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[Análisis] Doom 3 para Nintendo Switch

Hace años se necesitaba poca historia para hacer un videojuego. Y tenían razón. El impacto de Doom me recuerda a Mad Max. ¿Por qué? Doom es un clásico del videojuego de los géneros de acción y ciencia ficción como Mad Max lo es en el cine. Después de que, a posteriori de sendos lanzamientos, hayan pasado multitud de proyectos que sofisticaban sus premisas en los que ambos medios (videojuego y cine), estos dos clásicos han redefinido con reboots sus géneros. Es decir, nos han recordado que para acción y ciencia ficción necesitas tener claro unos pocos principios básicos que hay que perfeccionar. Pero para nada se requiere una historia compleja.

¿Qué elementos fueron la clave de la redefinición a la que me refiero? De esto tratará este análisis. Cómo se consigue una  obra importante en relación a su género a pesar de que esta no cuente con otros muchos aspectos. Mi hipótesis, el famoso menos es más.

Así, Fury Road nos dejó bocabiertos a los que fuimos al cine en la mejor sala que teníamos cerca en 2015; y Doom hizo lo propio con el reboot de 2016. Aunque ya fuera un ávido jugador de videojuegos, no pude experimentar el salto de calidad que Doom 3 aportó a la industria en 2004. Me imagino que, visto el salto de calidad que hay entre el original (cuyo análisis podéis leer aquí) y el 3, quienes lo vivieron como novedad hace 15 años debieron sentir lo que yo sentí en 2016.

La pureza shooter y algo más

Si algo no ha perdido nunca la saga Doom es su jugabilidad liberadora. Está en el ADN de la saga y la tercera parte de la franquicia no la perdió. Hablo de la sensación de velocidad radical que permite moverte a través de tu instinto por los oscuros laberintos de la estación espacial o el yermo paisaje de Marte en los que el juego tiene lugar.

Como sabéis, Doom 3 es un pasillo en el que debes ir deshaciéndote de humanos poseídos por el demonio, primero, y un buen puñado de criaturas aterradoras venidas directamente del averno, después. ¿Acaso creías que en algún punto de Marte había agua? Pues no, hay criaturas sanguinarias.

Estas criaturas se deben eliminar con la mayor velocidad posible y haciendo uso de las armas de combate que vas adquiriendo a cada poco que te adentras en este mundo infernal. Las armas son famosas, como lo son los destrozos que hacen aquellas que consigues cuanto más lejos estás en la historia del juego. Motosierra, lanzacohetes, pistola de plasma. Una delicia de inventario que ya desde el primer Doom sentó precedente en relación al género de First Person Shooter (FPS).

Como ya he dicho, la velocidad de movimiento de nuestro Marine, la toma de decisiones y la habilidad para manejar según que tramos repletos de enemigos marcan la saga Doom. No obstante, este título se caracterizó (he podido comprobar ahora que lo juego por primera vez) por llevar dotar la franquicia de algo más. Me refiero a un acercamiento al Survival Horror. En otros términos, a ambientar el juego de manera más oscura e incluir tramos en los que el diseño del nivel va más allá de dejarte solo contra oleadas de monstruos.

Esa combinación dejó algún que otro fan descontento. Cuando en 2016 se lanzó Doom (el reboot), los fans celebraron el regreso de la acción más desenfrenada y la celebración de la visceralidad en las continuas escenas violentas de decapitaciones, desmembramientos y descuartizamientos que son un símbolo de la franquicia. Pero visto en perspectiva, el giro hacia lo Alien está más que justificado en la era de los 128 bits, cuando el salto técnico de la época permitía dar más profundidad a la historia que se narraba en las instalaciones de Mars City.

Pero la historia de Doom 3 sigue sin ser demasiado elaborada. Simplemente es una reescritura de los sucesos del Doom original que incluye pequeñas capas de narración que complementan por debajo los segmentos de acción. ¿Por qué fueron los humanos a Marte? ¿Cómo aparecen estas criaturas demoníacas en el Planeta Rojo? Estas preguntas se responden mediante una narración de ciencia ficción interesante pero sencilla, y en ningún momento restan protagonismo al auténtico elemento del juego: la acción (y, esta vez, el miedo).

Otras cuestiones

Evidentemente, el juego ahora presenta problemas del tipo ‘vejez’. Doom 3 cumplirá en breve 20 años y, pese a pertenecer a la generación de consolas que más techos tecnológicos rompió, aspectos como las físicas o el realismo de los espacios quedan anticuados. Además, hay poca interacción con distintos elementos de los niveles, aunque esto es un sello distintivo de la saga y precisamente este título es el que más novedades presenta (linterna, uso de interruptores, etc.).

Por supuesto, los gráficos que presenta Doom 3 no se deben comparar con los juegos actuales, pero supusieron un hito en el momento en el que se lanzó el juego. A la estela de Half Life o Halo, juegos punteros entonces, id Software creó el juego que cumplía las expectativas a nivel técnico. Y las expectativas eran altas para una iteración de una de las sagas más celebradas en el mundo de los videojuegos.

A nivel de banda sonora, Doom 3 es bestial. Y precisamente este es el mejor adjetivo que se le puede decir. Las guitarras rockeras mandan nuestro cuerpo directamente al infierno y en él nos preparan de manera magistral para obrar la mortandad. La sensación es que en los 80 se inventó el Thrash Metal para que algún día se compusieran canciones para Doom.

Por otra parte, la incorporación de un ambiente mucho más cinematográfico tuvo que venir junto a un buen diseño de audio. Los momentos de incertidumbre están perfectamente acompañados y los diálogos narrados, si bien se notan antiguos, no consiguen sacarte de la experiencia como sí lo han hecho otros juegos del pasado.

Conclusiones

Es imposible que alguien que no haya jugado a este juego o no esté acostumbrado a las consolas de hace 3 generaciones considere a este juego una obra maestra. Los años pasan y, evidentemente, los jugadores de ahora están familiarizados con juegos que proponen cosas basadas en el pasado pero con unas mejores ejecución y pulidez. Sin embargo, nunca hay dos títulos iguales y lo que propuso Doom 3 en su día fue de gran calidad y merece la pena jugarlo todavía a día de hoy.

Este es el título de la franquicia que más elementos de otros géneros tiene, especialmente de survival horror. Fue un hito a nivel técnico en su día y hoy se puede jugar por primera vez en una consola portátil, y a un precio razonable. id Software está a tope con Nintendo Switch.

Doom 3 está disponible en la eShop de Nintendo Switch desde el pasado 26 de julio a un precio de 9,99 €. Textos y audios en castellano. Tamaño de descarga, casi 10,8 GB.

8.5

[Análisis] Doom 3 para Nintendo Switch

Puntuación Nintenderos: Muy recomendado

  • Historia:
  • Jugabilidad:
  • Gráficos:
  • Sonido:
  • Duración:
  • Multijugador:
Destaca en:
  • Su dificultad te conecta a la perfección con el horror que vive el marine que controlas.
  • 75 % Doom, 25 % survival horror.
  • Buena duración.
  • El lavado de cara que aportó a la saga en aquel entonces fue absoluto.
Flojea en:
  • Algunos defectos típicos de juegos que cumplen muchos años: controles toscos, demasiado pasillero, poca variedad de enemigos, etc.