Cara o Cruz #115: ¿Prefieres los juegos largos o los juegos cortos?
La noticia de la semana sin lugar a dudas es el lanzamiento del excelentísimo Dragon Quest XI S: Ecos de un pasado perdido, título que cautivó al mundo hace un tiempo y que vuelve con las pilas recargadas, lleno de novedades y con la posibilidad de jugarlo de forma portátil a la consola híbrida más querida por todos.
Sin embargo, si hay algún pero que muchos podríamos recalcarle a este tipo de juegos como el que os hemos citado es que son tan largos que, con el estilo de vida que llevamos hoy en día, ¡es casi imposible poder llegar a terminarlos! Por eso, la pregunta de esta semana va por esos palos, preguntándoos a vosotros qué clase de experiencias preferís; las cortas y muy contenidas como podría ser el remake de The Legend of Zelda: Link’s Awakening o las grandes epopeyas que duran decenas de horas y que parecen no tener fin como la epopeya del Luminario y compañía. Otra semana más, ¡la elección es vuestra!
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La moneda empieza a girar… ¿Prefieres los juegos largos o los juegos cortos?
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Los juegos cortos se adaptan a mí
Por Alberto Millán
Sin lugar a dudas, la vida moderna cada vez es más ajetreada. Entre una cosa y otra, las horas se pasan volando, y uno acaba sin tiempo para hacer absolutamente nada. Por dicha razón, no cabe duda de que los juegos cortos son un elixir para aquellos que se encuentran en dicha encrucijada en la que tras acabar el día apenas tienen ganas de hacer nada.
Siempre que reviso la lista de lanzamientos, no me olvido de visitar una página que me indica la duración del título que voy a jugar, siempre horrorizándome al observar que todo aquello que me llama la atención sobrepasa de forma realmente cuantiosa las diez, veinte o incluso cincuenta horas; la mayoría dedicadas a contenido vacío y repetitivo como es el hacer de recadero y llevar a cabo batallas sin fin contra los mismos enemigos para llegar a un ansiado nivel que nos permita avanzar en la trama, o en su defecto, conseguir las monedas necesarias para comprarme esa armadura de oro que me permitirá acabar con dicho dragón molesto que corta el paso.
Sí, los juegos largos no son para mí, y no porque no quiera, sino porque ni siquiera me puedo permitir la inversión de horas que proponen, horas que al final se vuelven vacías y que no me ayudan a divertirme tanto como quisiera. No obstante, en la otra cara de la moneda encuentro juegos como pueden ser indies de lo más resultones, o experiencias que, a pesar de ser infinitas, están destinadas a las sesiones breves como pueden ser jugar a un par de niveles en Super Mario Maker 2, echar unas partidas en Splatoon 2 o enzarzarme en un par de combates en Super Smash Bros. Ultimate.
Así es, ante la falta de tiempo de la que sufrimos los adultos de nuestra sociedad, se impone un mercado realmente rico y diverso que se adapta a cada perfil y que nos permite disfrutar de experiencias cortas y deliciosas que no tienen mayor pretensión que hacernos pasar un rato divertido y variado, justo lo que necesitamos como usuarios y gente que al final del día, lo único que busca es diversión.
Los juegos largos se quedan contigo
Por Carlos ☆
Este fin de semana no he hecho prácticamente otra cosa que jugar a Dragon Quest XI S: Ecos de un pasado perdido. Sí, lo disfruté en su día en otra plataforma, sin embargo, me sentí atraído por sus novedades y por volver a vivir la historia, propia de un cuento de hadas, que proponía. Conforme iba avanzando el reloj, las historias contenidas del título iban pasando, y sus moralejas se iban quedando conmigo. Como suele decirse, el roce hace el cariño, y a medida que los personajes subían de nivel, yo me volvía a sentir más y más atrapado en la historia que se me proponía.
Esta experiencia que os describo arriba no solo se puede aplicar a dicho título; los juegos de la franquicia Shin Megami Tensei, los Xenoblade Chronicles, o incluso juegos pertenecientes a otros géneros que no son el del JRPG como los de Fire Emblem; todos ellos gozan de personajes memorables que se han quedado clavados en mi corazón, no solo por su incuestionable calidad, sino porque se tratan de juegos que gozaron del tiempo para desarrollarse, contar lo que querían contar, y, más importante, hacerlo de una forma que se queda viviendo contigo.
Sí, conforme pasa el tiempo no gozo de tanta libertad para jugar todo lo que quiero; las obligaciones como son los estudios, el deporte e incluso la vida social me arrebatan gran parte de mis energías, no obstante, cuando el día termina y me acuesto en la cama, siento que la mejor manera de abstraerme y escapar de la rutina es sumergirme en mundos que a cada día que pasa se me hacen menos ajenos porque parecen no tener fin.
Confieso que me encantan los juegos largos, y aunque los tenga que disfrutar a sorbos, nunca los cambiaría por experiencias cortas que aunque estén bien, no llegan a cubrir lo mismo que los primeros sí que hacen.