[Análisis] Maneater para Nintendo Switch
Tripware Interactive ha traído hasta Nintendo Switch su peculiar aventura, Maneater, para ponernos en la piel de un escualo que se desarrolla en las profundidades del agua y que tiene unas cuantas cuentas pendientes. ¿Comprobamos qué tal ha sido la experiencia?
Tabla de contenidos:
Baby Shark tutu turu turu…
En Maneater no tardamos en ponernos a los mandos de un escualo en una especie de capítulo que sirve de introducción/tutorial para lo que se nos viene. Y es que, bajo un estilo de documental americano, vemos cómo se ensalza la figura de un cazador de tiburones que busca a su próxima presa.
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Este cazador es el viejo Pete, que consigue atrapar al tiburón con el que aprendemos las técnicas, pero que tiene una sorpresa en su interior: una cría de tiburón la cual marca para cazarla de adulta, no sin antes dejar su marca en el brazo de Pete.
Esto es importante para entender qué es Maneater, ya que esa cría seremos nosotros: un paso completo por la vida de un tiburón, desde que es una cría, pasando por la adolescencia, la madurez, el estado anciano y, por último, el máximo estado que lo convierte en una presa jugosa para cazadores como Pete: un megalodón.
Y para pasar por estas etapas, desarrollaremos nuestra vida por diferentes fondos acuáticos: desde aguas pantanosas al principio hasta grandes golfos cargados de vida. Aquí nos toparemos con criaturas que podremos comernos para alimentarnos y subir de nivel, así como otras con las que deberemos pelear para hacernos respetar, siempre y cuando su nivel no sea muy superior al nuestro. En este último caso, lo mejor será huir hasta que mejoremos.
Y sí, he dicho niveles porque Maneater nos presenta un curioso sistema de niveles y habilidades, incluyendo elementos de los RPG para poder descubrir distintas evoluciones y mejoras que aportan bastante dinamismo al juego. La parte de la vida natural de un tiburón se combina con la fantasía, pudiendo añadir mutaciones tan sorprendentes como descargas eléctricas o la capacidad para aguantar fuera del agua durante bastante tiempo.
Para conseguir adquirir estas habilidades y niveles, debemos recopilar diferentes elementos a través de ingerir a otros animales del mar, encontrar secretos de las distintas localizaciones, cajas con material químico y, por supuesto, cumplir misiones. Entre estas misiones tenemos las principales de cada capítulo (un total de 9) y las secundarias.
Todas serán importantes ya que, en algunos casos, para poder avanzar al siguiente capítulo debemos cumplir un porcentaje mínimo de la ubicación, lo que incluye las misiones principales y algunas secundarias.
Aquí también juega un papel importante el grado de infamia. Se trata de la relevancia que hemos ganado entre los principales cazadores de tiburones. Si comemos humanos y llamamos la atención, vendrán cazadores “rasos” a los que podremos comer de unos bocados. Pero cuando superemos un grado de infamia, aparecerán cazadores con más galones que querrán hacerse con nuestra cabeza.
Todo aporta a la espectacularidad del título, si bien las misiones, por lo general, no son muy variadas y no tardamos en entender que completaremos el juego haciendo más o menos lo mismo: come 10 humanos, come 10 meros, destruye tal barco… y esto cambiando de localizaciones o de animal a eliminar, pero siempre en la misma dinámica.
Uh ahí está… el tiburón, el tiburón
Para ser un juego con no demasiado presupuesto, hay que reconocerle a Maneater su buen hacer con el fondo marino. Se sienten vivos, con las diferentes especies que los habitan y gráficamente transmiten con sus colores y modelados. En las playas y puertos, los decorados también conjugan bastante bien, aunque los humanos parecen muñecotes sin sentido. El framerate no siempre es estable, teniendo escenas donde los tirones son notables, aunque no es algo que se dé continuamente.
El sonido es un verdadero punto fuerte, con voces en castellano que narran la aventura cual documental de televisión, buscando la espectacularidad a través de escenas centradas en Pete, principalmente, que será nuestro Némesis. Es una pena que las voces de los humanos o los cazadores del juego que gritan al vernos no se hayan traducido también al castellano, ya que habría estado de lujo.
En el aspecto jugable, el control puede costar un poco antes de hacerse con él. En cualquier caso, el juego de cámaras podría haberse pulido más, ya que no nos faltarán situaciones en las que, al enfrentarnos contra una criatura mayor que nosotros, nos quedemos colgados sin ver su movimiento ni tener tiempo para reaccionar. Una vez que asimilamos este ligero grado de tosquedad, podemos llegar incluso a asimilar que tal vez moverse en el fondo marino cual tiburón no resulte fácil en la naturaleza real y que, a pesar de estos aspectos mejorables, el título se termina disfrutando bastante.
En las profundidades
Completar la historia principal de Maneater lleva en torno a las 10 horas de duración, pero podemos exprimirlo unas horas más: todas las secundarias, matrículas, ubicaciones, cofres con material para mutar, evoluciones del tiburón, cazadores…etc.
Tras acabar la trama principal, podemos seguir disfrutando de los fondos marinos, completar las secundarias antes citadas o, simplemente, descargar adrenalina mientras peleamos con tiburones martillo o nos zampamos unos cuantos cazadores.
Y es que Maneater tiene un fondo que resulta más profundo de lo que pueda parecer: bajo un juego espectacular, salvaje y divertido, nos presenta el orden de la naturaleza y la crueldad de cazadores que matan a unos animales que solo siguen su ciclo vital. Al fin y al cabo, su afán por matarlos es lo que hace que estos reaccionen y se vuelvan contra ellos. Y Maneater juega con todo esto sin dejarte caer en todo momento que estás ante un mensaje profundo, aunque lo estés.
Conclusiones
Maneater es una propuesta fresca, salvaje y divertida que nos pone en la piel de un tiburón para desarrollar su vida y forjar una venganza. La belleza de sus fondos marinos y una propuesta sin grandes complicaciones puede atraer a muchos jugadores a los que no les importe la poca variedad en sus misiones y un control que no siempre se puede domar. Si queréis darle una oportunidad, lo tenéis disponible en la eShop de Nintendo Switch por 39,99€ y para el que necesitaréis un total de 4,5 GB en vuestra memoria. También está disponible en formato físico con precios que van desde los 36€ a los 39,99€ dependiendo del establecimiento.