[Análisis] Immortal Realms: Vampire Wars para Nintendo Switch
Immortal Realms: Vampire Wars, desarrollado por Palindrome Interactive, es un juego de estrategiapor turnos donde tomaremos el control de una de las tres casas vampíricas para prevalecer sobre el resto en la guerra que se avecina.
Aunque los usuarios de Xbox pudieron probar una beta de este título anteriormente, el lanzamiento mundial en Nintendo Switch y el resto de las plataformas, fue el pasado 28 de agosto de 2020. Estamos ante un notable port en la consola híbrida, aunque, por desgracia, nos hemos encontrado con molestos bugs y crasheos que nos han hecho perder el proceso en reiteradas ocasiones en nuestras partidas.
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Historia
Immortal Realms: Vampire Wars nos situará en las tierras de Warmont, dominada por la estirpe de los vampiros Dracul, Vlad y Cecilia, los más clásicos a mi parecer. En este reino oscuro, los ciudadanos conviven con los vampiros de forma pacífica, siempre que donen una modesta cantidad de sangre a sus señores.
La sangrienta paz se ve enturbiada al aparecer dos familias: Los Nosfernus, que controlaran y crean muertos vivientes, y los místicos Moroia, con su magia de sangre. La guerra crece y ganará el ultimo que quede en pie, ¿conseguirás alzarte sobre tus enemigos humanos y/o vampiros? Tendrás 3 campañas de 4 misiones cada una donde probar tu destreza con cada una de las casas.
La historia es bastante predecible, ya que el de los vampiros es un género bastante machacado, bueno, al menos en este caso no brillan a la luz del día y van al instituto. Immortal Realms: Vampire Wars me ha resultado ameno y, si bien no esperaba que me sorprendiera con algún giro de guión brutal, al menos no me ha aburrido del todo.
Jugabilidad
Tendremos varios modos de juego, como el tutorial, la campaña anteriormente explicada, el modo libre y las escaramuzas. Lo que alarga bastante las horas de juego en Immortal Realms: Vampire Wars es sin duda el modo libre, donde podremos escoger una casa de vampiros y luchar en un escenario enorme contra un número enorme de casas, escogiendo una de las 3 posibles victorias.
La jugabilidad es bastante fácil de comprender a priori, una vez juegas un par de veces ya te haces a la idea de que primero, tendremos que movernos por el mapa al estilo de Civilization, Heroes of Might & Magic o tal vez incluso el reciente Age of Wonders Planetfall, en definitiva, dependiendo de tus puntos de acciones disponibles, mover tu tropa, reclutar, atacar, usar cartas o conquistar.
Durante las batallas, en cambio, pasaremos a algo más táctico como Fire Emblem, pero mucho más simplificado, batallas por casillas cuadriculadas donde nos ayudaremos del terreno o de las cartas para salir victoriosos y sufriendo el menor número de bajas posible. No existe la típica ventaja o desventaja a lo piedra, papel y tijeras, pero realmente con todo lo que tiene, funciona realmente bien. Antes de cada batalla, el juego te dirá si es una batalla que podremos ganar fácilmente o si será imposible, pudiendo escoger la resolución automática de la batalla con un simple botón y ahorrarnos el rato de lucha.
Las cartas son el añadido que le dará a tu partida más variedad en acciones, tanto en el mapa o en campo de batalla, añadiendo más poderes o habilidades a las que ya de por sí poseen algunas tropas. En conjunto, es un sistema que funciona y que nos podrá abrumar en las primeras horas de juego, pero una vez cogido el truco, todo será coser, cantar y mucha sangre.
También tendremos un árbol de habilidades donde mejorar nuestra forma de jugar con ciertos beneficios, podremos equiparnos equipo o incluso mejorar nuestras cartas. Todos estos detalles y más los aprenderéis jugando o en el tutorial, a la espera de que lo arreglen en un parche, más adelante en este análisis se comentan los problemas encontrados actualmente.
La gestión de recursos se basa completamente en, obviamente, sangre. Es nuestro único recurso y nada más. Los ciudadanos podrán donarla o podremos arrasar a todos los habitantes si queremos un incentivo extra. Usaremos la sangre para reclutar unidades, comprar mejoras o más, simple pero directo.
El control nos ha parecido poco intuitivo, además de confuso. La mayoría de las veces no atinaba a dar con la opción correcta porque estaba interactuando con otra cosa, es realmente necesario una actualización para mejorar la interfaz para que sea más clara o al menos más llamativa para saber en qué parte estas. Creedme, para mí, ha sido un dolor de cabeza.
Siguiendo con la parte negativa, he encontrado imposible terminar el tutorial, al menos a día de hoy, al juego se le rompen los menús y los botones dejan de funcionar, dando solo la opción de salir al menú principal. En mi caso, la mayoría lo he tenido que aprender por mi cuenta y espero que arreglen este problema en el futuro. Este mismo problema ha ocurrido en otras ocasiones, al crashear de forma abrupta en algunas partidas. No sé si es un problema de memoria por el control, como he mencionado antes, pero tenedlo en cuenta.
¿Es un juego divertido? Ante todo, tienes que saber que no es un juego para todo el mundo, ya sea por la mezcla de estilos o por la propia ambientación. Si tienes experiencia y disfrutas con este tipo de juegos, es una apuesta bastante segura de muchas horas de juego, aunque solo sean las 40 que me llevó pasarme el modo historia, el cual tengo que reconocer que me costó algo más de lo que me gustaría.
Sinceramente, esperaba otra cosa, no he disfrutado jugándolo, ya que me ha resultado aburrido, la historia no ayudaba y los controles solo me daban problemas. Como he comentado en el párrafo anterior, el juego tiene potencial para gustar a los amantes de la estrategia, aunque no ha sido una experiencia agradable para mí.
Gráficos & Sonido
Como suele ser habitual, la potencia gráfica se ha visto reducida, al menos la resolución del modo TV, aunque en general se ve y se mueve bastante bien, salvo lo mencionado, nada nos ha impedido jugar cómodamente, sin tirones desagradables importantes, de hecho, fue una grata sorpresa ver moverse tan fluidos los efectos de luz y, sobre todo, poder disfrutar de una interfaz con la letra bastante cómoda para leer, tanto en el modo TV o portátil, salvo contados casos donde el tamaño de las letras son extremadamente grandes o pequeñas, cuando no hay un término medio.
El juego dispone de doblaje en inglés, nada destacable. La BSO consta de temas con ambientación acorde y nada más allá, salvo esta mera mención de que al menos existe. Por suerte, es una música tranquila pero intensa. Si os termina gustando la BSO, podéis adquirirla en otros medios y sabed que consta de 27 pistas.
Conclusión
Immortal Realms: Vampire Wars es un juego recomendado para los amantes de la estrategia. Gracias a su ambientación gótica, estaremos bastante concentrados en la partida, ya sea en historia o en modo libre en todo momento, no es demasiado complicado, pero no deja de ser desafiante, y más para los novatos, al menos en las primeras horas de juego.
Con textos traducidos al castellano, con una interfaz agradable y grande para leer, tendremos muchas horas de diversión sin multijugador, la IA nos mantendrá suficientemente ocupados. No esperes un juego rápido e intenso, siéntate y prepárate para estar horas delante de la pantalla.
Un detalle por destacar es que poder disfrutar de un juego de tal magnitud, resulta impresionante si tienes en cuenta que está creado por un pequeño estudio de apenas 15 personas. Con suerte, el valiente equipo seguirá añadiendo contenido, ya que solo 3 clanes resultan escasos a la larga, con bastante poco más donde elegir.
Podéis adquirir este juego en la eShop de vuestra Nintendo Switch a un precio de 39,99€ con un peso de 3101,00 MB, además de conseguir 200 puntos de oro en My Nintendo.