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[Análisis] Kingdom Hearts: Melody of Memory para Nintendo Switch

Todo comenzó con una melodía. Una que se acabaría convirtiendo en una de las cosas más bellas que habíamos llegado a escuchar nunca. Y es que eso tiene la música: nos motiva, nos apasiona y nos hace sentir todo tipo de cosas extraordinarias, clavándose en lo más profundo de nuestros corazones… Siempre que toque las notas correctas.

Curiosamente, todas esas cualidades las comparte una franquicia de videojuegos que, a pesar de compartir algo de historia en plataformas de Nintendo, hasta el momento no había aterrizado en Nintendo Switch; algo que, con lo que os traemos hoy, cambiará para siempre, y es que por fin ha llegado la hora: Kingdom Hearts: Melody of Memory ya es una realidad para la consola híbrida, y aquí venimos una vez más para contaros todo acerca de esta nueva entrega al máximo detalle.

¿Merece la pena lo que tiene por ofrecernos? ¿Cómo funciona como juego musical? ¿Puedo probarlo si soy primerizo en la serie? Y más importante, ¿qué se cuece con Kairi…? Nos figuramos que tendréis muchas preguntas en la cabeza ahora mismo, así que, ¿por qué no empezamos a responderlas todas? Seguid leyendo para conocer todos los entresijos de la gran apuesta por parte de Square Enix y Koch Media para estas fiestas. ¿Ya estáis sentados en la nave Gumi? ¡Pues música, maestro!

Una celebración por todo lo alto

El juego que nos ocupa en esta ocasión es uno de esos que podríamos describir con el clásico «fácil de aprender, pero complejo de dominar», ya que, desde su propio concepto, sus controles son tremendamente sencillos: atacamos con la A o los gatillos (todos hacen el mismo efecto, pudiendo pulsar dos o los tres botones a la vez en función del número de enemigos que se nos pongan de frente), saltamos con la B (botón que mantendremos presionado para planear en el aire durante un cúmulo prolongado de tiempo), activamos ataques especiales con la X y, muy rara vez, movemos las palancas según se nos indica, todo ello al compás de la música según se nos indique en la pantalla. Sin embargo, todo se va enriqueciendo conforme a los distintos planteamientos que toma el juego.

Remontándonos al principio, nada más comenzar estaremos al mando de nuestra nave Gumi, ante un mapa extenso con todos los mundos de todas las entregas de consola de la franquicia (unas mejor representadas que otras, claro, encontrándonos por ejemplo muchos temas de Birth by Sleep o Dream Drop Distance pero solo un par de juegos menos relevantes como por ejemplo Re:Coded o 358/2 Days que, de por sí, es un milagro que estén). Sin embargo, tendremos que empezar a recorrer dichos mundos en el orden en que los títulos en los que aparecen fueron lanzados al mercado, desbloqueándolos uno a uno a base de cumplir misiones (desafíos a cumplir en cada fase, habiendo un total de tres distintos por cada una) en los distintos niveles de dificultad que se presentan (de nuevo, tres por fase, siendo los niveles principiante, intermedio y experto).

Como es de esperar, a pesar de ser un juego de ritmo, el título cuenta con características heredadas de la serie principal, como el hecho de que los personajes que controlamos suben de nivel en dependencia de nuestro rendimiento o la habilidad de forjar objetos con los materiales que recolectamos al romper cajas o barriles en las fases. Oh, y como nota aclaratoria; dichos objetos no son activables en medio de las sesiones, si no que en su lugar son consumibles seleccionables antes de comenzar cada fase que hacen cosas como otorgarnos vitalidad u ofrecernos más experiencia de la que normalmente obtendríamos. Sin embargo, un objeto que sí que es destacable sobre el resto es uno que nos permite invocar al mismísimo Rey Mickey como aliado en una fase, lo que nos permitirá curarnos y obtener una mayor puntuación de lo habitual; recordad, no falléis demasiado, porque s vuestra barra de salud acaba vaciándose… ¡Tocará repetir la fase de nuevo!

Una cantidad enorme de contenido, ¡pero merece más!

En el anterior apartado os hablamos de los aliados, y es que en dependencia de la fase que juguemos, personajes tan icónicos como Mulán, Stitch o Hércules acudirán en nuestra ayuda tal cual como ocurría en el juego original. Por supuesto, hemos notado alguna que otra ausencia (como la de Jack Skellington, la de Jack Sparrow o la de Winnie the Pooh…), sin embargo, el plantel está bastante completo, más aún teniendo en cuenta que realmente la presencia de estos personajes tampoco marca una excesiva diferencia en los niveles en los que son partícipes.

Para concluir con lo que respecta a personajes, en el juego podremos elegir a cuatro tríos distintos, los cuales no son personalizables (es decir, no podemos mezclar a los integrantes de distintos grupos para hacer el nuestro propio), cosa que en el fondo tampoco es tan grave ya que son temáticamente afines (por ejemplo, no os descubrimos la rueda si os decimos que dos de los cuatro tríos disponibles son Sora, Donald y Goofy y Aqua, Ventus y Terra). Aún con esas, no sobra decir que hubiese sido de agradecer dicha opción. Para cerrar este asunto, otro detalle que creemos que podría haber recibido más mimo son la opción de añadir disfraces para los personajes en las distintas fases (para que por ejemplo, Sora llevase su famosa ropa de Halloween en las fases de «Pesadilla antes de Navidad» en lugar de llevar el mismo conjunto proveniente de la primera entrega durante prácticamente todo el juego), sin embargo, entendemos que esos son detalles que hubiesen supuesto un esfuerzo adicional bastante elevado en comparación a lo que suponen: un mero cambio estético.

Siguiendo la misma línea, si entramos en el apartado audiovisual no tenemos nada negativo que comentar, ya que todo luce fantásticamente y las cinemáticas dan la talla con respecto a sus juegos originales, con escenarios muy bien recreados para todos los títulos (a excepción de Kingdom Hearts III, donde, en lugar de escenarios elaborados para el título, jugaremos en una pantalla donde se reproducen cinemáticas de fondo). Ciertamente, es increíble el elevado número de canciones que consigue reunir el juego, incluyendo no solo las más icónicas y conocidas por los fans como pueden ser los temazos de Hikaru Utada, si no también otras que más de uno dudaba si finalmente serían incluidas, como «Let It Go» de Frozen, «Calling» de The World Ends With You o la mítica «One Winged Angel» de Final Fantasy VII, entre otras tantas. Como inciso, una vez las desbloqueemos en la aventura, podremos jugarlas cuantas veces queramos en una sección específica a la que podremos acceder desde el menú del juego con un listado de canciones donde registrar nuestras mejores puntuaciones. Así es, absolutamente todo está pensado.

Una vez tratado todo esto, queremos hablaros también del apartado de museo del juego, nuestra base principal para contemplar todos los artículos que vayamos desbloqueando entre tema y tema, otorgando una rejugabilidad sin par al título. ¿Que qué cosas nos podemos encontrar aquí exactamente? Pues desde ilustraciones originales hasta archivos de personajes, enemigos, escenas o incluso llaves espada que han aparecido a lo largo de las diferentes entregas de la serie. Por descontado, aquí también encontraremos un archivo con las cinemáticas que hayamos desbloqueado previamente para volver a verlas cuando queramos, un libro de récords para llevar las cuentas de las hazañas que hemos logrado y una gramola repleta hasta las trancas de toda la música que tengamos en nuestro haber, y que podremos escuchar al más puro estilo del reproductor que ya todos conoceréis de Super Smash Bros. Ultimate. ¡Es una auténtica pasada!

Aparte de la abundante cantidad de coleccionables de los que os hemos hablado, no podemos cerrar sin mencionar los aspectos multijugador del título, que se basan en enfrentamientos tanto de forma local (con nuestros amigos o contra la máquina) como en línea (únicamente con desconocidos) en donde llevaremos a cabo una lucha encarnizada para decidir quién tiene más ritmo, valiéndonos si así lo queremos de tretas, o lo que vendría siendo lo mismo, distracciones que le podemos mandar a nuestros rivales cada vez que completamos una barra que se va llenando conforme a nuestro rendimiento sobre las partituras.

Como apuntes finales, mencionar que el modo en línea previamente citado tiene un sistema de clasificación bastante decente que determina la habilidad de los jugadores con los que nos empareja, hecho que se suma a que nosotros mismos podemos decidir con qué clase de adversario nos vamos a medir eligiendo previamente el nivel de dificultad de las canciones en las que nos batiremos en duelo, así como si queremos o no permitir el uso tretas durante la partida. Por último, en Nintendo Switch tenemos disponible en exclusiva un modo local llamado «Sálvese quien pueda» donde hasta un máximo de ocho jugadores podrán darse cita para llevar a cabo un enfrentamiento sin cuartel de lo más alocado en donde quien más puntos tenga al final de la partida acabará saliendo victorioso.

Un mundo sin luz ni oscuridad, solo ritmo

Aunque normalmente comenzamos hablando de la historia en nuestros análisis, en esta ocasión hemos decidido hacer una excepción y dejar este apartado para el final, ya que, de por sí, esto es lo que hace el propio título: dejar la nueva narrativa como una gran recompensa para todos aquellos que lleguen hasta el final del juego (algo que la mayoría conseguirá hacer en un periodo de tiempo que irá desde las 9 hasta las 15 horas, en dependencia de la dificultad que decidamos elegir para superar los distintos temas).

Así, muchos de los mundos que vayamos completando en el desarrollo de nuestra aventura tendrán como recompensa una cinemática en donde Kairi, una de las protagonistas de la serie y figura en la que se centra esta nueva aventura, tomará el papel de una narradora bastante eficaz que nos relatará paso a paso los distintos acontecimientos que ocurren en los numerosos juegos de la franquicia lanzados en consolas, de forma que refrescará la memoria a los jugadores que hayan disfrutado de toda la serie y servirá de escueta guía a los primerizos que hayan optado por empezar con la misma gracias a este juego, probablemente por su naturaleza musical. Por supuesto, todo sea dicho y para que no quede el menor atisbo de duda, las explicaciones de la joven en ningún caso sustituirán la experiencia de jugar a los títulos de primera mano por vosotros mismos, así que si se os da la oportunidad de probarlos, ¡no dudéis en hacerlo!

Fuera de eso, una vez lleguemos al final de la aventura, se nos recompensará con una serie de cinemáticas completamente nuevas (y bastante extensas en comparación al resto) donde, nuevamente y como ocurrió hace meses atrás en el DLC de Kingdom Hearts III: ReMind, nos mantendremos al borde de nuestros asientos mientras se nos dan grandes pinceladas sobre lo que le depara en el futuro a la serie, siendo testigos de cómo se desvelan enormes incógnitas que nos asolaban a los seguidores de la franquicia pero dejando tras de sí otras tantas que nos hacen afirmar sin temor lo que ya de por sí era evidente para muchos: a Kingdom Hearts le queda fuerza para mucho, mucho rato.

Conclusión

El título del que os hemos hablado hoy no solo supone una más que grata celebración musical del legado que genios de la talla de Tetsuya Nomura, Yoko Shimomura y compañía han construido a lo largo de todos estos años con la serie, si no que además es por méritos propios uno de los mejores juegos de ritmo que han sido lanzados en Nintendo Switch hasta la fecha, evolucionando el concepto que había gestado en su día la serie de Theatrhythm con Final Fantasy y Dragon Quest y adaptándola a un terreno en donde se funde de forma magistral con las sensaciones que uno espera de parte de un título de Kingdom Hearts.

Por supuesto, ¿eso quiere decir que sea perfecto? Es obvio que pocas cosas, por no decir nada, en esta vida lo son, y es que Melody of Memory tiene también ciertas carencias, como un modo en línea que podría ofrecer más posibilidades, o la ausencia de cierta variedad o elementos clásicos que os hemos explicado. Aún así, sus luces superan a sus sombras para convertirlo en un juego notable por méritos propios en el catálogo de Nintendo Switch, más aún si sois seguidores de la serie de antemano y conocéis los temas de los que este título se compone.

Es curioso pensar en como algo que empezó como una simple celebración para un aniversario (recordemos aquella página web japonesa en la que Sora salía corriendo encima de unas partituras) se ha acabado convirtiendo en un juego de pleno derecho, lleno de contenido y perfectamente integrado en una historia gigantesca que no hace más que expandirse con cada paso que da. Porque las intenciones son claras: muchos hemos crecido con Kingdom Hearts, y es que el periplo de Sora, Riku, Kairi, Aqua, Ventus, Terra, Roxas, Axel, Xion, Naminé, Goofy, Donald e incluso el Rey Mickey (por nombrar algunas de las figuras que se presentan en un interminable listado de personajes) todavía dista mucho de llegar a su fin, colmando no solo nuestra adultez, si no la vida de muchos más que vendrán después de nosotros. Porque la lucha entre la luz y la oscuridad es eterna, y al final de todo parece que solo dos cosas acaban perdurando sin importar qué pueda ocurrir: la amistad… Y el ritmo. 

Kingdom Hearts: Melody of Memory se encuentra disponible tanto en formato físico como en formato digital a través de la eShop de Nintendo Switch a un precio de 59,99 €,ocupando de 5182,00 MB en la consola y localizado a un perfecto castellano con voces únicamente en inglés (no suele ser la norma incluir el japonés en títulos de la franquicia, ¡pero lo cierto es que sería de agradecer!). Por otra parte, para los que aún sigáis indecisos, tenéis disponible una demo con la que podréis haceros una idea de lo que os puede ofrecer el juego en su totalidad.

En cualquier caso, solo nos queda una cosa que deciros… Si decidís lanzaros a por el título, disfrutadlo mucho, y no os olvidéis nunca: ¡Que vuestros corazones os sirvan de guía, portadores de la llave espada!

8.5

[Análisis] Kingdom Hearts: Melody of Memory para Nintendo Switch

Puntuación Nintenderos: Muy recomendado

  • Historia:
  • Jugabilidad:
  • Gráficos:
  • Sonido:
  • Duración:
  • Multijugador:
Destaca en:
  • Todo un homenaje al legado musical de una franquicia legendaria.
  • Muchísimos coleccionables que incitan a la rejugabilidad de forma continua.
  • Un buen modo cooperativo local con capacidad para hasta 8 jugadores en exclusiva para Nintendo Switch.
Flojea en:
  • No poder echar partidas en línea con amigos, solo con desconocidos.
  • La nueva historia de Kairi, aunque genial, tarda bastante en explotar.
  • Se echan en falta ciertos detalles para que logre ser un juego musical redondo para la franquicia en su conjunto.