por el que se sacrificaron muchas prestaciones.
A diferencia de Advance y SP, los modelos más exitosos de la línea Advance, Micro no era compatible con los cartuchos de Game Boy y Color. Al apostar por un tamaño reducido, tuvieron que eliminar ciertos componentes que, a la postre, provocaron la incompatibilidad con los juegos antiguos. No obstante, esto propició que, al menos en su versión japonesa, Micro tuviera funcionalidades compatibles con Nintendo DS. Y, pese a contar con un «puente» que le unió con su sucesora, la idea nunca terminó de convencer a los usuarios.
Aún así, el tiempo ha sabido recompensar la revolucionaria idea de Nintendo y, con el paso de los años, el sistema ha ido ganando popularidad para los usuarios de la marca. Por ello, hoy os queremos contar la historia de una consola que, y pocas pueden decir esto, disgustó al propio Reggie Fils-Aimé.
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Un fracaso anticipado
A principios de mayo, gracias al lanzamiento de Disrupting the Game: From the Bronx to the top of Nintendo pudimos conocer varias historias inéditas. Entre todas estas, llamó la atención la protagonizada por Game Boy Micro, un sistema que, hasta el momento, es el último de la línea portátil más exitosa de la historia. Y, pese a este éxito, Micro protagoniza uno de los capítulos más negros de la historia de las portátiles de Nintendo.
En su tiempo al frente de Nintendo, Fils-Aimé tuvo que tomar todo tipo de decisiones. Sin embargo, nunca esperó toparse de lleno con un producto en el que no creía. En su libro, el antiguo presidente de Nintendo América narra lo que él consideró el problema principal de Game Boy Micro: vender un sistema que iba en contra de las tendencias de mercado.
Desde mi perspectiva, el concepto de Game Boy Micro no era una buena idea. El hardware era excepcionalmente pequeño, los botones eran difíciles manipular para cualquier adulto de tamaño razonable y la pantalla era pequeña. Esto iba en contra de las tendencias actuales, ligadas a hacer pantallas cada vez más grandes. Sin embargo, el desarrollo continuó y nos vimos obligados a lanzar la consola.
Así, Fils-Aimé deja claro en su libro que, bajo su filosofía, Game Boy Micro nació destinada a fracasar. En el año 2005, fecha en la que la revisión de Advance vio la luz, la tecnología abogaba por productos cada vez más grandes. Por ello, Reggie vaticinó que Micro, al menos en el mercado norteamericano, sería un fracaso para la compañía. Y el tiempo, por desgracia, le terminó dando la razón… a medias.
Game Boy Micro triunfó en Europa y Australia
Al final de su vida útil, bastante corta por el lanzamiento de Nintendo DS, se estima que esta revisión consiguió vender poco menos de 2 millones de unidades. Por tanto, si tenemos en cuenta que la familia Advance consiguió colocar en el mercado más de 80 millones de consolas, nos sale que Micro apenas supuso poco más del 2% del total. Esto, a todas luces, significa que Reggie estuvo acertado en su predicción. Sin embargo, como ya recalcamos, lo estuvo «a medias».
En Japón y Norteamérica, las cifras de venta del sistema fueron similares. En el país asiático, Micro consiguió vender 590.000 unidades; en la región que presidía Fils-Aimé, el montante total fueron 530.000 unidades. No obstante, donde reside el significado del «a medias» es en las cifras cosechadas en Europa y Australia. Sumando ambos territorios, Micro vendió 800.000 unidades. Por tanto, aunque las ventas en su región le dieron la razón, la consola sí gozó de relativo éxito en otros territorios.
Víctima de la especulación y la escasez
Sin embargo, como habréis visto a estas alturas, la historia de Game Boy Micro está protagonizada por muchos «pero». Aunque en su momento la recepción fue tibia, ya que la Gran N no contaba con unas ventas que únicamente representasen el 2,50% del total de la línea Advance, el tiempo ha revalorizado la concepción sobre el sistema.
Así, es habitual encontrarse con consolas a la venta en portales de compraventa de segunda mano. Y, en estos, lo que llama la atención es el precio que llega a alcanzar cada venta o subasta. Debido a las pocas unidades que se distribuyeron y al estado actual de alguna de estas, una unidad de segunda mano de Micro en buen estado puede llegar a superar, sin despeinarse, los 200€. Sin embargo, la cosa cambia si hablamos de ediciones nuevas o precintadas. En este estado, lo habitual es que hablemos de productos que oscilan entre los 600€ y los 1.500€. Para muestra, como se dice comúnmente, un botón:
Así, aunque Reggie vaticinó que este producto no triunfaría por su tendencia en contra de lo que dictaba el mercado por aquel entonces, jamás pensó que el tiempo revalorizaría a Game Boy Micro. En la actualidad, muchos jugadores valoran varias de las ventajas que introdujo este rediseño: pantalla con cinco niveles de iluminación, peso ligero, cambio de carcasa, posibilidad de reiniciar en caliente y mucho más. Sin embargo, como sucedió con otros tantos productos, no fue tan bien recibido en su momento. No obstante, el paso del tiempo está siendo justo con la última Game Boy que vio la luz.
Y tú, ¿llegaste a comprar una Game Boy Micro? ¿Consideras su lanzamiento un error o un acierto? ¿Crees que es justa la especulación que está sufriendo este sistema? ¡Os leemos en los comentarios!