[Análisis] Fire Emblem: Shadow Dragon and the Blade of Light para Nintendo Switch
Tenemos que rememorarnos a tiempos muy antiguos, ni más ni menos que ha 1987. Ya hacía 4 años del lanzamiento de la NES (1983 en el mercado japonés) y una de las personas más importantes de la historia de Nintendo tuvo una idea. Juntar las mecánicas tácticas y de estrategia de Famicom Wars con los elementos y el engranaje habitual de los juegos de rol. Esta persona fue Shōzō Kaga, quien se acabaría convirtiendo en el diseñador del videojuego junto con Gunpei Yokoi.
De esta idea nació lo que hoy conocemos como Fire Emblem. Una de las sagas más antiguas de Nintendo, al menos para los jugadores nipones. Su dificultad, estilo de juego muy clásico y su enfoque muy pausado hicieron que Nintendo no sacase la franquicia de Japón, hasta la llegada de Game Boy Advance, en el año 2003.
A raíz de entonces la saga ha sufrido numerosos altibajos, llegando a un punto crítico incluso, pero gracias las entregas de Nintendo 3DS y el excelente trabajo de Intelligent Systems la saga sigue perdurando y está más viva que nunca tras la salida de Three Houses. Tanto es así, que hoy estamos aquí para celebrar el 30 aniversario de Fire Emblem, y qué mejor forma de hacerlo que analizando el primer título de la franquicia, lanzado en 1990.
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Historia
La historia gira en torno al Príncipe del Reino de Altea, Marth, descendiente de Anri, el guerrero legendario que derrotó al dragón oscuro Medeus, salvando así al mundo. Todo el argumento arranca cuando la hermana de Marth, Elice, es capturada por Gharnef, un malvado sacerdote que planea resucitar al dragón Medeus para hacerse con el control de todo.
Nuestro intrépido héroe contará con la ayuda de Jagen y la Princesa Shiida, del Reino de Talys, con su ayuda tratará de recuperar la espada sagrada Falchion y el legendario Emblema de Fuego, para así recuperar su reino de las garras de Medeus y Gharnef, rescatando a su querida hermana por el camino.
Este es básicamente el argumento del juego, como es lógico por la época (1990) el juego plantea ideas, pero no cuenta con el gran despliegue que sí añaden juegos posteriores de la franquicia, como por ejemplo las ya famosas conversaciones entre personajes que se desbloquean a través de los vínculos que estos van forjando.
Gameplay y mecánicas
Si algo caracteriza a los juegos de Fire Emblem es su jugabilidad, y es lo que les ha hecho labrarse el nombre que tienen hoy en día. Una idea que fue tan buena en la época, que aún a día de hoy se ha mantenido prácticamente intacta (aunque esto para algunos no es algo positivo). Contamos con un mapeado dividido en casillas sobre el que se despliegan nuestras unidades y las de nuestros enemigos. La acción se estructura en turnos. En cada uno de estos turnos tendremos que ir moviendo a nuestros soldados de la manera más eficaz posible.
Teniendo básicamente un elemento en cuenta, el abc de la saga, el triángulo de armas: Espadas ganan a hachas, hachas ganan a lanzas y lanzas ganan a espadas. Con esto en la mano ya estamos listos para intentar dominar todos los combates. Posteriormente también entran en juego otros factores como las unidades aéreas, que cuentan con más movilidad, pero a cambio, son extremadamente vulnerables contra los arqueros o la caballería.
Una vez decidamos nuestro movimiento y elijamos un enemigo, nos batiremos en duelo contra él, y en función de este triángulo de armas aplicaremos más daño por golpe o daremos más golpes. Y aparecerá la clásica pantalla que los más veteranos de la saga ya estarán más que acostumbrados, con las dos unidades desplegadas una frente a la otra.
Al principio del texto mencioné el género de rol como uno de los pilares de la saga, pues bien, este primer Fire Emblem ya incorporaba eso, aunque de una forma bastante sencilla. A medida que nuestras unidades vayan luchando y derrotando enemigos irán ganando experiencia, lo que hará que sus estadísticas vayan aumentando. El otro gran factor a tener en cuenta son nuestras armas. Ya que estas se van desgastando y se romperán con el paso de los combates, lo que hará que tengamos que ir comprando versiones cada vez mejores de las mismas y gestionando las mejores armas para los momentos más críticos.
Arte
Como siempre, os habré puesto imágenes durante el análisis para que así os hagáis una idea de como luce el juego. La paleta de colores es interesante y si tenemos en cuenta que es un juego de NES, podemos decir que el resultado es más que satisfactorio. Para esta versión Nintendo ha optado por mantener el estilo del juego clásico, lo que nos da esa gran fidelidad que buscamos al adquirir un producto como este.
En cuanto a la música, es idéntico. Los mismos sonidos que en la versión original, nada arreglado o cambiado.
¿Qué añade esta versión?
Estamos ante un juego que cuesta 5,99€ en la Nintendo eShop, ni más ni menos. Y es lo que es, en ningún momento nos engañan, es un port uno uno, del Fire Emblem original de NES con simplemente dos añadidos extra.
La traducción por primera vez al inglés, algo que claramente es destacable, pues este juego nunca salió de Japón en la época, lo cual hacía imposible jugarlo sin fuertes conocimientos de japonés.
Y el otro gran añadido son mejoras para la experiencia del usuario. Podemos personalizar el tiempo al que se mueve el juego, si queremos que todo transcurra de forma mucho más acelerada, cambiar la resolución del juego para que la proporción de la pantalla sea la misma que la de NES y omitir las animaciones en los combates. Lo dicho, mejoras que básicamente agilizan enormemente el juego, algo que sin duda se agradece.
Conclusión
Ahora vamos con la gran pregunta, ¿merece la pena este Fire Emblem Shadow Dragon and the Blade of Light para Nintendo Switch? Si eres fan de la saga Fire Emblem y nunca lo jugaste, por supuesto que sí, pues es la oportunidad perfecta para disfrutar de este juego ahora ya localizado al inglés. Si no eres un fan de la saga o nunca has jugado a ninguno, definitivamente deberías optar por otras opciones más asequibles y menos densas que esta, como por ejemplo el propio Fire Emblem Three Houses de Switch.
Y repito, todo esto siempre teniendo en cuenta lo que es este producto, un videojuego clásico de la NES, ni más ni menos. Dicho esto, desde ya podéis adquirirlo en la Nintendo eShop de vuestra consola para así poder disfrutar del título el próximo día 4 de diciembre, fecha en la que se desbloquea. Y si tenéis dudas, recordar que el 31 de marzo de 2021 dejará de estar disponible.