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[Artículo] La música en The Legend of Zelda: Ocarina of Time – Parte 12

[Artículo] La música en The Legend of Zelda: Ocarina of Time – Parte 12

En el artículo de hoy vamos a analizar un pequeño tema de un personaje especial. No obstante, si no has jugado al Ocarina of Time – ve ahora mismo a jugarlo – contiene un pequeño spoiler en el personaje de Sheik, así que ¡avisados y avisadas quedáis! Y como siempre, os dejamos el enlace al resto de artículos aquí.

Sheik

Es uno de los personajes más misteriosos de toda la saga. El motivo musical que suena de fondo en cada una de las intervenciones de este personaje es muy cortito, pero tiene un elemento muy interesante.

Desde el momento en que Link saca la Espada Maestra, todas las melodías que el jugador aprende se las enseñará Sheik, cambiando la dinámica de la Ocarina. Mientras que la forma anterior de aprender una melodía – con la Ocarina de las Hadas –  era repetir lo que un personaje te enseña, en el momento en que consigues la Ocarina del Tiempo y conoces a Sheik, éste y Link tocan a dúo. Recordemos que las melodías de Ocarina son temas diegéticos pues provienen de Link o de elementos de la pantalla. Sin embargo, las canciones de Sheik empiezan siendo diegéticas para acabar transformándose en incidentales, todo mientras ambos personajes tocan. Es decir, pasamos de un foco emisor de sonido presente en el juego – la ocarina y la lira de Sheik – a ir añadiéndose instrumentos que no aparecen en pantalla. Este intercambio de diegético e incidental era la primera vez que ocurría en videojuegos y, de hecho, no muchas veces más ha ocurrido de esta forma, por lo que fue tremendamente novedoso además de artístico y expresivo. No por menos, el nombre de los temas que Sheik te enseña usan nombres de danzas, indicando que son piezas para ser bailadas, tocadas y disfrutadas por dos personas, tomando al jugador como un verdadero concertista que interpreta con el juego estas melodías.

Hablar de Sheik es en definitiva hablar de Zelda. No obstante, este detalle no se sabe hasta prácticamente el final del juego, instantes antes de cruzar el foso del Castillo de Ganondorf y poner fin a su maldad. Pero ¿y si la música nos dice desde el primer momento quién es realmente Sheik? Recordemos el tema de Zelda, representado en este título como la canción de ocarina de la Nana de Zelda:

Este mítico tema guarda ciertos detalles importantes que analizaremos en otro artículo, pero lo que nos interesa es su vinculación con el tema de Sheik. De hecho, no es una simple vinculación: es una manifestación directa del tema, de manera bastante descarada: es la música diciéndole al jugador “oye, que este tío tiene el tema de la princesa… no se, piénsalo”. Observemos la partitura:

Si vemos las notas contenidas en los círculos rojos, vemos como son las mismas que el tema de Zelda, un poco acelerado. Hay que tener en cuenta que el tema de Zelda y el de Sheik están en tonos diferentes, de ahí a que las notas no sean las mismas. Sin embargo, cuando se reproducen tres (o más) notas a mismas distancias entre ellas, son reconocibles como una misma melodía independientemente de la nota en la que parten. Es decir, las distancias entre las notas es la que nuestro cerebro reconoce como una melodía u otra. Comprobad este vídeo para entenderlo mejor.

Este recurso narrativo musical es bastante interesante, pues es un spoiler en toda regla. Resulta poético como el tema que suena de fondo de un personaje que se hace pasar por otro contenga retazos del tema original. Otro detalle interesante es que el instrumento que porta Sheik es una lira, instrumento que interpreta Zelda y que está relacionado a ella en Skyward Sword. Hoy en día, esta vinculación lira-zelda lo vemos normal, pero en el 1998 no existía dicha relación.

Reflexiones sobre las melodías de la ocarina

Observando todas las melodías, podemos comprender varias cuestiones técnicas que afectan a la música. La primera cuestión es la dificultad. Si observamos las melodías en orden, podemos establecer varios puntos interesantes:

  • Las primeras melodías son tres notas que se repiten, formando una melodía con dos secciones idénticas de seis notas en total.
  • El jugador puede aprender un total de doce melodías, donde las siete primeras siguen el patrón de tres más tres citado anteriormente.
  • Encontramos tres melodías que disponen un número distinto a seis notas, a saber: Bolero de Fuego con ocho notas, la Serenata del Agua con cinco notas y el Nocturno de Sombra con siete. El motivo más lógico de esta variación es evitar la monotonía. Realmente el juego no tiene demasiados recursos como para variar las melodías en exceso. Uno de los aspectos que puede beneficiar a evitar caer en una monotonía es el número de notas a tocar. Por otro lado, descartamos que el añadir o quitar el número de notas a recordar en una melodía sea un recurso de incremento o no de dificultad. Si ese fuera el caso, las primeras melodías tendrían menos notas que las últimas. Por tanto, creemos que el objetivo real es el añadir un pequeño cambio en la dinámica de tocar seis notas.
  • Todas las melodías tienen un centro en D, variando entre D dórico – como es el caso de Canción del Tiempo, Serenata del Agua y Canción de Saria – D menor – Canción del Sol, Canción de las Tormentas y Réquiem del Espíritu – y D mayor – Nana de Zelda, Canción de Epona y Minueto del Bosque. El Nocturno de Sombra está conformado por un fondo acordal cromático que asciende y desciende, con un centro también en D.
  • Otro aspecto fundamental que afecta a la dificultad es la irregularidad rítmica de algunas melodías. Podemos observar como la mayoría de las melodías tienen un ritmo regular, – Canción de Epona, Canción del Sol, Nana de Zelda, Canción de Saria… – es decir, las melodías respetan los pulsos fuertes. La primera melodía que rompe esa regularidad es la Canción del Tiempo, construida por la repetición de una sincopa formada por negra, blanca y negra. Más adelante, la Serenata del Agua tiene su última nota en una parte débil. El Nocturno de Sombra tiene un pequeño acelerando rítmico muy básico al final del primer compás. Por último, el Preludio de la Luz es bastante irregular acabando en la última parte de un compás. Estos elementos, además de crear variedad si que afectan un mínimo a la dificultad, siendo melodías algo más difíciles de recordar por su ambigüedad rítmica.

Respecto a la rítmica de las melodías, nos gustaría añadir ciertos detalles. Observamos que en el modo libre – el modo en el que Link puede tocar la melodía a su antojo – la programación del juego no reconoce el ritmo con el que el jugador lo toca, es decir, en cuanto se tocan las notas de la melodía independientemente de haberla interpretado a ritmo o no, es reconocida por el juego, siempre y cuando el jugador posea la melodía, o lo que es lo mismo, la haya aprendido. Una vez que el juego reconoce esas notas procede a realizar el efecto de la melodía. A nuestro modo de ver, quizás en un primer boceto del juego esto no fuera así, pero por miedo a que el juego tuviese un nivel de dificultad demasiado elevado en este aspecto, decidieron hacerlo de la forma que hemos explicado. También puede que las limitaciones técnicas de la época afectasen a este punto, siendo muy complicado captar en el modo libre si la melodía está rítmicamente bien tocada o no. O puede que simplemente el juego le de esa libertad al jugador de tocar las notas como quiera para dar fluidez al título y permitir al jugador hacer los efectos de las melodías lo más rápido posible.

¿Qué os ha parecido? ¿Conocíais ese pequeño retazo del tema de Zelda sonando en el tema que acompaña a Sheik? ¡Dejadlo en los comentarios!