[Análisis] Daggerhood para Nintendo Switch
El equipo Woblyware, creadores de los notables Devious Dungeon y League of Evil, nos brindan otro desafiante plataformas retro donde nos costará sangre y sudor llegar al final de cada uno de sus niveles. Hablamos de Daggerhood.
Pero empecemos por el principio. El protagonista de esta historia medieval es Vincent S. Daggerhood, un experimentado ladrón que, un plácido día, fue arrestado y castigado por sus delitos por el mismísimo Rey, encerrándolo en las profundas cavernas. El bueno de Daggerhood no se va a quedar de brazos cruzados y utilizará todas su destreza para salir de ahí, haciendo uso de su mayor habilidad, el manejo de la daga.
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Sal de ahí, si puedes…
Daggerhood es un juego de plataformas 2D perteneciente al subgénero de «plataformas difíciles«, tan de moda en estas dos últimas generaciones y encabezados por los premiados Super Meat Boy o el reciente Celeste.
Nuestro protagonista tendrá que ir superando pequeños niveles cuya dificultad irá incrementándose poco a poco. Además del salto (y doble salto), el elemento jugable principal será el uso de la daga, que nos permitirá teletranspotar al personaje al punto donde se haya lanzado ésta y será nuestra principal arma para acabar con los enemigos que aparezcan en pantalla. También nuestro personaje podrá adherirse a las paredes, bajando lentamente, y podrá «escalarla» dando pequeños saltos, o saltar al lado opuesto. Así pues, nivel a nivel tendremos que ir aprendiendo a usar estas habilidades y conforme más avancemos más concentración y reflejos necesitaremos, haciendo imprescindible dominarlas y combinarlas tantas veces como sea necesario. Hay algunas decisiones jugables que nos pueden jugar una mala pasada. Por ejemplo, los pinchos nos matarán al tocarlos (obvio) pero aquí cualquier parte del sprite causará daño, lo que hará que nos confiemos más de una vez. Otra decisión discutible es la de que, si nos dejamos caer en un saliente y saltas, éste se entenderá como un segundo salto, así que no podrás hacerlo una vez más. Son detalles que, aunque molestos, al final se toman como una regla más para superar los niveles.
Más habilidades y elementos jugables
Una vez dominemos las habilidades principales, el juego nos brindará nuevos retos. En cada mundo encontraremos una o más habilidades extra, y algunos de sus niveles se basarán en aprender a usar estas nuevas técnicas. Por ejemplo, necesitaremos buscar un arma en el escenario que no permitirá romper bloques para seguir adelante, o una pluma que no permitirá caer más lentamente, o unas botas que nos hará dar saltos más altos. Y otras que cambiarán totalmente la jugabilidad, modificando la gravedad. Todas esta nuevas técnicas tienen en común que, una vez encontradas, podremos usarlas durante un pequeño periodo de tiempo, por lo que hay que ser rápido y utilizarlas lo antes posible en el punto adecuado. Conforme vayamos avanzando, nos iremos encontrando diseños de niveles más enrevesados y se irán añadiendo elementos jugables nuevos, como teletrasportadores para lanzar nuestra daga y llegar a otro lugar aún más lejano. Y por último, al final de cada mundo nos esperaré un jefe final, con unas mecánicas muy distintas entre unos y otros, y bien diseñadas.
Al final todo esto hará que el viaje sea variado y siempre haya un reto nuevo que cumplir a lo largo de toda la aventura.
Pixel art que cumple
A nivel audiovisual, el juego tiene un diseño pixelado muy al estilo del citado Celeste, con un tamaño de personajes y enemigos adecuado para lo que nos propone, y con unas buenas animaciones. Aunque conste de 5 mundos distintos (cavernas, bosques, templo, volcán y castillo), peca de escenarios algo vacíos y de temática oscura y quizá algo monótonos, y poco variedad de enemigos. Los jefes finales son grandes y con buen detalle. Las músicas rayan a buen nivel, son repetitivas pero acompañan muy bien para animar en nuestra tarea. En general no es una maravilla, pero todo entra bien por los ojos y los oídos.
Un reto difícil
El juego consta de 100 niveles, repartidos en los 5 mundos ya citados y donde tendremos 4 objetivos a conseguir en cada uno de ellos para llegar a completar el juego 100%. El primero, como no, llegar sano y salvo a la salida. El segundo, recoger los 5 tesoros repartidos por el escenario, cuya ubicación nos pondrá las cosas más difíciles. El tercero nos propone superar el nivel lo más rápido posible, logrando así una valoración de 3 estrellas si conseguimos llegar antes del tiempo récord. Y por último, aprovechando que vas a superarlo lo más rápido posible, hay una hada en un punto del escenario que desaparecerá a los pocos segundos, así que tu labor será ir a por ella cuanto antes.
Como habrás supuesto después de todo esto, el juego es complicado, muy complicado. Aunque tenga buena progresión de dificultad, ya a partir del segundo mundo el pico se incrementará a cada nivel que vayamos superando. Cada fase supondrá pensar concienzudamente nuestros pasos, y poner a prueba nuestros reflejos y concentración. Morirémos muchísimas veces y probaremos una y otra vez, por lo que hay que echarle mucha paciencia. Esto puede ser muy bueno para algunos jugadores donde podrán demostrar su valía como expertos jugones llegando al 100% y un problema para otros, ya que es muy fácil caer en la desesperación y dejar en juego en el olvido dentro de su biblioteca.
El juego no nos ofrece nada más (y nada menos). No existe ningún otro modo, nada de multijugador, rankings, etc.
Conclusión
Daggerhood pertenece al subgénero de «plataformas difíciles», y como tal supondrá un gran reto llegar a dominarlo y conseguir superar sus 100 niveles. Estos están bien diseñados y tiene mecánicas muy variadas, pero solo aquellos que disfruten de esta gran dificultad, lo valorarán como es debido.
El tamaño de su descarga es de 159MB y, a fecha de este análisis, se encuentra disponible en la eShop a 4,99€.