[Análisis] Assassin’s Creed: The Rebel Collection para Nintendo Switch

Nintendo Switch sigue recibiendo con los brazos abiertos nuevos ports de Assassin’s Creed que ya viera en su día Wii U. Hace unos meses tuvimos Assassin’s Creed III Remastered, que incluía el título Liberation, inédito hasta la fecha en consolas de Nintendo. En esta ocasión volveremos a los mares del Caribe en Assassin’s Creed IV: Black Flag y por primera vez nos acercaremos a la Guerra de los Siete Años en su continuista secuela directa, Assassin’s Creed: Rogue, en un pack que cuenta con todos los DLCs para un solo jugador que fueron lanzados en su día, y, por supuesto, con un completo doblaje al castellano.

Entretenimiento caduco

Estamos hablando de sendos juegos que nacieron en los años 2013 y 2014 en los que se evidencia el paso del tiempo. En general tienen un buen empaque, pero las animaciones de los personajes y animales son las que peor han envejecido así como algunas de sus mecánicas.

Como novedades en estas versiones contamos con la implementación de: el control por movimiento –muy útil a la hora de los disparos con pistolas o cañones-, de los controles táctiles – ideales para navegar por los mapas y menús- y de la vibración HD, si bien esta última está poco inspirada -¡qué apropiado habría sido poder sentir las resistencia de las olas al navegar y no sólo al recibir cañonazos o atravesar el hielo!-.

Donde mayormente destaca en el apartado artístico The Rebel Collection es en las travesías amenizadas con salomas y cetáceos a los que arponear o icebergs que destrozar por esos mares que contemplan todas las tonalidades de verdes y azules que puedas soñar. Y cuando ponemos un pie en tierra también resaltan las realistas construcciones en sus cálidas ciudades y las noches de auroras y luna llena. Pero las batallas navales no son del todo precisas, el parkour aunque sea dinámico y esté bien diseñado no es completamente versátil al permitirte trepar sólo por las zonas que han sido ideadas para tal propósito, y por algún motivo el ser maligno que decide añadir niveles de buceo en los juegos también está presente en esta ocasión. Con todo, dentro de sus limitaciones, podemos dar con algunas escenas verdaderamente trepidantes y hábilmente construidas.

Como es habitual, echo en falta la posibilidad de guardar partida en cualquier circunstancia, aunque el juego se sobrescribe sobre un mismo archivo con regularidad ya que su gameplay se organiza siguiendo una serie de misiones de corta duración perfectas para jugar en portátil. En cada una de ellas encontraremos diferentes mecánicas y formas de afrontar las situaciones: entre el sigilo, las escoltas y las persecuciones también se intercalan minijuegos para mejorar recursos y algunos puzles. Por desgracia, a pesar del gran mundo que fue construido para ambas historias, los objetivos marcados en todo momento y la dependencia del mini-mapa impiden disfrutar de unas aventuras con mayúsculas puesto que te invitan a ir de un punto A a un punto B sin que te pares a pensar, sumando a ello que las “variadas” misiones terminan por hacerse repetitivas. Pero, como digo, son títulos de hace cinco años y la industria ha evolucionado desde entonces para ofrecer cada vez mayores y mejores posibilidades de interacción aunque la saga todavía siga anclada en esa linealidad que la caracteriza.

La realidad como salvadora de la ficción

Los protagonistas de The Rebel Collection no desbordan carisma y sus móviles no acaban de despertar el interés, pero gracias a ellos podemos conocer superficialmente el trasfondo de otros personajes que terminan por redondear el argumento, tocando temas como el esclavismo o la presencia de la mujer en el mundo de la piratería, contando como siempre con un agradable elenco de personajes históricos reconocidos. Por su parte, las tramas del presente continúan coqueteando acertadamente con el concepto de meta-videojuego, aunque sus referentes a entregas previas puedan alejarlo del público no acérrimo a la saga. Y para completar la narrativa, cada vez que es descubierta una nueva localización o elemento se añade una ingente cantidad de información histórica –o ampliación del lore- a la base de datos que sirve como complemento para una saga que siempre ha destacado por su buena documentación. Quizá no sea la manera más atractiva de afrontarlo… pero siempre será mejor que tragarse un libro de historia de 4º de la ESO… Y en esta ocasión muchas de las definiciones vienen cargadas de humor.

El DLC más destacable es la historia adicional, Grito de Libertad, de Assassin’s Creed IV: Black Flag, que recupera a Aveline, la protagonista de Assassin’s Creed III Liberation. Pero también podremos descargar gratuitamente un manga y una novela del título de los piratas -eso sí, están en inglés y son incómodos de leer tanto en la televisión como en modo portátil-. Por último cuenta con una galería de imágenes con ilustraciones y un par de tráileres.

Recomendado para…

…aventureros/as experimentados/as en el universo de Abstergo que no cataran estas entregas en su día y quieran zambullirse en los siete mares.

Otros títulos a los que me remite

• Al igual que ocurre en esta saga, Aragami es una propuesta indie disponible en Switch que basa sus mecánicas en las ejecuciones sigilosas, aunque con las ventajas y desventajas que suponen ser un espíritu sombrío.
• The Legend of Zelda: The Wind Waker y su secuela de Nintendo DS establecen gran parte de la experiencia de sus juegos en la navegación entre islas, permitiéndonos igualmente enfrentarnos a enemigos y obtener tesoros.

Assassin’s Creed: The Rebel Collection ya está disponible en la eShop de Nintendo Switch a un precio de 49,99€ y con un tamaño de descarga de 19,0 GB. También es posible adquirirlo en su edición física.