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[Análisis] Lost Ember para Nintendo Switch

Mooneye Studios ha querido traer hasta Nintendo Switch su intimista obra Lost Ember, para demostrarnos que también puede sorprender en la consola híbrida. ¿Lo descubrimos?

Un mensaje y mil maneras de contarlo

En Lost Ember no daremos muchos rodeos hasta ponernos en la piel de la principal protagonista: una loba que se encuentra en un “descanso vigilante” esperando que esa luz que nos acompaña nada más comenzar se encuentre con ella.

Y es que se nos presenta como una “peregrina de almas” que ayudará a esta luz, que es un espíritu errante, a llegar a la ansiada Ciudad de Luz, una especie de paraíso que se asemeja a ese “más allá” al que muchos creyentes aspiran.

La misma luz nos pregunta por qué podemos entenderla, qué nos ha ocurrido y el motivo por el que tampoco hemos llegado a la Ciudad de la Luz. Pronto nos convertimos en una pequeña asociación, en compañeros de viaje para llegar a ese lugar de paz.

Y como buena “peregrina de almas”, no solo llevaremos la forma de esta loba, sino que podremos adoptar el cuerpo de los animales que nos crucemos, misión imprescindible en la mayoría de ocasiones si queremos superar determinados momentos. Así, podremos convertirnos en un carpincho para superar pequeñas cuevas, carpas para pasar por corrientes de agua peligrosas, colibrís para acceder a sitios donde sería imposible hacerlo sin alas, cabras para superar las zonas más escarpadas, elefantes para atravesar vegetaciones frondosas, armadillos para excavar túneles… etc.

Por tanto, Mooneye Studios nos propone un walking simulator donde no nos sentimos tan solos como podría parecer, estamos acompañados por esa luz que nos habla y nos guía, sí, pero además por toda una naturaleza y una fauna que nos ayudará a entender su valor y a que su ayuda, en muchas ocasiones, en más desinteresada de lo que sería al contrario.

Descubriendo el pasado y encontrando el perdón

En la historia de Lost Ember encontramos uno de sus principales atractivos, sino el que más. Y es que el título va dejándonos mensajes y aprendizajes a través de los recuerdos recuperados de nuestra loba. Y lo hace mientras nos sorprende con momentos que impactan.

Si bien no tiene momentos rompedores que puedan hacernos saltar del sitio y ciertos puntos pueden predecirse, la historia mantiene bien al jugador, es capaz de enganchar y de hacernos querer saber más sobre el pasado, sobre lo ocurrido.

Esta historia se liga a la tribu de los Yanrana, y pronto veremos que pertenecíamos a ella y que no siempre hicimos lo correcto. O al menos, no desde el punto de vista desde el que se mire y en base a cómo se explique. Esa es otra de las enseñanzas que podemos llevarnos de Lost Ember, con una trama que no voy a desvelar más para evitar cualquier tipo de spoiler.

Una ambientación con aspectos fríos

La ambientación de Lost Ember es otro de los aspectos que más pueden llamar la atención. El título juega con diseños coloridos, con una naturaleza de estilo animado y base cel shadding que a primera vista resultan atractivos.

Sin embargo, el apartado técnico del juego empaña estas buenas intenciones. Y es que las ralentizaciones y el framerate inestable son notables en algunas partes del juego, donde llegamos a contar hasta dos segundos de pantalla congelada en algunos momentos. No ocurre de manera constante, no hace al título injugable, pero sucede más de lo que nos gustaría y se debe tener en cuenta. Por otro lado, los modelados cumplen, aunque en algunos casos hay texturas a las que se les ven las costuras.

Por su parte, el sonido contrarresta esta mala optimización gráfica y acompaña con unas melodías que saben erizar la piel en algunos casos y hacerlo en el momento correcto. Los efectos sonoros del ambiente que nos rodean también cumplen con esta experiencia. Sin embargo, sí que hay determinados momentos en los que la música no se oye igual de limpia al pasar por algún punto, lo que corta un poco esa ambientación, aunque hay que decir que solo ocurre en un par de sitios concretos.

Por su parte la jugabilidad también se resiente por un control no siempre eficiente y un sistema de cámaras que no está bien optimizado en algunos momentos, encontrando con ángulos muertos y posiciones molestas para el animal que en ese momento estemos controlando. De nuevo, no es para desecharlo por su control, pero sí hay que aclarar que se podría mejorar bastante.

Y es que al final el viaje compensa estas sombras y deja una buena sensación a lo largo de sus cinco horas aproximadamente que puede llevaros un primer paseo por Lost Ember. El título nos propone recopilar una serie de extras en forma de reliquias y setas, y conseguir todas y cada una de ellas puede requerirnos que nos pasemos el juego una segunda vez. Más allá de eso, no encontramos extras sustanciales que puedan alargar en consideración la duración del título.

Conclusión

Lost Ember es un viaje muy especial que nos conecta con la armonía de la naturaleza y el mundo animal para contarnos una historia muy especial de recuerdos y perdón. Y perdonarle sus defectos técnicos, ralentizaciones y una cámara que podría ser mejor será necesario para darle una oportunidad con la que descubriremos una experiencia realmente buena. Si queréis darle dicha oportunidad, ya se encuentra disponible en la eShop de Nintendo Switch por 29,99 € y necesitaréis un total de 6,3 GB en la memoria de vuestra consola para instalarlo.

7.0

[Análisis] Lost Ember para Nintendo Switch

Puntuación Nintenderos: Recomendado

  • Historia:
  • Jugabilidad:
  • Gráficos:
  • Sonido:
  • Duración:
  • Multijugador:
Destaca en:
  • Una trama que sabe llevarnos y dejar mensajes más allá de lo que cuenta.
  • La ambientación que consigue y los momentos de conexión que sabe crear.
Flojea en:
  • Ralentizaciones y framerate inestable.
  • Un sistema de cámaras que no siempre ayuda.