[Análisis] Absolute Drift para Nintendo Switch
Jugar a Absolute Drift es como cuando volvíamos a clase después de las vacaciones de verano y había que hacer un resumen de todo lo que habíamos hecho durante el mismo. Es complicado condensar todo lo que ocurría en un verano de nuestra infancia en una simple hoja en blanco más aún para un niño, pero al final, quedaba un cariñoso recuerdo plasmado en no más de dos o tres párrafos. Absolute Drift resume a la perfección y con un minimalismo abrumador lo que es un videjuego: pura jugabilidad. Y no por ello está exento de cariño, puede que en una primera impresión parezca que lo minimal es sinónimo de algo frío o industrial… nada más lejos en este caso, Absolute Drift es un juego dirigido al fan más incondicional del género de conducción, que le hará sentir la física de los derrapes de su coche como nunca antes lo había probado.
Absolute Drift es un juego de conducción en vista cenital que salió originalmente para PC en 2015 y posteriormente ha ido llegando al resto de plataformas, llegando incluso a móviles. Desarrollado y publicado por Funselektor Labs. Llega el 3 de diciembre de 2020 a nuestras Nintendo Switch y este es su análisis ¿arrancamos? ¡Derrapamos!
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Aquí tenemos drift, drift y ah sí… drift
Absolute Drift no se parece demasiado a un videojuego convencional, al menos a lo que hoy en día diríamos que es convencional. No hay historia, no hay “modos”, no hay online (tan solo la posibilidad de jugar con coches fantasmas de otros…), no hay progresión… solo hay pura jugabilidad, es un arcade de la vieja escuela en toda regla. Así que este análisis lo vamos a enfocar directamente por aquí, saltándonos las clásicas secciones que tiene un análisis para ir al meollo del asunto: explicar todo lo relacionado con su jugabilidad, en qué consiste, cómo se siente…
Nada más empezar el juego ya nos va metiendo en el ambiente, edificios blancos y geométricos, formas simples y focos de luz angulados, líneas perpendiculares perfectamente equilibradas… Absolute Drift es el sueño húmedo de unos interioristas de la época del minimalismo. Ese mismo estilo se va a trasladar no solo a su jugabilidad, sino a sus menús, los cuales son sencillos y claros. Tenemos el modo principal, llamado “trazado libre”, una especie de mapa dónde podremos entrar a los distintos circuitos y pruebas que componen el juego, y que además esconderá algunos pequeños retos y secretos en él mismo. Y realmente ya está, aunque en la imagen de más arriba veáis la opción de “eventos” y “garaje” no son más que accesos directos para secciones a las que se puede acudir desde el modo “trazado libre”. Los “eventos” vendrían a ser estos circuitos, pruebas y tutoriales y el garaje será el lugar dónde podamos elegir los distintos modelos y colores de coche que podremos desbloquear a medida que completamos el juego, hasta un total de 6, el inicial y uno por cada mundo del juego
Una vez empecemos el juego y elijamos “trazado libre” nos hallaremos en medio de una explanada, sonando música electrónica (cualquiera diría que es el juego de “Qué pasa Neng”) y sin un indicador de controles ya nos podremos empezar a mover libremente por el mapa. Resulta realmente intuitivo como se maneja un coche en videojuegos, así que no hace falta realmente una explicación, probando daremos con ello. Aceleraremos con el gatillo derecho (ZR), frenaremos con el izquierdo (ZL) y giraremos con el joystick izquierdo. Lo bueno y breve, dos veces bueno. Con el (R) podremos cambiar la canción de fondo si la que hay no nos gusta mucho.
Nada más empezar con encontramos con una caja roja a la que resulta tentador entrar, dado el cromatismo tan intencionadamente elegido. Ese será el primer tutorial, el de drift, un gran círculo al que deberemos rodear para hacer más y más puntos. Una vez lo hayamos acabado se abrirá el acceso al primer mundo, dónde podremos explorar libremente el mapeado para hacer 3 sencillas cosas: Entrar a nuevas pruebas llamadas oficialmente “eventos”, completar pequeños retos llamados “misiones” en el propio mapeado, y encontrar “tesoros” unos coleccionables escondidos en lugares un poco más recónditos del mapa. En total hay 5 mundos con 34 eventos, quizás es algo breve si solo vamos a “pasarnos el juego”, pero el espíritu arcade que rezuma el título no da la sensación ser corto, más largo en este caso sería pecar de repetitividad incluso. Para poder acceder al siguiente mundo deberemos completar un número determinado de estas misiones que comentábamos. Además existen unos eventos ocultos, llamados “drift nocturno” que se desbloquean al cumplir con determinado número de objetivos dentro de los eventos y que son nuevamente unos eventos pero esta vez en modo nocturno y con la única luz de los faros de nuestro coche. Así pues, el objetivo final de Absolute Drift es convertirnos en unos completos maestros del drift para desbloquear todos eventos de todos los mundos, y completar los 5 objetivos de cada uno de ellos, algunos de ellos como “consigue una puntuación de 100.000” o “haz drift durante un total de 20 segundos”. Las pruebas dentro de estos eventos son más o menos parecidas, la diferencia más radical está en unos tipos de eventos en entornos más parecidos a circuitos y otros más parecidos a entornos abiertos dónde realizar distintas “acrobacias” de drift.
Espera un momento ¿qué es el drift?
Quizás fuera algo que debería haber aclarado al principio, pero por si alguien no lo sabe, la gran Wikipedia nos dice esto al respecto:
El drifting o drift es un estilo de conducción de vehículos que consiste en «sobrevirar», es decir, derrapar de manera que el vehículo forme un ángulo con la dirección de movimiento.
Aquí esta simplificado al límite, pero al mismo tiempo, por eso, también saca a relucir su esencia. Estamos ante un claro caso de diseño por sustracción. Existen muchos juegos de conducción en los que el drift tiene su peso, es un modo aparte, o simplemente conviene hacerlo en determinado momento de la carrera, pero siempre está mezclado en medio de multitud de opciones, variables o condicionantes que hacen que no tengamos el foco puesto en la simple belleza de tratar de hacer la curva perfecta controlando velocidad, dirección y giro al mismo tiempo.
https://youtu.be/XTNdup_6JBo
Nada más empezar deberemos seleccionar si queremos jugar en fácil, normal, o difícil. Esto lo que va a cambiar es simplemente una asistencia que suavice los fallos y haga que controlemos mucho mejor el derrape. En fácil estará al 100% activada y en difícil no habrá ayuda, en mi opinión recomiendo esta última opción, creo que es mucho más satisfactorio tratar de controlar tú todo el proceso de drifting a pesar de que al principio podamos notar una curva de aprendizaje un poco abrupta. También existe la opción (para los más exigentes) de utilizar el cambio de marchas manual, en este caso subiríamos la marcha con (Y) y bajaríamos con (B), no recomiendo esta opción y ni siquiera creo que aporte demasiado, creo que lo importante es centrarse en el drift al completo y que la velocidad sea un factor más a su servicio, y no un elemento que tenga su propia mecánica de control.
Vayamos pues a la parte más complicada de explicar y al mismo tiempo la más importante de Absolute Drift ¿cómo se siente? La respuesta es clara: Sencillamente (,) genial. Y la coma entre paréntesis no está ahí por casualidad, creo que Absolute Drift hace que una mecánica en principio no demasiado compleja resulte completamente divertida, adictiva y retante (al menos en el modo difícil). El control es muy, muy bueno, y responde perfectamente a nuestros movimientos, la vibración también funciona bien y transmite un poco más las sensaciones de estar en medio del contravolanteo, y quizás sí que podemos sacarle un pero, aunque va más dirigido a la propia Nintendo Switch: este sí que es uno de los juegos en los que unos gatillos con recorrido hubieran hecho falta. Más allá de esto es difícil contar más sin probarlo, ojalá hubiera una demo y así poder probarlo antes de saber si os iba a gustar esta sensación, porque desde luego es el punto absolutamente central del juego. Saber cuándo es el momento exacto para empezar a girar, si utilizar el freno o no, si girar más o menos… son unas variables que entrelazan triangularmente entre sí y que hacen del derrape perfecto la ambrosía que pocas veces vamos a catar en las primeras horas de juego… pero cuando lo hagamos…
La incentivación para jugar se basa en eso mismo: cuando vayamos consiguiendo esos buenos derrapes querremos repetirlos curva tras curva, e ir consiguiendo cada uno de los 5 objetivos de cada evento. Además podremos conseguirlos de forma independiente, por lo que resulta muy satisfactorio jugar sin más, en una primera toma de contacto, para hacer una buena puntuación, y luego ir intentando los logros más difíciles por separado. El modo de puntuar es muy variado, y las formas de hacerlo van variando conforme avanzan los mundos, desde simplemente hacer drift, cuanto más y más largos mejor, hasta pasar cerca de algunos postes, o girar en torno a unos círculos específicos. En definitiva, este sistema de puntuación ayuda bastante a “picarnos” con el juego. Ah, y los mensajes de los tiempos de carga son muy útiles e incluso divertidos.
Gráficos, arte, sonido y música
Sin lugar a dudas hay una idea bastante precisa de lo que Absolute Drift quería ser desde antes de su concepción. Es decir, una mente pensante de Funselektor Labs se imaginó en su cabeza como sería el juego y eso se nota en la coherencia entre todas las partes gráficas y sonoras del juego. Los colores planos, propios de un estilo minimalista, los efectos de sonido, reducidos también al mínimo, como el sonido del motor o, sobre todo, cada uno de los derrapes de nuestro cochecito… aportan un mensaje claro, esto es un escenario de pruebas, un entorno en el que el entorno no es lo importante, lo importante es el drift: Absolute Drift.
La música merece un apartado propio. He tenido que buscar en Spotify los grupos que sonaban en el juego (aparecen en un pequeño mensajito momentáneo en la esquina superior derecha) para poder escuchar más detenidamente sus canciones. Son C41 y Nyte, son temas de estilo house/tecno/dance (no soy un gran experto de este tipo de música, pero sé que hay muchos subgéneros) que encajan a la perfección con el ritmo del juego y entrelazan genial con cada uno de los sonidos que genera nuestro coche. Más de una vez me he visto cabeceando con alguno de ellos.
Conclusión
Absolute Drift es un juego que ningún amante de los juegos de conducción debería perderse, eso es indiscutible, porque es un experimento lo suficientemente arriesgado y magníficamente acabado. Ahora bien, tampoco querría excederme en mis recomendaciones, este juego no deja de ser un pequeño proyecto, un indie que hasta ha pasado por móviles hace años y llega ahora con una muy buena versión a Nintendo Switch, pero que podéis comprarlo en la Play Store por menos de un euro, no creo que las sensaciones sean las mismas que en consola, apostaría a que los controles táctiles no le sentarían muy bien, pero aún así hay que ser humildes con los alcances de este título. Partiendo de ahí, creo que sí que es un buen juego, de un género muy limitado, pero que hace lo que se propone y te mantiene enganchado gracias a unas mecánicas simples pero difíciles de dominar, y una sensación de juego magnífica. Es más difícil explicarlo que jugarlo y eso es siempre un virtud en los videojuegos.
Tenéis Absolute Drift en formato digital por 10,99€ en Nintendo Switch y ocupa 385 MB de memoria.