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[Análisis] Rogue Legacy

Rogue Legacy es un juego de acción en 2D con toques de RPG desarrollado por Cellar Door Games. Se engloba dentro del género roguelike que, a grandes rasgos, se caracteriza por presentar juegos de acción y rol desarrollados en mazmorras que se generan de manera aleatoria. 

Fue lanzado en 2013 para PC, en 2014 llegó a PlayStation, en 2015 hizo lo propio en Xbox y, a comienzos de este mismo mes de noviembre, ha llegado a Nintendo Switch. Será esta última la versión que analizaremos aquí. 

¿Quieres saber por qué fue considerado en su momento como uno de los juegos más adictivos? ¡Entonces sigue leyendo!

Una aventura que pasará de generación en generación 

Como buen roguelike que es, en Rogue Legacy prima la jugabilidad por encima de todo, por lo que no es un título en el que abunden las escenas narrativas o aquellas que expliquen la historia; aquí lo que verdaderamente importa es que vayamos avanzando y eliminemos a todo aquel que ose cruzarse en nuestro camino. 

A grandes rasgos, nuestro objetivo es entrar en el castillo y derrotar a los cuatro grandes jefes, cada uno situado en una zona diferente, para así desbloquear el combate contra el jefe final. 

Lo poco que se nos cuenta de la trama que rodea al juego nos llega mediante unas cartas escritas por un príncipe, que iremos encontrando repartidas por todo el castillo. Estas cartas nos darán información acerca de la historia, además de contarnos algún que otro secreto. 

Este hecho, quizás, puede hacer que algunos jugadores se cansen rápido o que no le encuentren sentido al título, ya que apenas se detallan aspectos de la historia. 

A espadazo limpio

Estamos ante un juego dinámico en el que tendremos que movernos rápidamente si no queremos recibir el ataque del enemigo. Es por ello que los controles que presenta son muy sencillos:

  • Botón Y: Con este botón atacamos con nuestra espada.
  • Botón B: Salto. Si lo pulsamos una vez, damos un salto normal, pero si lo mantenemos pulsado el salto es doble.
  • Botón A: Ataque especial. Con este botón, lanzamos el ataque especial de nuestro personaje, que consume PM. Hay ataques de todo tipo, desde el lanzamiento de hachas hasta hacer aparecer una espada gigante.
  • Botón X: Nos servirá para lanzar unas habilidades especiales, que variará en función de la clase de nuestro personaje.

Ahora bien, que el manejo sea fácil no quiere decir que nuestra aventura vaya a ser pan comido, sino todo lo contrario. La dificultad es elevada desde el comienzo del juego, por lo que es más que probable que, si no estamos acostumbrados a este tipo de juegos, muramos unas cuantas veces antes siquiera de eliminar a un rival. 

Esto no hace sino engancharnos más al juego, pues con cada muerte de nuestros personajes nos entrarán más ganas de probar de nuevo y ver hasta dónde somos capaces de llegar. Por otro lado, puede que, debido a lo complicado que resulta, haya jugadores que lo encuentren frustrante o que se cansen de no parar de morir.

Como curiosidad, se puede destacar que cada vez que uno de nuestros guerreros cae en combate, aparecerá junto a su cuadro una lista con los enemigos que hemos derrotado.

Descendientes de todo tipo

Quizás uno de los apartados más novedosos que podemos encontrar es el hecho de que, cada vez que nuestro personaje muere, no hay forma alguna de revivirlo, sino que pasamos a controlar a un descendiente. Además, cada vez que ocurra esto, tendremos que empezar desde el principio. 

Cada uno de estos descendientes posee una clase diferente y, en función de ella, tendrá unas cualidades u otras. Las clases que están disponibles a la hora de comenzar el juego son las siguientes:

  • Caballero: Héroe estándar; se le da bien prácticamente todo.
  • Mago: Poderoso lanzador de hechizos; cada vez que mata, recibe maná
  • Granuja: Héroe amante del riesgo; tiene estadísticas bajas, pero puede lanzar devastadores ataques críticos.
  • Bárbaro: Un tanque con patas; puede aguantar lo que le echen.

A medida que vamos avanzando en la historia, podremos mejorar estas clases e, incluso, desbloquear otras nuevas, pero no os hablaremos de ello aquí para que seáis vosotros mismos quienes lo descubráis cuando juguéis. 

Por si esto no fuera suficiente para hacer a nuestros personajes diferentes, todos ellos también tienen rasgos y cualidades de lo más variopintas. Entre ellas, se pueden destacar algunas muy interesantes, como la hiperactividad, que hará que nos movamos más rápido, o la obsesión compulsiva, que nos permitirá recuperar PM cada vez que rompamos algún objeto. Pero, por otro lado, también nos encontraremos con otras que, más allá de provocarnos unas risas, no servirán de nada, como el síndrome de Tourette, que hará que nuestro personaje suelte un improperio cada vez que reciba daño, o la visión monocromática, con la que veremos todo en blanco y negro. 

Esto de empezar cada vez con un personaje diferente no hace sino aumentar nuestras ganas de jugar, pues hay tantos rasgos y tantas combinaciones posibles que resulta muy complicado encontrar dos héroes o heroínas iguales. 

Un castillo más imprevisible que el colegio Hogwarts

Si a todo lo mencionado añadimos que, cada vez que comencemos a jugar, el mapa que nos encontraremos es diferente, os podemos asegurar que cada vez que empecéis una nueva partida en Rogue Legacy sentiréis que se trata de un juego prácticamente nuevo. 

El mapa se divide en cuatro grandes zonas: Castillo, Torre, Bosque y Mazmorra. Aunque la distribución de cada una de ellas es siempre la misma (por ejemplo, la torre siempre está en la parte alta del castillo), presentan variaciones cada vez que comenzamos una nueva partida, lo que hace que tengamos que estar siempre alerta y no demos nada por hecho. Ahora bien, hay una forma de mantener el mismo mapa de una generación a otra de personajes; os hablaremos de ella más adelante.

Desarrolla o muere

Ya hemos mencionado antes que estamos ante un título con toques RPG, y esto es algo que se puede ver en su sistema de desarrollo. 

A medida que avanzamos en nuestra aventura dentro de las diferentes zonas, vamos consiguiendo monedas de oro que, después, podemos utilizar para mejorar nuestro caserón y a nuestro personaje. 

Cada vez que morimos y empezamos de nuevo, nuestro descendiente tiene las monedas recaudadas por su antecesor. Con ellas, podemos ir desarrollando partes de nuestra casa, que nos permitirán desbloquear diversas mejoras. 

Podemos aumentar nuestros puntos vitales, nuestros PM e incluso nuestra fuerza y resistencia, pero además también podemos ampliar el número disponible de clases, así como desbloquear una serie de “ayudantes”, que harán más fácil nuestra vida dentro del castillo. 

Son tres los ayudantes que podemos desbloquear:

  • Herrero: Nos permite mejorar nuestra arma y armadura, previo pago de una cantidad de oro. Para poder comprar las mejoras, primero tendremos que encontrar, dentro del castillo y sus alrededores, los planos de las distintas armaduras y espadas. 
  • Hechicera: Su función consiste en ampliar nuestro repertorio de habilidades. Al igual que con el herrero, si queremos comprar una mejora, tendremos previamente que haber encontrado el pergamino donde se habla de ella dentro del castillo. 

  • Arquitecto: Antes comentamos que había una forma de evitar que el mapa cambiase después de que nuestro personaje muriese; pues bien, el responsable de ello es el arquitecto. Si así lo deseamos, antes de entrar de nuevo al castillo, podemos solicitar que mantenga el mapa de nuestro antecesor, de forma que podemos saber la localización de ciertos objetos, trampas o, incluso, dónde se encuentran los jefes finales. Pero contar con esta ventaja no nos saldrá gratis, sino que tendremos que pagarle el 40% del oro que recaudemos en esa nueva aventura. 

Y, hablando de oro, hay que destacar que, si bien es cierto que nuestro nuevo personaje hereda todo el dinero recogido por su antepasado, al entrar al castillo deberá entregarlo todo y empezar con el saco de monedas vacío. Es por ello por lo que es recomendable hacer todas las mejoras posibles antes de embarcarse en una nueva aventura. 

“Venga, solo una más”

Es probable que, cuando llevéis un tiempo jugando, se os escape alguna frase de este tipo. Estamos ante un título que engancha por su variedad y que, como ya hemos mencionado, es muy rejugable. 

El tiempo que nos llevará acabar con todos los jefes dependerá de nuestro nivel de habilidad y, por supuesto, de nuestra insistencia, por eso no podemos hablar de una duración exacta. Ahora bien, ya os adelantamos que es un juego al que se le pueden dedicar muchas horas. 

Vuelta a los clásicos

Gráficamente, recuerda a títulos clásicos, como Ghost’n’Goblins y a otros más recientes, como Shovel Knight. El apartado sonoro es bastante bueno, y hará las delicias de todos aquellos amantes de los juegos retro de acción en 2D. 

Por otro lado, hay que destacar que es compatible con el mando Pro, que personalmente nos ha parecido la forma más cómoda de jugar, aunque es igualmente bueno en modo portátil, pues se adapta a la perfección y gráficamente no se nota diferencia. 

Conclusión

Rogue Legacy es el claro ejemplo de que, con un planteamiento simple, se puede hacer un gran juego. Estamos ante un título imprescindible para todos los amantes de la acción en 2D. Es un juego complicado, divertido y adictivo, que presenta ciertas mecánicas que hacen que sea muy, muy rejugable.

Si quieres hacerte con él, puedes comprarlo en la eShop por 14,99€. Se necesitan 234,88 MB libres en la memoria para descargarlo. 

8.0

[Análisis] Rogue Legacy

Puntuación Nintenderos: Muy recomendado

  • Historia:
  • Jugabilidad:
  • Gráficos:
  • Sonido:
  • Duración:
  • Multijugador:
Destaca en:
  • Un juego muy divertido, que engancha desde el minuto uno.
  • La variedad de mapas y personajes es increíble.
  • Dificultad elevada, lo que supone un reto constante.
Flojea en:
  • Puede que a ciertos jugadores les parezca que la historia no tiene mucho sentido.
  • La excesiva dificultad podría llegar a cansar, sobre todo cuando no paras de morir.