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[Análisis] Bow to Blood: Last Captain Standing

Imaginemos a Arturo Valls presentando un programa de TV seguido por millones de espectadores que se tratase sobre capitanes de navíos espaciales que pelean entre ellos para conseguir ser el campeón durante 7 temporadas. ¿Rocambolesco? ¿Extraño? Pues esa es la premisa básica de Bow to Blood: Last Captain Standing, un juego que sabe a programa de telerrealidad con un toque de Piratas del Caribe (en modo espacial). ¿Buena mezcla? ¡Y tanto!

Reality Shows hay muchos, pero ninguno tan mortal

Bow to Blood no se cuenta a través de interminables cinemáticas o diálogos extensos, nada de eso. Todo empieza a rodar cuando el presentador del evento, con más carisma que muchos presentadores actuales de la televisión, nos explica el mecanismo del propio juego. Cada temporada, de un total de 7, consta de 7 eventos y, a su vez, cada evento cuenta con 2 pruebas que tendremos que superar y ganar la máxima puntuación. Si la nave recibe daño en la primera partida de un evento, se mantiene para la segunda parte. Este hecho provoca que aprendamos rápido a esquivar y defendernos de los proyectiles enemigos, así como parapetarnos por el escenario, que se genera de forma procedural. Durante los eventos iremos ganando puntuación y los dos con menor puntuación serán “nominados” para abandonar el show. Son los propios tripulantes quienes elegirán quién se va, lo que hará que forjar alianzas sea primordial para que, en caso de quedar nominados, no nos echen.

Debo decir que el modelo de temporadas se hace bastante ameno y el ser procedural ofrece al jugador ese regusto de no saber qué se va a encontrar en la siguiente prueba, por lo que se disfruta enormemente. Como norma, la primera prueba del evento suele ser algo más sencilla, pero la segunda es de aúpa, de ahí que tengamos que aprender a luchar bien porque sino duraremos dos minutos en ella. Las pruebas ofrecen bastante diversidad: carreras, acabar con “x” enemigos, atacar a un adversario, eliminar conjuntamente a un jefe final, etc. Es cierto que, cuando lleguemos a nuestra quinta o sexta temporada, se pierde un pelín más de asombro, pero, aún así, resulta bestialmente divertido y adictivo.

Nosotros controlaremos a The Freelancer y nuestra tripulación son dos robots que parecen no saber cerrar el pico, aunque nos echaremos bastantes risas a su costa. No obstante, si pensábamos que lo más importante del juego era salir al escenario y pelear contra todo lo que se ponga contra nosotros, estamos muy equivocados. La sorpresa más gratificante está en cómo nos asociaremos con el resto de los competidores, forjando alianzas o enemistades que perdurarán en el tiempo. No me gustaría entrar en spoilers, pero las conversaciones con otros bucaneros del espacio y las respuestas que buenamente le demos hará que nos posicionemos a su favor o en su contra y que, en consecuencia, actúen a favor o en contra de nosotros. Por poner un ejemplo, en uno de los eventos uno de mis “aliados” me pidió una mínima cantidad de puntos para que reparase su nave y, entonces, pelear como es debido contra mí, pero yo no se los di y, en un evento posterior, puso una bomba dentro de mi nave que me costó llevarme la victoria en la temporada. ¿Mamoncetes? Un poco, pero ahí está la magia del juego, en no saber qué decisión tendrás que tomar y si habrás hecho bien. Es cierto que no hay historia, pero ¿qué mejor que escribirla nosotros mismos?

Con diez cañones por banda…

Nada más llegar al tutorial os daréis cuenta de que el manejo de la nave no es nada sencillo. Tardaremos un pelín en acostumbrarnos a movernos, atacar, defendernos de los enemigos, controlar el espacio y reorganizar al grupo, pero, una vez que lo conseguimos, es sumamente gratificante. Como ya he citado previamente, disponemos de dos robots como tripulación, los cuales deberemos de colocar en cinco posiciones distintas de la nave: escudos, motores, drones, sensores y la torreta de ataque. Reposicionar a nuestros camaradas en esas posiciones será algo que deberemos aprender cuanto antes, puesto que elegir bien dónde colocarlos es la diferencia entre vivir o morir, así de claro.

Nuestra nave se moverá como si fuese un barco, solo que no habrá mar, sino todo el espacio, teniendo que controlar su altura, la dirección o la velocidad. Dispondremos de escudos para proteger la nave, aunque se irán debilitando al sufrir los impactos de los proyectiles enemigos. Además, obviamente, nosotros podremos atacar con nuestros cañones y láseres, así como con un conjunto de bombas que nos harán las cosas más fáciles contra los enemigos más duros. También tendremos que ir colocando unos “puntos de esencia” sobre los motores, los escudos, los sensores y las torretas de ataque. Estos puntos harán que aumentemos la eficacia de aquello que más necesitemos en un momento puntual, como, por ejemplo, aumentar mucho la fuerza de nuestro ataque para que los misiles hagan el triple de daño. Ya os lo advierto, no estamos ante un juego sencillo y, además, las temporadas se acaban en un abrir y cerrar de ojos (acabar una temporada suele tardar entorno a las tres horas), pero es muy reconfortante lograr manejar absolutamente todos estos parámetros con gran pericia y posicionarnos en las zonas altas de la tabla de clasificación.

Debo añadir que, al principio, parecía un poco escéptico por la configuración del mando y los botones. No obstante, tras mi segunda partida, me di cuenta de que era una configuración perfecta. Aunque al principio pueda llegar a abrumar a cualquier jugador, experto o inexperto, se adapta perfectamente y se hace muy disfrutable, tanto con mando como usando los Joy-Cons.

Gráficamente precioso

Podéis observar por vosotros mismos lo que el título ofrece. No, no estamos ante un juego fotorrealista, pero sí que su paleta de colores y la representación de su mundo es perfecta. Ver en movimiento los distintos navíos, así como el nuestro propio, que sufren desperfectos a poco que se dañen ligeramente, es toda una gozada. Las batallas se tornan desafiantes con muchos elementos en pantalla sin que, al menos de forma alarmante, se sufra de caídas de fps (muy ligeras y en ocasiones muy contadas). Por otra parte, el diseño de nuestros contrincantes está logrado y nos ofrecen una buena amalgama de extravagantes bucaneros del aire.

En lo que respecta a la banda sonora, se mantiene en segundo plano sin molestar demasiado. El título brilla principalmente cuando son los efectos de sonido los que surgen, o bien cuando sus personajes hablan. Oír los disparos de los enemigos a nuestra espalda e identificar cuántos enemigos hay sin si quiera verlos, es todo un lujazo al que os acostumbraréis muy pronto. Por otro lado, nuestros simpáticos robots, como ya he dicho, no paran callados ni un segundo, soltándose pullitas (o soltándonoslas a nosotros), así como contando pequeños chascarrillos que sacan más de una sonrisa. El presentador y su carismática voz son cosa aparte, todo un acierto. Eso sí, el título viene íntegramente en inglés y sin subtítulos, tenedlo en cuenta.

Conclusiones finales

Hay pocas cosas malas que tiene este juego y, posiblemente, sea uno de los que claramente recomiende a todos aquellos que le gusten los roguelike o Gran Hermano. La dificultad se hace elevada, pero, tras cogerle el truco a los controles, nos moveremos como pez en el agua y le sacaremos el máximo partido al juego. Dispone de un apartado gráfico muy particular y propio que enamorará a, prácticamente, cualquiera. Además, la alegría y tensión que ofrece al tener que ganar la mayor cantidad de puntos en cada evento, así como las continuas alianzas que iremos forjando o rompiendo, hacen de este juego un título que todos los usuarios de Switch deberían de disfrutar puesto que ofrece diversión a raudales y muy alta rejugabilidad.

Bow to Blood: Last Captain Standing está disponible en la eShop de Nintendo Switch a un precio de 19,99 euros y ocupa un total de 2 GB.

https://www.youtube.com/watch?v=LvJFPdJwuDk

9.0

[Análisis] Bow to Blood: Last Captain Standing

Puntuación Nintenderos: Imprescindible

  • Historia:
  • Jugabilidad:
  • Gráficos:
  • Sonido:
  • Duración:
  • Multijugador:
Destaca en:
  • Su sistema de temporadas y eventos se torna desafiante y engancha.
  • Muy rejugable.
  • Desarrollar alianzas o romperlas hace que no tengamos dos partidas iguales.
  • El control del barco, la tripulación y los recursos es todo un acierto.
  • El apartado gráfico está muy conseguido.
  • Los personajes, con especial mención al presentador, tienen carisma.
Flojea en:
  • Pequeñas bajadas de fps muy puntuales.
  • Hay pequeños picos de dificultad que pueden dañar la experiencia.
  • Cierta repetitividad en algunos eventos.


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