[Análisis] Chiki-Chiki Boxy Racers para Nintendo Switch
Desde que emergieron y se le dio más importancia a la comunidad indie por parte de las grandes compañías, los jugadores tenemos la gran suerte de encontrar una vastísima variedad de géneros, para todos los gustos y edades. Además, los jugadores de Nintendo Switch somos más afortunados aún y es que gracias a la características únicas de la consola, el número de posibilidad aumenta considerablemente. El juego que nos ocupa hoy aporta un granito de arena a uno de los géneros donde más se puede aprovechar estas particularidades exclusivas de la consola, los party games.
Carreras clásicas poco exigentes
Chiki-Chiki Boxy Racers es un juego de conducción donde manejaremos a una gran variedad de coches desde una perspectiva isométrica y el que nuestro principal objetivo, como cualquiera de su género, es llegar el primero a la meta. Además de esto, existen otro modos en arenas cerradas donde jugaremos contra otros jugadores en batallas para conseguir otros objetivos totalmente distintos.
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Pero empecemos por las clásicas carreras. El juego nos propone elegir entre los 20 vehículos disponibles (que hay que ir desbloqueando), cada cual con unas características distintas, seleccionar entre varios colores y superar 3 grandes premios, con 4 circuitos cada uno ambientados en ciudades, junglas y playas. Cada circuito se irá desbloqueando conforme se vaya superando, y después de llegar el primero en los 4 circuitos, se podrá competir en el grand prix correspondiente con el típico formato de clasificación, para llegar a conseguir el podio y la copa de oro.
Tendremos dos modos distintos de conducción a elegir. Uno más intuitivo y directo donde no tenemos botón de acelerador, solo manejamos el joystick y tendremos que moverlo siguiendo el trazado de la pista, y otra algo más “real”, simulando a los coches teledirigidos como los videojuegos de Micromachines o el gran World Rally Championship de NEOGEO, por ejemplo. Esto hace el juego más casual y a la vez permite disfrutar de un control más exigente.
Para conseguir llegar a la meta y darle un toque más arcade al título (más aún), a lo largo de los circuitos nos encontraremos dos tipos de pontenciadores: nitro para rellenar una barra y poder usar turbos y protectores que hacen que durante unos segundos no nos afecten las envestidas del resto de coches o los obstáculos en la pista.
Como podéis ver, se trata de una versión muy muy ligera de los grandes títulos de conducción fiestera como Mario Kart o Crash Team Racing. Y esto no sería un gran problema si no fuera porque la dificultad es bajísima, acabarás las 12 carreras en un abrir y cerrar de ojos, y tras ellas no habrá ninguna cilindrada nueva y correspondiente subida de dificultad, y el único reto será jugarlo de las dos formas distintas de conducción.
El resto de modos de juego, a lo que iremos a continuación, son exclusivamente para jugar en compañía. Por lo que la “campaña” individual es ridículamente limitada.
Mejor como Party Game
Donde algo más de partido se le va sacar al título es en su vertiente party. Por una parte tenemos la tradicionales carreras, donde en modo local cada jugador no se muestran en pantalla partida, sino que la cámara seguirá siempre al que vaya primero en carrera y los rezagados se “teletrasportarán” automáticamente para que estén siempre visibles en pantalla. Y por otro lado tenemos estos 4 minijuegos para jugar en compañía:
- Coins: A lo largo de la pista hay monedas y tesoros y van apareciendo algunos más valiosos que otros. El jugador que recoja la mayor suma de dinero, gana.
- Smash: Golpea a tus oponentes hasta echarlos fuera de la pista para ser el vencedor.
- Paint: Al más puro estilo Splatoon, aquí se trata de colorear con tu coche la superficie, y cuando se acabe el tiempo, el que más porcentaje de pintado consiga, ganará.
- Goal: Imitando un poco a Rocket League, os enfrentais dos equipos donde tendréis que marcar goles en la portería contraria.
Todos ellos se juegan con la misma perspectiva isométrica y con el mismo sistema de control, pudiendo elegir también entre los 20 vehículos que hayamos desbloqueado previamente en las carreras.
La característica más destacable del juego es la gran variedad de formas de jugar en compañía, ya que tendremos la posibilidad de jugar con hasta 8 jugadores de forma online, en local con 8 consolas o todos juntos en casa con 8 mandos. Aquí es donde realmente el juego se luce bien, y dará para momentos muy divertidos en partidas cortas con familia, amigos, o desconocidos por todo el mundo. Indicar que como la mayoría, el juego online necesita de la subscripción a Nintendo Switch Online.
Audiovisualmente el juego cumple sin grandes alardes. Los gráficos muestra modelos poligonales “exagerados” a lo Minecraft, muy coloridos y muy en conjunto con el estilo festivo del juego. Las músicas son escasas pero funcionan bastante bien, es muy parecida a la de los Mario Kart y no resultan cansinas para nada.
Conclusión
Chiki-Chiki Boxy Racers es un juego que cumple como party game donde divertirse en compañía en partidas cortas. Pero es demasiado escaso en contenido y la experiencia individual es muy limitada. Consigue el aprobado “raspado” porque sus mecánicas son divertidas y por su gran variedad de posibilidades para jugar en multijugador.
El tamaño de su descarga es de 299 MB y, a fecha de este análisis, se encuentra disponible en la eShop a 9,99€.