[Análisis] Windscape

¿Para qué escoger cuando puedes tenerlo todo?

Windscape es un título difícil de describir, ya que al tener características que pertenecen a diferentes géneros, es muy difícil encasillarlo en uno solo. Esto puede parecer peligroso, ya que hay un dicho que dice: “el que mucho abarca poco aprieta”, pero estoy muy contento de poder decir que esto no es así en este juego, o al menos no completamente.

Un apartado gráfico al que las palabras no le hacen justicia

Lo primero que te entra al ver por primera vez un juego es su apartado gráfico. Este, como en la mayoría de los indies, se distancia del realismo e intenta hacer algo más bonito y atemporal, y Windscape este apartado lo borda.

Desde el primer fotograma del juego te quedas completamente maravillado por el increíble diseño artístico y la espléndida paleta de colores, formada principalmente por tonalidades pastel. La iluminación también es algo que me ha sorprendido gratamente, ya que cumple su objetivo sobradamente creando estampas realmente bellas que voy a tardar en olvidar. A todo esto se le tiene que sumar el excelente rendimiento que tiene el título, tanto en el modo portátil como en el dock.

Pero no todo es bueno, ya que los diseños de los personajes son muy mediocres par no decir malos. Las caras están extremadamente mal hechas (sorprendentemente la que está peor es la de la protagonista), además son bastante similares entre sí. Si a esto le sumas que, aparte de que no hay voces, cada NPC suelta una onomatopeya sin sentido alguno al principio de cada interacción, la inmersión se ve mermada, aunque no es nada que arruine la experiencia.

Para acabar en este apartado quiero hacer mención de honor a la increíble banda sonora con la que cuenta el juego. Esta brilla en todo momento, ya sea explorando un prado increíblemente bello o luchando contra un troll que tira dinamita.

Un apartado jugable tosco y repetitivo

Uno de los apartados más importantes en el género de acción y mundo abierto es el jugable. Si este está mal hecho toda la experiencia se puede ver afectada debido a que es su eje central y en el que se basa. Desgraciadamente no todo es tan bello como el apartado visual, y esto es culpa de su jugabilidad.

Los combates son abundantes, ya que te vas a encontrar con un gran número de enemigos a lo largo de tu viaje. Estos al ser derrotados te van a dejar una pieza de loot que variará según el tipo que sea. Hasta aquí todo bien, pero es cuando nos ponemos a analizar el proceso que te lleva a derrotarlos que le vemos el cartón al juego.

En el título todo son armas cuerpo a cuerpo o magias. Al optar por este surtido de armas uno esperaría una gran fluidez en los enfrentamientos, pero lo que acaba siendo es todo lo contrario. Los espadazos tardan mucho en golpear y la magia requiere que te estés tres segundos quieto cargando un medidor para sacar el máximo provecho de ella. Esto hace que una batalla contra un jefe sea más pulsar el botón ZR hasta que él muera y no una batalla épica para el recuerdo. Tampoco ayuda que para llegar hasta ellos hayas tenido que pasarte 20 minutos en una mazmorra genérica con solo dos tipos de enemigos a los que matas demasiadas veces en demasiado poco tiempo.

Un punto que si tiene a su favor son las animaciones de los enemigos, estas son increíblemente fluidas comparándolas con las tuyas y bastante conseguidas teniendo en cuenta el tipo de proyecto del que estamos hablando. Pero como por cada grano de cal tiene que haber uno de arena, las animaciones de los personajes y habitantes del mundo son un desastre; prácticamente robóticas. Esto junto a las onomatopeyas previamente mencionadas van desgastando el disfrute del juego hasta límites peligrosos.

Una historia que no acompaña a la calidad del mundo que ofrece

El juego está organizado en varios tipos de encargos: principales, secundarios, terciarios/opcionales, o simplemente el encontrar un lugar de interés mientras exploras. Este sistema de misiones es bastante eficaz a lo largo del juego, aunque es una pena que una mujer te pida que rescates a su marido de las garras de unos saqueadores y solo lo hagas por la recompensa que vas a conseguir al final y no porque te interese de lo que está hablando.

Esto liga con el sistema de progresión, que es muy al estilo Minecraft. Con los recursos que vayas consiguiendo al final de cada misión o simplemente recolectando por el mundo vas a poder fabricar diferentes piezas u objetos que mejorarán tu equipo y stats en general. Estos te ayudarán a progresar por una historia que, aunque no es muy interesante, consigue su objetivo; que es que explores su maravilloso mundo.

Los diálogos con los diferentes aldeanos (sin tener en cuenta la onomatopeya del principio) están bastante bien escritos. Es verdad que están lejos de ser interesantes o simplemente relevantes para la trama, pero te dan la información necesaria para completar ciertos objetivos que te darán más piezas para mejorar más tu equipo, lo que crea una rueda de luchar y lootear que funciona al principio pero se hace repetitiva a las 10 horas.

En relaciona esto y para acabar me gustaría hablar de la duración del título. Yo le he metido más de 50 horas al juego, pero tened en cuenta que he explorado y hecho bastantes misiones secundarias. Si vais solo a por lo principal el juego os puede durar unas 15-20 horas, un poco más o menos dependiendo de vuestra habilidad.

Conclusión

En conclusión, Windscape es un videojuego que mezcla muchos conceptos de muchos géneros distintos, y aunque no consigue brillar en todos ellos, el conjunto es positivo. El mundo que ofrece para explorar es grande y bello, y aunque la jugabilidad pueda fastidiar la experiencia un poco la aventura ha valido la pena. Una compra recomendada para todo aquel al que le pueda parecer curioso.

El juego está disponible en la eShop por 19,99€ y ocupa 2839,54 MB.