[Análisis] Greak: Memories of Azur para Nintendo Switch
El estudio mexicano Navegante Entertainment y Team 17 traen hasta Nintendo Switch una obra como Greak: Memories of Azur, un título de corte metroidvania que entra por los ojos en cuanto nos ponemos a sus mandos. ¿Merecen la pena el resto de pilares de este videojuego? Vamos a comprobarlo.
Salvar el nombre de Azur
Los Courines son una especie que han trabajado siempre por llevar el mundo que habitan al mayor bienestar. Durante años, las tierras donde viven los Courines, que reciben el nombre de Azur, han sido prósperas… hasta la llegada de los Urlags. Los Urlags son unas criaturas que surgen del mal y que buscan corromper Azur para acabar con los Courines.
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Como podréis imaginar, nuestra misión en el juego será salvar a nuestro pueblo. Para ello, debemos obtener los recursos y elementos suficientes con los que terminar de construir un dirigible y huir a otras tierras que aún se mantienen en paz.
Sin embargo, esta no es una misión que haremos solos. En un principio, controlaremos a Greak, el protagonista que da nombre al título. Pronto, este pequeño aventurero se encontrará con su hermana Adara y, por último, ambos se reunirán con su hermano mayor, Raydel.
Y si nombro a los tres hermanos es porque los podremos controlar durante el juego. Y sí, podremos manejarlos a la vez, lo que puede resultar algo confuso en ocasiones, pero de lo que hablaré cuando ahonde en el aspecto jugable del título.
Podemos decir que Greak es un joven y ágil guerrero que empieza a demostrar su destreza con la espeda; Adara hace uso de la magia y es capaz de levitar durante varios segundos en los saltos y Raydel es un guerrero experimentado de la Guardia que demuestra una gran fuerza con el arma.
Todos a la vez
Centrándonos en el apartado jugable, se puede decir que Greak: Memories of Azur presenta algunas nubes y claros. Y es que con la dinámica de manejar a varios personajes a la vez e incluso utilizarlos para resolver ciertos puzles (algo que puede recordar a otros títulos como Unravel Two, por ejemplo), el control puede llegar a hacerse un tanto confuso.
Tenemos la opción de llevar a los tres personajes corriendo a la vez mientras presionamos ZR, pero sus movimientos no siempre son los que cabría esperar y termina siendo algo un tanto incómodo, optando mejor por llevarlos de uno en uno si no queremos sufrir caídas y errores inesperados.
En cuanto al sistema de combate, es bastante sencillo. Cada personaje posee una característica principal: Greak usa la espada y puede rodar para esquivar, Adara lanza magia y levita y Raydel maneja su arma y puede engancharse a salientes con su gancho. Por lo general, tanto las batallas como los enemigos siguen una técnica uniforme y la variedad no es amplia. Sin embargo, esto no quita que el juego se termine disfrutando mucho, ya que al final la dinámica funciona y su desarrollo invita a continuar hasta llegar a su fin casi sin darnos cuenta. Y en este punto influye algo muy característico de Gleak…
Pura belleza
Gran parte de culpa de que no podamos dejar de jugar a Greak: Memories of Azur es su apartado artístico. Gráficamente encontramos un título dibujado a mano con unas animaciones increíbles, unos efectos que encandilan a primera vista y una fluidez que en muy contadas ocasiones se puede llegar a resentir. Es de esas obras de arte en movimiento que a veces acabamos jugando e interactuando con ellas.
Tanto en modo portátil como en modo sobremesa, el título se mueve de lujo. De hecho, en ocasiones he soltado el mando en una de las estampas del juego simplemente para contemplar lo que desde Navegante Entertainment han logrado crear. A veces creía tener un cuadro dibujado a mano en mi propia televisión…
Y si hablamos del sonido, no se queda atrás. Estamos ante unas melodías muy bien escogidas para cada momento, donde el corte clásico y los tintes medievales se combinan a la perfección mientras dejan paso a momentos sin música donde sentimos los efectos de pisadas, golpes o cascadas de agua… una pasada que recomiendo jugar con auriculares. No hay voces, pero tenemos unos textos en perfecto castellano.
La vida por Azur
En Greak: Memories of Azur iremos completando una serie de misiones que nos comentarán los NPC del campamento base en el que nos resguardamos. No todas son misiones principales, pues algunas son meros encargos que acabaréis cumpliendo casi sin daros cuenta.
También podemos invertir tiempo en obtener todos los secretos y mejoras, que suelen aparecer tras resolver una serie de rompecabezas y las pruebas de los Altares en los escenarios, si bien no son obligatorias para poder terminar la trama. Aunque eso sí, tanto las mejoras como los objetos que encontremos (raíces y setas para ganar salud, estatuas para vender y obtener dinero con el que comprar elixires…) nos servirán para no caer en acto de servicio demasiado pronto.
Y si caemos, no debemos preocuparnos demasiado, ya que Greak: Memories of Azur cuenta con un buen número de puntos de guardado que recomiendo utilizar cada vez que los encontréis.
En resumidas cuentas, se trata de un juego que puede llevar entre 8 y 10 horas para completarlo en su totalidad. Eso sí, os aviso que estas horas se os pasarán bastante rápidas, y puede que en algunas os pase como a mí, y que simplemente os quedéis mirando atónitos ante la belleza que muestra.
Conclusión
Greak: Memories of Azur es un juego de aventuras estilo metroidvania bastante asequible que invita al jugador a no dejar de jugar destacando desde el principio por una cosa: su belleza artística. Sus gráficos dibujados a mano y una banda sonora sobresaliente hacen que encandile desde el primer minuto y, aunque jugablemente podría haber tenido una mayor profundidad, es un título muy recomendable. Podéis encontrarlo en la eShop de Nintendo Switch al precio de 19,99 € y en formato físico por precios que parten de los 34,95 €. Recordad que para instalarlo necesitaréis 1,5 GB de espacio en la memoria.