Análisis Análisis Switch Nintendo Switch

[Análisis] Pool Panic para Nintendo Switch

[Análisis] Pool Panic para Nintendo Switch

El billar llega en su versión más alocada y estrafalaria a Nintendo Switch, de mano de Adult Swim Games, caracterizados por su humor ácido e irreverente. Pool Panic, su nuevo juego, nos muestra ironía hasta en su forma de jugar, con una dificultad que casi parece burlarse de nosotros, pero todo camuflado con un clima de humor ameno y divertido. Metámonos de lleno en el tapete y coloquemos bien las bolas, que Pool Panic empieza:

Pool Panic

Billar inusual

El simulador de billar menos realista del mundo“, así es como califican a Pool Panic los propios creadores del juego en su página web. Y es que no les falta ninguna razón, ya que el juego recoge las reglas más básicas del billar y las retuerce de tantas formas que queda un espectáculo que poco tienen que ver con el billar clásico. Y sin embargo, consiguen que sea un producto con personalidad, divertido, sencillo pero con una gran profundidad jugable.

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La sencillez se esconde a nivel jugable, ya que es fácil de jugar pero muy difícil de dominar. Podemos mover nuestra bola blanca con el stick izquierdo, y con el derecho podemos apuntar con nuestro palo para hacer caer a las bolas en la tronera. Con R daremos un golpe seco que permitirá salvar distancias cortas, pero si lo que queremos es potencia, tendremos que pulsar ZR. Siempre veremos la trayectoria de nuestra bola y de la que empujemos, a no ser que haya algún tipo de obstáculo (de hecho, jugando con los Joy-Con desacoplados, podremos mover el palo, y por lo tanto la trayectoria de la bola, con un simple movimiento de brazo); y si a todo esto le añadimos una vibración HD bien calibrada, nos quedan unos controles sencillos, pero con un gran margen de profundidad y  cantidad de posibilidades.

El modo campaña carece de hilo narrativo que justifique el porqué vamos pasando niveles con nuestro protagonista, la bola blanca. Sin embargo, el juego tampoco se toma muy en serio su premisa y centra su núcleo en su dificultad y un extenso mapa (sorprendentemente vivo) en los que se reparte más de 100 niveles, que nos ayudarn a ir levantando un montículo central de tierra que esconde una sorpresa. En estos variados niveles debemos meter todas las bolas en las diferentes troneras y luego acabar metiendo la bola negra, para acabar saltando nosotros por el mismo hueco. Ya os avisaba que esto de billar tiene el nombre.

Dificultad y variedad, las claves

El título no es precisamente una serie de minijuegos sencillos, y cada nivel resulta un desafío que planificar estratégicamente. Primero, porque en cada nivel hay 4 trofeos que obtener: uno de tiempo, que consiste en acabar el nivel cuanto antes; otro de toques, que para ganarlo deberemos acabar en nivel en los golpes establecidos; otro de fallos, que perderemos si metemos por alguna tronera a la bola negra o a nosotros mismos antes de tiempo; y, por último, el de todas las bolas, que nos darán si conseguimos meter todas las bolas del nivel en la tronera (contando con las obligatorias para acabar dicho nivel). Conseguir los 4 trofeos a la vez es casi un objetivo imposible, así que deberemos fijar el trofeo que queramos ganar y repetir el nivel hasta conseguir los 4, si queremos completarlo al 100%.

Segundo, y es algo que le añade muchísima personalidad al título, es que las bolas son diferentes y tienen sus propias razas, personalidades e incluso especies dependiendo del lugar del mapa donde nos encontremos. En el bosque nos enfrentaremos a alimañas o campistas; pero en el río veremos peces, pescadores… Además, cada bola tiene un color o comportamiento característico: los peces rebotan fuera del agua, las amarillas se asusta, las naranjas van en patines y nos esquivan, los verdes hacen de porteros en las traneras… Conocer el comportamiento de cada bola y marcar las prioridades será algo esencial ya no solo para ganar algún trofeo, si no para pasar el nivel.

De hecho, la variedad no solo se esconde en las docenas de bolas diferentes, si no que cada nivel tiene su propio estilo y algunos hasta modifican la forma de jugar: colgados de una pared, resolviendo puzles en una casa inundada, retando a borrachos a una jugada de billar en el bar, conduciendo con bolas moteras, jugando al minigolf, regando un invernadero… La variedad es tan increíble y sorprendente de media que hasta molesta encontrarse con algún nivel más sencillo de vez en cuando.

Apuntando bien…

El juego aún así, y quizás por su dificultad, se muestra un poco seco a la hora de engancharnos. Las recompensas por los trofeos son simplemente eso, los trofeos y en ocasiones puede llegar a ser un pelín frustrante. Parte de la culpa la tiene la cámara, que tiene un ángulo fijo en casi todos los niveles y que nunca podemos manipular a nuestro antojo; lo que provoca situaciones en las que no podemos ver ni nuestra bola, ni su trayectoria, ni las bolas “enemigas”.

Gráficamente el juego destaca más por lo estético que por su potencia. Su estilo animado puede recordar a series de Adult Swim, concretamente Rick y Morty. Su humor es más bien escénico, las bolas apenas hablan, pero las situaciones y las expresiones de las caras están muy logradas y resultan muy divertidas. En cuanto al apartado sonoro, lo cierto es que me ha decepcionado un poco. La música y efectos no destacan demasiado y quizás es por la concentración que exige el título, pero llegan a ser irritante en ocasiones.

Además del modo historia, el juego cuenta con el modo pánico, que viene a ser niveles contrarreloj en una mesa de billar, cambiando de bolas en cada nivel. Un modo que pierde un poco la gracia de la variedad de los niveles de la campaña, pero que es un añadido interesante a modo de minijuego. También está el Estadio Versus, que permite jugar en modo multijugador local con 4 personas, aunque realmente el comaponente estratégico se pierde y se convierte en un juego de azar tirando la bola lo más rápido que podamos. Este modo no termina de convencer, quizás su enfoque no sea el más apropiado.

Conclusión

Pool Panic es una apuesta divertida y original que supone un soplo de aire fresco en Nintendo Switch, y, a pesar de que no termine de convencer a largo plazo y que pueda resultar frustrante en ocasiones; su humor y su estilo animado hacen que cualquiera quiera acercarse a la mesa de billar.

Os dejamos con su tráiler en Nintendo Switch:

Podéis encontrar Pool Panic en la eShop de Nintendo Switch por un precio de 12,19€/14,99$. Necesitaréis 2,3 GB de almacenamiento libre en vuestra consola.

7.7

[Análisis] Pool Panic para Nintendo Switch

Puntuación Nintenderos: Recomendado

  • Historia:
  • Jugabilidad:
  • Gráficos:
  • Sonido:
  • Duración:
  • Multijugador:
Destaca en:
  • Gran variedad de niveles y personajes.
  • Premisa original e innovadora.
  • Fácil de jugar pero difícil de dominar.
  • Mapa extenso y vivo.
Flojea en:
  • No podemos manipular la cámara en los niveles.
  • La música puede llegar a ser irritante.
  • El modo multijugador se queda un poco corto.