[Impresiones] Metroid Dread para Nintendo Switch
La visita de Samus al planeta ZDR se convierte en una pesadilla por la presencia de unos robots asesinos que persiguen incansablemente a la cazarrecompensas… 19 años después de la cuarta entrega de Metroid en dos dimensiones, llega Metroid Dread, una aventura completamente nueva que gira hacia la tensión y la acción para traernos una visión clásica de Metroid adaptada a la actualidad. Lo hemos jugado en el modo portátil de Nintendo Switch OLED y os contamos qué nos ha parecido la primera hora de esta angustiosa huida.
Continuista evolución de Metroid
Metroid Dread continúa la historia de Samus de los juegos en dos dimensiones, cuya última entrega fue un remake de Metroid 2 en Nintendo 3DS. El estudio encargado para dicha conversión fue Mercury Steam, una desarrolladora española que ganó experiencia con Castlevania para Nintendo 3DS, y que se ganó la confianza de Nintendo para poder tomar las riendas de Metroid en dos dimensiones.
Al contrario que con Samus Returns, Metroid Dread es un juego completamente nuevo, sin un lugar del que tomar la inspiración y atreviéndose con un cambio de estilo que sienta muy bien a la saga, acercándose al terror con el que siempre ha coqueteado gracias a unos enemigos robóticos muy difíciles de derrotar.
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Se nota que Nintendo ha querido dar profundidad a la historia de Metroid en Dread nada más ver cómo un Chozo derrota a Samus en los primeros minutos del juego, quedando esta inconsciente y teniendo que escapar del planeta ZDR con vida.
A pesar de ser un juego en tres dimensiones limitado a una jugabilidad bidimensional, se ha querido dar una enorme espectacularidad a todo lo que ocurre en pantalla, desde agarrarse a una pared hasta pasar por debajo de los enemigos. Es por esto que la vista pasará en ocasiones a ser isométrica, dando un aspecto cinematográfico a la acción.
Hemos notado lo bien trabajadas que están las animaciones de Samus, cuidando pequeños detalles hasta el extremo, y uniendo unas con otras de forma grácil, elegante y fluida.
El rendimiento del juego tiene un objetivo de 60 imágenes por segundo, aunque no consigue mantenerse siempre del todo estable. A falta de un análisis técnico en profundidad, hemos notado caídas puntuales de framerate con líquidos presentes en pantalla o el paso de la vista 2D a 3D.
Más y mejor Metroid
Nintendo no ha querido revolucionar nada con Metroid Dread: la saga lleva descansando este tipo de juegos mucho tiempo, y esta entrega totalmente nueva solo viene a recordar por qué dio nombre a un género en sí mismo, los “metroidvania” (con permiso de la familia Belmont).
Dread incluye todos los elementos que nos encantaron de otros juegos de Metroid, como un intrincado mapa lleno de secretos, mejoras en el equipamiento de Samus o una gran variedad de enemigos que derrotar, pero también añade unas nuevas áreas en las que se encuentran los EMMI, robots corrompidos que buscan incansablemente a la cazarrecompensas y que serán los enemigos más mortíferos de todo Metroid Dread (o eso creemos). Si atrapan a Samus, su fin estará casi asegurado, volviendo a un punto de restauración anterior.
No en vano, la existencia de estos robots está enfocada a crear una atmósfera especial en este juego de Metroid, que lo diferencia enormemente tanto de las entregas anteriores como de los remakes, incluso de los juegos en tres dimensiones. No diríamos que es miedo, si no tensión y agobio por saber que un terrible enemigo te persigue y solo puedes esconderte de él.
Por suerte, y para hacer esto un poco más liviano, Samus puede moverse ágilmente a través de los escenarios, enganchándose a bordes, agachándose mientras corre o rebotando en las paredes. Lo más interesante es que todas estas opciones de movilidad pueden combinarse con ataques, tanto físicos como los clásicos disparos o cohetes. Todo el moveset de Samus empasta a la perfección en Metroid Dread, y es una de las cosas más importantes que hacen de este título un juego divertido y adictivo.
Nos ha gustado que no se haya perdido la exploración de los escenarios y la investigación del entorno pausada, con el objetivo de descubrir áreas secretas en las que poder mejorar nuestro equipamiento. Si sois de los que antaño disfrutaba exprimiendo los juegos de Metroid, con Dread tendréis más de lo que os gusta.
Una nueva misión
Nintendo ha tenido un objetivo claro con Metroid Dread. Ha pasado mucho tiempo desde que crearon de cero un juego de la saga en dos dimensiones y, por lo que hemos jugado hasta el momento, no parece que hayan querido revolucionar nada, si no mejorar lo ya existente.
Es asumible, especialmente teniendo en cuenta que han pasado casi 20 años desde el lanzamiento de Metroid Fusion, así que nos parece genial que Nintendo haya decidido hacer Metroid Dread de esta forma. Es fluido, divertido y pura adrenalina en los momentos de tensión, justo lo que esperábamos y queríamos de un nuevo Metroid.
El juego llegará junto a Nintendo Switch OLED el 8 de octubre.