Lo que podemos esperar del retraso de la secuela de Zelda: Breath of the Wild
El tiempo es la mayor de las virtudes
Ni la esperadísima secuela de The Legend of Zelda: Breath of the Wild se libra del «mal del retraso» que asola a muchos títulos de 2022. La aún reciente pandemia que trastocó nuestras vidas dejó, entre otras muchas consecuencias, un descosido en los planes de futuro de muchas compañías. La imposibilidad de acudir a sus puestos de trabajo provocó que, con el paso de los meses, las tareas se solapasen y los plazos se ampliasen. Y esto, cual «efecto dominó», propició que muchos juegos se despidieran de su fecha original de lanzamiento.
Entre estos casos se encuentra el de la secuela de Breath of the Wild, un Zelda que, igual que su antecesor, también ha sido víctima de un retraso. Fechado hace un tiempo para finales de 2022, a finales de marzo conocimos que tendríamos que esperar hasta la primavera de 2023. No obstante, aunque esto conllevase pérdidas millonarias para Nintendo, lo cierto es que esconde muchas noticias positivas que, incluso, podrían estar relacionadas con una hipotética nueva consola.
Un empujón para la primera entrega y para otras propuestas de la serie
La consecuencia directa del retraso de la secuela de The Legend of Zelda: Breath of the Wild la sufrió la primera entrega. Según reveló Games Industry, y como ya os contamos el pasado 12 de abril, el título original ha aumentado exponencialmente sus ventas. Así, tras el anuncio encabezado por Eiji Aonuma, Breath of the Wild disparó sus ventas un 60%. La siguiente semana, continuando con su tendencia al alza, aumentó sus ventas otro 51%. De esta forma, pese al impacto negativo que tuvo en las acciones de Nintendo, el retraso de la secuela del título de Zelda provocó un incremento en ventas del título original. Y esto, quizás, puede ser un aliciente para que la Gran N escuche una de las mayores demandas de sus seguidores.
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El exitoso recorrido de Breath of the Wild, la buena recepción de Link’s Awakening y la acogida de Skyward Sword ha convertido a Nintendo Switch en la consola de The Legend of Zelda. Por ello, para paliar la ausencia de la secuela, muchos fanáticos esperan la llegada de algún clásico de la franquicia.
The Wind Waker HD, lanzado en Wii U, es el proyecto más demandado por los jugadores. Tras él, opciones como Twilight Princess HD o alguna reimaginación con el estilo de Link’s Awakening también cuentan con mucho apoyo, mas no gozan de la popularidad del título cartoon. Solo el tiempo dirá si este año tendremos un juego de Zelda o no, pero a la vista está que los jugadores desean con todas sus fuerzas que así sea.
La secuela de Zelda que, tras el retraso, llegaría con una nueva consola
Cuando la continuación de Breath of the Wild vea la luz, Nintendo Switch ya tendrá seis años en el mercado. Este factor, sumado al secretismo que rodea al juego, ha provocado que muchos rumores apunten a una hipotética sucesora de la híbrida. De ser cierto, igual que sucedió con la primera entrega, el título de Zelda nos llegaría con un nuevo sistema bajo el brazo.
Sin embargo, más allá de habladurías y supuestas filtraciones, poco o nada se sabe de un nuevo miembro de la familia Nintendo que esta no para de negar. Por tanto, hasta que no existan más evidencias, la secuela de Breath of the Wild seguirá planeada única y exclusivamente para el sistema actual de la Gran N.
Lo que sí es cierto, y además es un hecho constatable, es que este retraso permite pulir aún más la aventura. Portales como Reddit o ScreenRant publicaron hace escasas semanas listas de aspectos que la secuela podría mejorar. Así, según los usuarios de estas páginas, aspectos como las ciudades y asentamientos, la durabilidad de las armas o la falta de variedad de enemigos deberían recibir un lavado de cara.
Si Nintendo escucha a su comunidad, además de trabajar como lo hace, es posible que aproveche este tiempo extra para pulir el juego. Pese a los años de desarrollo, la secuela de Breath of the Wild es tan ambiciosa que, aún con tanto tiempo detrás, aún necesita un último toque que solo la compañía puede darle. Además, Miyamoto ya lo dejó claro: «Un juego retrasado eventualmente será bueno, pero un juego apresurado siempre será malo».