[Análisis] Paper Mario: The Origami King para Nintendo Switch
A muchos nos dolió que, en la era de Wii, Nintendo diera boleto al genial sistema de juego que tuvo Paper Mario y La Puerta Milenaria, cambiando a algo más similar a los juegos de Super Mario tradicionales, y haciéndolo más amable con el jugador.
Esto sirvió para ampliar la base de los juegos de Paper Mario, pero también ahuyentó a aquellos que buscaban un juego más profundo y tradicional, alejándose más y más de lo que fue en su día con las entregas posteriores de Wii U y Nintendo 3DS. Nintendo se ha percatado de este suceso con el paso de los años, y ha querido volver levemente a sus raíces con Paper Mario: The Origami King, un juego que pretende hacer un montón de cosas, y de la mano de Intelligent Systems ninguna puede ser mala.
Hoy os contamos qué nos ha parecido la nueva aventura del Mario de papel, y si es de verdad un digno sucesor de los grandes juegos de su pasado.
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Un rey en busca de un reino
Dentro de todos los videojuegos de Super Mario, la saga Mario y Luigi y Paper Mario son los que profundizan más en la historia, los personajes y el universo del fontanero, así que en The Origami King podíamos esperar algo que tocara la fibra a los fans. Desde el “momento cero” ya podemos ver que el juego es algo diferente a lo que estamos acostumbrados.
Mario y Luigi han sido invitados a Ciudad Toad, el lugar donde se celebra el Festival del Origami. Al llegar a la villa se dan cuenta de que no hay ni un alma por las calles, entonces ambos fontaneros deciden acercarse al castillo de la princesa Peach, para saber qué está ocurriendo.
La sorpresa de Mario es mayúscula cuando le recibe una Peach de origami, completamente doblada y que le insta a unirse a su causa. Al parecer, un ser malvado de origami llamado Olly se ha autoproclamado nuevo rey del Reino Champiñón, quiere transformar todo y a todos en muñecos de origami descerebrados, y por supuesto, quiere acabar con Mario.
En esta ocasión, nuestro protagonista deberá unir fuerzas con Bowser y sus secuaces, además de la hermana del rey Olly, Olivia, que le otorgará poderes del origami especiales. Creemos que le viene genial a The Origami King que Bowser no sea el antagonista. Da la oportunidad a nuevos personajes de ocupar un papel que está más que quemado por el rey de los Koopa, y que en este juego funciona de maravilla.
También se profundiza en los sentimientos e inquietudes de los personajes, especialmente en los compañeros de Mario durante la aventura. Olivia, por poneros un ejemplo, sufre una lucha interna debatiéndose entre ayudar a su hermano o pararle los pies, sintiéndose culpable por el daño que indirectamente ha causado.
Es un juego para todos los públicos, y aunque existen momentos de violencia explícita como ya los tuvimos en La Puerta Milenaria (de papel, eso sí), se complementa con un humor maravilloso y muy bien traído que puede gustar a cualquier tipo de jugador.
No esperéis tampoco encontraros con una trama maravillosa, pero es lo suficientemente compleja para que capte la atención de los jugadores, y da un motivo para continuar la aventura mientras liberamos el castillo de la princesa Peach de las serpentinas mágicas de Olly.
Mario en un realista mundo de papel
La saga Paper Mario lo tiene todo para que Nintendo nos sorprenda visualmente. Su representación, con mundos de papel y materiales artesanales, no tiene por qué requerir una gran potencia de la máquina, aunque Nintendo Switch tiene mucho que aportar en este sentido.
Una vez se tiene un juego base con personajes y elementos bidimensionales en un entorno en tres dimensiones, se han tomado dos premisas como objetivo: que el rendimiento no se resienta ni descienda de las 30 imágenes por segundo, y que se añadan suficientes efectos para que, a pesar de que esté creado como si el mundo fuera una maqueta, parezca lo más realista posible.
Esto se ha conseguido gracias a un estupendo uso de la iluminación, destinando gran parte de lo que puede hacer Nintendo Switch a que la luz de volumen y consistencia al mundo. Las sombras de los personajes y otros elementos están muy detalladas, utilizándose incluso para dar más énfasis a elementos jugables, y proyectando también ligeros sombreados sobre sí mismos.
Si The Origami King se ve mucho mejor que, por ejemplo, Color Splash!, además de por tener una paleta de colores mucho más saturada, es por la genial iluminación que da luz a este Reino Champiñón de papel. Es impactante cómo puede cambiar un juego dependiendo de la iluminación que tenga, y The Origami King es la muestra más clara de ello. También queda muy vistoso que entre tantos elementos de papel, haya otros tridimensionales de papel mache o de origami, pareciendo muy realistas.
La otra gran parte de los recursos que Nintendo Switch ofrece ha sido destinada a la creación de zonas de gran tamaño. No es un juego estilo Xenoblade o Zelda: Breath Of The Wild, pero si que estamos ante el Paper Mario con áreas más grandes de toda la saga. Esto tiene un por qué, y es que la exploración será una de las claves jugables del juego, por lo que al igual que ocurrió con Super Mario Odyssey, se necesitaban lugares cada vez más grandes. No nos libramos de los tiempos de carga, pero en ningún caso se hacen pesados.
Se ha conseguido que el rendimiento no baje de los 30 frames por segundo de forma frecuente. Solo lo hemos visto caer de forma muy puntual durante las batallas, y utilizando los ataques que crean más movimiento y despliegue visual en pantalla. Quizá tenga que ver con el uso de texturas más detalladas que las que enseña en su gran parte el juego. Al ser entornos de papel y cartón, las texturas pueden ser mucho más planas y no solo no quedan mal, sino que encajan perfectamente y contribuyen a dar esa ambientación de una maqueta.
Nada de esto culminaría si no se hubiera tenido un enorme buen gusto para el diseño de los escenarios, orientados mucho más a la cultura japonesa que anteriores juegos de la saga. Aún así podemos encontrarnos entornos de todo tipo, como una selva, o mazmorras bajo tierra.
Este carácter nipón también se refleja en la banda sonora del juego, muy animada y que transmite una sensación de felicidad y diversión, que hace que ya sepamos hacia dónde van los tiros de The Origami King. Es una experiencia relajada y desenfadada, que invita con su música a explorar y a disfrutar de su enorme mundo de papel.
Todo lo hace bien
Muchos se habrán quedado decepcionados al ver que este Paper Mario, que en el fondo es un RPG, no tiene experiencia ni niveles. Nintendo ha querido simplificar la forma en la que se concibe un juego de rol, mezclándolo con otro montón de géneros y obteniendo finalmente The Origami King.
El primer gran cambio han sido las batallas. Ahora tendrán dos fases de juego, una en la que se pondrá a prueba nuestra inteligencia resolviendo puzzles muy especiales, y otra más tradicional en la que habrá que golpear a los enemigos utilizando distintas armas de Mario, principalmente zapatos y martillos.
Nintendo e Intelligent Systems han creado un nuevo tipo de puzzles circular, en el que tendremos que posicionar a los enemigos alrededor de Mario con distintas formaciones, y así que sea más sencillo golpearlos. Todos los combates normales es posible terminarlos en un solo turno, pero para ello tendremos que resolver el puzzle correctamente y golpearles bien fuerte a los enemigos.
Al terminar cada batalla recibiremos monedas, que podrán utilizarse para comprar en tiendas, comprar tiempo para resolver los puzzles más lentamente, o pedir ayuda a los Toad y que nos echen un cable si nos quedamos bloqueados. Los puzzles que nos encontramos durante las tres o cuatro primeras horas son relativamente sencillos, pero a medida que avanzamos en el juego estos se complican, pudiendo hacer hasta tres movimientos, deslizamiento o giro, y en cualquier dirección anular. Las posibilidades al final son enormes, pero por norma general, suele tener una única solución.
Al no ganar experiencia no tendremos por qué subir de nivel a Mario, pero necesitaremos combatir para ganar monedas y rellenar nuestros bolsillos de confeti, una nueva mecánica que hace que rellenemos partes del escenario que han desaparecido. Efectivamente, es algo prácticamente idéntico al martillo de pintura de Color Splash!, básicamente porque muchas mecánicas se han reutilizado en The Origami King, aunque no dejan de ser divertidas.
Fuera de los combates nos espera un enorme mundo lleno de secretos, puzzles y recovecos que nos harán explorar cada centímetro de este precioso reino de papel. Una de las misiones secundarias, aunque se le da una gran importancia, es la búsqueda de Toads, que están escondidos por los escenarios en los lugares más insospechados, camuflados como bichos, ocultos en agujeros, o atascados entre objetos. Esto junto a los bloques y lo tesoros es la clave y el objetivo de este Paper Mario: intentar conseguir todo lo que el juego ofrece.
Se recompensa en forma de artes conceptuales y trofeos, que aparecerán en el museo de Ciudad Toad, y es por esto que creemos que el juego encantará a los fans del coleccionismo.
Además de las batallas tradicionales por turnos, también habrá peleas contra jefes más orientadas a los puzzles, además de contra enemigos de papel maché en combates en tiempo real, algo con lo que estarán relacionados mucho más los fans de los Paper Mario tradicionales en tres dimensiones.
El juego ofrece un montón de cosas, desde puzzles a acción, pasando por exploración y minijuegos arcade, y a grandes rasgos y curiosamente, Paper Mario todo lo hace bien.
El juego tiene una duración similar a la de anteriores títulos de la saga, pudiendo completar la historia principal en unas 25 o 30 horas, y alargándose unas pocas más si queremos conseguir todo lo que ofrece.
Sueños de papel
La parte buena, para los fans de los juegos de Paper Mario tradicionales, es que se siente como una aventura RPG más tradicional, aunque no lo sea. En algunos puntos de la aventura nos acompañarán personajes encantadores, algo planos, pero que se ganan nuestra aprobación por su personalidad. No tendrán el mismo funcionamiento que los que acompañaron a Mario en La Puerta Milenaria, pero si que apoyarán en combate de forma pasiva. Un pequeño acercamiento a lo que queríamos, aunque haya terminado siendo algo diferente.
Es una aventura para disfrutar en solitario. Un juego que no da opciones multijugador de ningún tipo, e incluso resultando difícil jugarlo con otro jugador mirando y dando indicaciones en los momentos de puzzles. Tampoco se ha utilizado la pantalla táctil de Switch, con una anecdótica inclusión del control por movimiento de los Joy-Con que recomendamos desactivar, ya que aporta poco o nada y os ahorrará agitar vuestra Nintendo Switch como si fuera una maraca.
A los jugadores de Nintendo Switch que les guste coleccionar trofeos y objetos en títulos de estilo RPG, lo pasarán genial con Paper Mario: The Origami King. Nos ha parecido un juego perfecto para perderse horas completando las zonas al 100%, siempre de una forma ingeniosa y sorprendente a cada paso.
Cartas de amor y odio
Todo apuntaba a que se trataba de un juego de Paper Mario más similar a La Puerta Milenaria, pero lo vemos como una mezcla de todas las ideas que han pasado por la mente de Intelligent Systems, y que han plasmado en un juego de Mario.
El maravilloso y enorme mundo de papel nos invita a explorar cada rincón, disfrutando del viaje y sintiéndonos realizados con cada batalla terminada con éxito mientras superamos los puzzles.
No era el Paper Mario que queríamos, pero The Origami King nos ha gustado mucho, tanto por el mimo que derrocha a cada paso que damos, como por lo inteligente e ingenioso que ha sido mezclar los puzzles con los combates tradicionales y la exploración.