[Mini-Análisis] Chicory: Una historia pintoresca para Nintendo Switch

En nuestra línea de pequeños análisis para que descubráis joyas del catálogo de Nintendo Switch, hoy venimos a hablaros de una que puede haber pasado por encima de vuestros radares, pero que merece mucho la pena: Chicory: Una historia pintoresca. Un título hecho con mucho cariño por un pequeño grupo de desarrolladores y que se ha llevado el clamor de la crítica y el público en otras plataformas, para acabar llegando a Nintendo Switch hace muy poco. Os contamos qué nos ha parecido.

La aventura del pincel encantado

Aunque el juego se llame Chicory, lo cierto es que en esta aventura nuestro protagonista no se llama así, si no que llevará el nombre de nuestra comida favorita. Esta es toda una declaración de intenciones: Chicory: Una historia pintoresca es un juego tierno y dulce que trata toda clase de temas con respecto y delicadeza, a la vez que nos hace reír gracias a sus simpáticos personajes y las situaciones que se van desenvolviendo.

En concreto, en el mundo del juego Chicory es la Artífice, única persona capaz de manejar el Pincel Mágico. Sin embargo, cuando ésta desaparece y la provincia de Picnic pierde todo su color, será nuestra misión, como su fan número uno, hacernos cargo de semejante herramienta, devolviéndole los colores a todas las cosas mientras nos enfrentamos a distintas clases de puzles y peligros que se irán interponiendo en nuestro camino.

La aventura de Chicory es variada, con un montón de desbloqueables que irán desde prendas de ropa hasta muebles y plantas. A medida que avancemos, iremos desbloqueando habilidades para nuestro pincel (podremos elegir entre unos pocos colores para pintar, tanto con una palanca como con la pantalla táctil de la consola, siendo el control a veces poco intuitivo pero adecuado) y conociendo a más de cien personajes de todo tipo, cada cual más carismático o excéntrico que el anterior. En líneas generales, es una aventura de moderada duración que puede ser disfrutada en unas 10 horas, unas 20 horas si decidimos ir a por todos los coleccionables y misiones secundarias repartidas por el juego, las cuales son variadas y merecen bastante la pena (estos tiempos que os indicamos van en dependencia del tipo de jugador, claro).

Una experiencia que merece mucho la pena

Otro punto en el que Chicory: Una historia pintoresca destaca con creces es su apartado audiovisual. Aunque su apartado visual sea sencillo, el juego es muy tierno y está muy pulido. La banda sonora del título también es ejemplar, con Lena Raine (compositora de Celeste) firmándola, lo que siempre garantiza un sello de calidad y que en esta ocasión se mantiene. En lo técnico, sobra decir, el juego corre perfectamente, sin ninguna caída ni fallo.

Aparte de lo comentado, el juego cuenta con muchas opciones de accesibilidad de todo tipo: poder cambiar la fuente, elegir los efectos, mostrar alertas de contenido, evitar los combates, definir el nivel de salud de nuestro personaje para facilitar la experiencia… Además, como detalle adicional, la versión para Nintendo Switch cuenta con un modo cooperativo local para hasta dos jugadores que agregará otro pincel de apoyo a la aventura. En resumidas cuentas, han pensado en todo para que Chicory sea un juego que cualquiera puede disfrutar, y aunque no todos los jugadores vayan a encajar con una premisa que de primeras puede lucir algo infantil, quienes conecten con ella se llevarán una experiencia inolvidable.

Chicory: Una historia pintoresca ya se encuentra disponible en formato digital a través de la eShop de Nintendo Switch a un precio de 29,99€, contando con textos en un perfecto castellano y ocupando un espacio total de 1523,00 MB.